Opinión
Entre el entusiasmo demócrata y la cautela radical
Los demócratas preferirían seguir solos, con el sello partidario, luego de varias experiencias formando parte de coaliciones de las que se tuvieron que retirar por desinteligencias.
Los demócratas preferirían seguir solos, con el sello partidario, luego de varias experiencias formando parte de coaliciones de las que se tuvieron que retirar por desinteligencias.
Haber ganado en la Corte Suprema de Justicia de la Nación el debate sobre si correspondía que el gobernador Suárez pudiera ser candidato al Senado Nacional sin haber transcurrido un año desde su mandato, es una una especie de premio consuelo, muy festejado, para quienes apostaron a una ambiciosa reforma constitucional que por ahora debe esperar.
De aquel 1983 refundacional a este 2023, 40 años después, en el que los que compiten sostienen, por un lado, que lo anterior no sirvió y hay que cambiarlo y, por el otro, que lo que no sirvió puede mejorar y servir. Tal vez nos encontremos ante la segunda vuelta menos deseada; por lo menos, la más difícil: perdonar y renovar chances o crear un nuevo líder.
El resurgimiento del estilo de Milei durante la última semana parece haber calmado a los más molestos. Ese regreso al estilo del “león rugiente” se dio en gran medida en nuestra provincia. Llegó a Mendoza con la expectativa de volver a congregar a sus simpatizantes y lo logró largamente.
Massa no quiere ninguna presencia junto a él que lo pueda correr del centro de la escena. Con más razón aquí, en Mendoza, donde no hay un solo dirigente del peronismo que le aporte algo positivo en cuanto a imagen o posibilidades de más votos. Por su lado, Cornejo tiene una postura más coherente y prudente que alguno de sus pares radicales, como el jujeño Morales, que al pedir que no gane Milei dio su voto cantado al candidato peronista.
Un panorama no recomendable y menos deseado. Una dirigencia política en desintegración al frente de un país en el que cada día más argentinos ven cómo se van hijos y nietos a buscar nuevos horizontes y, de paso, enviar dádivas que permitan sostener a los familiares que quedan aquí. Así comenzamos a celebrar 40 años de democracia.
Los números que redondearon las primarias nacionales en Mendoza el 13 de agosto demostraron que un altísimo porcentaje de mendocinos, insisto, en línea con lo que piensa gran parte de los argentinos, apuesta por un candidato nuevo que promete correr a un costado a una dirigencia que representa a sectores tradicionales de estos 40 años de democracia.
Pese a la adversidad, en el peronismo mendocino mostraron una imagen de unidad con la visita de Massa, quien eligió territorio amigo para desarrollar su actividad y arrojar algunas promesas, como la eliminación por ley de las retenciones para las economías regionales o el gasoducto para Malargüe.
Anoche se produjo un debate más intenso. Bullrich aprovechó el arranque con la seguridad como tema, una especialidad en la que se siente más segura.
Sin descartar que Milei vuelva a ganar en esta provincia, en el oficialismo esperan que mejore el rendimiento de Patricia Bullrich para que Cambia Mendoza pueda sumar un segundo diputado.
Ninguno de los candidatos salió del libreto escrito para la campaña. En el bloque inicial, referido a temas económicos, el libertario y el actual ministro de Economía jugaron a la polarización entre ellos. Las economías regionales brillaron por su ausencia.
Los números de la estratégica área del Gran Mendoza consolidan el triunfo del oficialismo a través del arrastre que demostraron el reelecto capitalino Ulpiano Suárez, Diego Costarelli en Godoy Cruz, Marcos Calvente en Guaymallén y Francisco Lo Presti, en Las Heras.
Se dirime entre Cambia Mendoza con Alfredo Cornejo y la Unión Mendocina con Omar de Marchi, más que nada, una pulseada fundada no en lo ideológico sino en lo metodológico, en el armado de poder. Una partida que juegan dos ex aliados. Continuidad de un estilo o recambio. Al margen de quién resulte electo gobernador en la jornada de hoy, existe buena expectativa con relación a la conformación que tendrá la Legislatura Provincial a partir de la renovación de diciembre. Probablemente una distribución de bancas que atenúe la actual polarización.
Cornejo y De Marchi se asemejan a dos boxeadores en el último round de una pelea. Ambos creen que llegan parejos en las tarjetas y prefieren que definan los jurados. Ninguno quiere arriesgar para intentar un golpe por miedo a una respuesta fulminante producto de un descuido. Lástima que fue una campaña muy dura y por momentos sucia que impidió observar con nitidez intenciones y propuestas. Algo que no era habitual en la política mendocina.
La mayor atracción en el PJ no K es, sin ninguna duda, el intendente de Maipú, Matías Stevanato, que en medio del festejo por su cómoda reelección expresó su deseo de proyectar a la provincia su modelo de gestión maipucino
La dirigencia política mendocina está convencida de que el que por lo general gana en estos tiempos es el oficialismo de turno, ya sea a nivel provincial como departamental. Es por eso que en Cambia Mendoza asumen como lógico que los jefes municipales del peronismo conserven para su partido la conducción de cada uno de sus departamentos.
Dos PASO que dirimieron internas y generaron sacudones en los respectivos espacios. En el caso de Mendoza, porque Petri obligó a Cornejo a considerarlo ante la amenaza que significa la nueva fuerza de De Marchi. En el plano nacional, el que parece ser más grave según los intereses de Juntos por el Cambio, si se demuestra que la fuerte disputa con Rodríguez Larreta le redujo a Bullrich recursos (votos) para la batalla que siempre anheló librar.
Suárez ruega por una elección que reconozca su gestión y le permita devolverle el bastón de mando a Cornejo. Algo a priori tan sencillo que de golpe no lo es…
De la candidatura presidencial de Juntos por el Cambio que surja esta noche también cabe esperar alguna repercusión dentro de la por ahora amable interna de la UCR provincial. Con los números definidos, mañana mismo arranca el reacomodamiento de piezas para la convocatoria de fines de setiembre.
Son varios los dirigentes mendocinos que advierten bastante poco interés de la gente con la elección del próximo domingo, en línea con la baja participación ciudadana que se viene observando, en general, en la mayor parte del país donde ya se realizaron elecciones desdobladas.
Ahora, en este enigmático 2023 electoral, nadie en el oficialismo mendocino está convencido de ir cantando victoria con antelación. Por un lado, por el espacio que dejó De Marchi y porque, como viene ocurriendo en gran parte del país, las encuestas pasaron a ser no del todo confiables, no por deficiencia en su implementación, sino por la gran indecisión que se observa en un altísimo porcentaje de la población.
Dicen que en su reciente visita Gerardo Morales tomó con calma el escenario local que genera en el radicalismo la puja presidencial en Juntos por el Cambio. “Zafó con elegancia”, sostienen algunos.