Algunos sobresaltos luego de la bonanza inicial

Entre allegados al Ejecutivo y observadores hay una coincidencia: sorprende que al Gobernador se le vayan de las manos aspectos que en experiencias anteriores solía tener bajo su control, es pertinente no descuidar la comarca en cuestiones imprudentes, como la del Casino, o que tienen un fuerte componente político, como el de Orozco y Ortiz. Sabiendo que siempre le costó mucho insertarse en el campo político nacional, Cornejo puede considerar que ser parte de un nuevo espacio que surja a partir de la unión de libertarios, macristas y radicales provinciales lo puede mantener en un escenario que, como está visto, le puede hacer confrontar con más de una competencia local.

Una semana con la aparición de planteos fuertes contra el gobierno provincial. Como si al cumplirse los tres meses de gestión desde la oposición hayan surgido bríos para empezar a ejercer presión sobre el segundo gobierno de Alfredo Cornejo.

Tal vez primó aquello de que toda nueva administración tiene un tiempo de asentamiento, pese a que a Cornejo no le falta rodaje político: gobernó cuatro años, estuvo al tanto de lo que ocurría con su sucesor durante los cuatro siguientes y ahora volvió al ruedo con un estilo más tranquilo, es cierto, pero sin desconocer lo que se esconde en cada rincón de la gestión.

Lo cierto es que tanto desde La Unión Mendocina como de parte del justicialismo hubo argumentos para volver a escena.

De regreso a la vida política local, Omar De Marchi parece haber llegado a un cruce de caminos. En él elige nuevamente el rumbo, similar al que utilizó al momento de su ruptura con Cambia Mendoza para pasar a formar su propio espacio: confrontar con Alfredo Cornejo, pero con la seguridad en ese momento de que su movida de ningún modo favorecería aspiraciones del kirchnerismo. Los resultados electorales de setiembre aquí le dieron la razón y la posterior caída de Unión por la Patria en manos de Milei más aún.

El actual integrante del elenco de la Jefatura de Gabinete de la Nación encontró motivos para hacer públicas otra vez sus discrepancias. Hubo calificativos de alto voltaje tanto por la postura del radicalismo con la diputada Janina Ortiz, que fue suspendida en su labor parlamentaria por mayoría por “comportamiento indigno”, siempre en el marco de la acusación que soporta por fraude a la administración pública.

Entiende el ex rival de Cornejo por la Gobernación que la Cámara de Diputados no puede constituirse en una especie de juez de uno de sus miembros y determinar culpabilidad antes que se expida la Justicia. Hubo diputados que acompañaron a la mayoría radical en el voto castigo a Ortiz, pero es indudable que la fuerte ruptura que significó para el radicalismo de Cornejo el paso de Daniel Orozco a las filas de La Unión Mendocina en campaña y en pleno ejercicio de su intendencia no va a ser perdonada fácilmente por el oficialismo de turno. Tras aquel cambio de bando partidario, sobrevino sobre Orozco y su actual pareja un aluvión judicial que aún no termina.

De todos modos, en el campo del derecho siempre corresponde atender y escuchar las posturas contrapuestas. En ese sentido, desde la UCR aducen que el mal comportamiento de la diputada Ortiz se produjo, tras su desafuero, por no ajustarse a derecho por su reacción ante la notificación de sus imputaciones por fraude a la administración pública y coacción agravada. Fue la argumentación para el voto a favor de su suspensión y la línea argumental para frenar la embestida demarchista.

Por otro lado, no faltan quienes siguen considerando que aquella amalgama de De Marchi y su espacio con el radicalismo lasherino de Orozco terminó generando un conflicto con el oficialismo provincial que más que nada perjudicó las aspiraciones de La Unión Mendocina.

Volviendo al caso puntual de De Marchi, en línea con el voto de los diputados de su espacio fue muy severo en redes sociales con el estilo político del Gobernador. El atropello a las instituciones de la Provincia es uno de los reiterados argumentos del ex Pro para embestir contra el radicalismo cornejista.

También arremetió contra el manejo de la salud del actual gobierno local por el abordaje de medidas contra el dengue, mal creciente en estos momentos en Mendoza. Motivó una fuerte respuesta y desmentida desde esa área ministerial a los argumentos esgrimidos por la oposición. Dicen que puede haber más escaramuzas sobre el tema.

Quienes frecuentan a De Marchi aducen que tanto enojo hecho público no es habitual en él, pero también comparten el argumento de que existe un funcionamiento institucional influenciado por el líder de la UCR local. Y algunos consideran que, en ese aspecto, la presión puede llegar a hacer cambiar algunas posturas hasta ahora inamovibles por parte del oficialismo.

Otra situación que sacudió la escena política fue la del viaje de los funcionarios del Casino de Mendoza a un evento en Buenos Aires con un notorio exceso de gastos y viáticos. El tema trascendió a través de un planteo hecho desde el bloque de senadores del justicialismo. Si bien hubo alguna justificación oficial, se sabe que el asunto no habría caído del todo bien a Cornejo, en especial por la erogación que significó. Además, enterarse vía oposición y los medios periodísticos no resulta muy grato para un gobernante.

Entre allegados al Ejecutivo y observadores hay alguna coincidencia: sorprende que al Gobernador se le vayan de las manos aspectos que en experiencias anteriores solía tener bajo su control. Es cierto que en estos meses iniciales de gestión Cornejo estuvo más ocupado en la relación con el nuevo gobierno nacional y en intentar constituirse en componedor de una red de gobernadores que quedó huérfana de referentes nacionales luego del estrépito mileísta de la segunda vuelta, pero también es pertinente no descuidar la comarca en cuestiones imprudentes, como la del Casino, o que tienen un fuerte componente político, como el de Orozco y Ortiz.

El haber confiado en un equipo de gobierno de dirigentes mayormente jóvenes pretendió dar una clara señal de renovación, más allá de que varios de los actuales ministros ya habían tenido bastante rodaje. Pero también es como una apuesta a una línea sucesoria inevitable si se piensa en 2027, cuando Cornejo otra vez no pueda aspirar a la Gobernación. Comenzar a encontrar el “delfín” para una eventual sucesión algunas veces requiere de un tiempo de preparación al cuidado del inspirador de ese personaje.

No caben dudas de que hay ministros que deben estar en observación por impronta o resultados. Seguridad, por ejemplo, es una de las prioridades de Cornejo también en esta nueva etapa al frente de la provincia. Función que por lo general siempre sometió a los funcionarios de turno a una suerte de rendición de examen constante. Los números dirán cómo evoluciona la actual ministra.

Aunque todavía lejana, en especial porque hay que ver cómo influyen en la ciudadanía los esperables resultados económicos, la elección legislativa de mitad de mandato ya desvela a más de uno. El oficialismo nacional confía en los resultados de sus políticas y anhela un cambio rotundo que le permita tener un Congreso mucho más afín en los dos años finales de gestión de Milei.

Aun reconociendo que no es del todo prudente hacer cálculos con tanta antelación, en nuestra provincia la dirigencia saca números con insistencia. Por ejemplo, si el gobierno nacional lograse estabilizar el tema inflacionario y abrir perspectivas alentadoras en el mediano plazo no sería descabellado pensar que el respaldo popular obtenido el año pasado se pueda mantener. El modelo está a la vista: en tres meses de cruel ajuste la expectativa ciudadana sobre Milei prácticamente no ha decaído. Sorprendente; sin antecedentes. La mayoría de la gente votó por un ajuste y parece aceptarlo a pesar de lo mucho que golpea a la clase media y sectores bajos.

Y aquí se abre otro escaparate de la política mendocina: el alineamiento con la Nación. ¿Quién o quiénes serán los exponentes de Milei el año próximo si el Presidente mantiene su popularidad?

El radicalismo de Cornejo, como en general casi toda la UCR que gobierna provincias, no puede prescindir del vínculo con los libertarios por una cuestión de necesidad. Los recursos son escasos, pero la firma del Pacto de Mayo tienta y puede dejar en la historia a más de uno. Y quienes firmen seguramente gozarán de la simpatía del líder nacional.

En cambio, del lado libertario/demócrata/demarchista niegan que el idilio sea como lo pintan desde campamento radical. Se basan en la resistencia que Milei muestra hacia todo lo que tenga que ver con el sello de la UCR, sin importar si se trata de dirigentes de la tienda yrigoyenista o de la de Alem. Aunque, sabiendo que siempre le costó mucho insertarse en el campo político nacional, Cornejo puede considerar que ser parte de un nuevo espacio que surja a partir de la unión de libertarios, macristas y radicales provinciales lo puede mantener en un escenario que, como está visto, le puede hacer confrontar con más de una competencia local. Todo está por verse.

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