Idas y vueltas y reacciones malhumoradas

Cornejo y los legisladores que le responden están enmarcados entre los llamados radicales acuerdistas, pero los hechos también orientaron las miradas hacia la postura más crítica sugerida desde la conducción nacional del radicalismo. En tanto, a la vicegobernadora, Hebe Casado, la ansiedad la superó y dejó temporalmente en manos del presidente provisional del Senado la lapicera del Poder Ejecutivo para viajar al sur del país y conversar con el principal referente del Pro, Mauricio Macri sobre temas partidarios.

Alfredo Cornejo y Hebe Casado. Ignacio Blanco / Los Andes
Alfredo Cornejo y Hebe Casado. Ignacio Blanco / Los Andes

Decíamos el domingo pasado en este mismo espacio que el gobernador de la provincia encaraba su viaje a España, para promocionar a Mendoza en la Feria Internacional de Turismo, con alguna preocupación por el agitado clima político nacional, pero con el alivio que significaba saber que la Nación había aceptado excluir al vino de las retenciones a las exportaciones.

Y esa inquietud de Cornejo se mantuvo a la distancia porque, verdaderamente, la que termina fue una semana intensa que puso a prueba al Congreso e hizo tambalear la estructura de gestión del Ejecutivo. La confirmación de ese cuadro la dio el ministro Caputo al anunciar, en el atardecer del viernes, el retiro del paquete fiscal del megaproyecto de ley enviado por Javier Milei.

Esta decisión del Ejecutivo expresada a través del estratégico y poderoso ministro de Economía volvió a aliviar al eje de gobernadores provinciales del ex Juntos por el Cambio, que integra el mandatario mendocino. Aunque cabe destacar que en los últimos días quien más hizo escuchar la voz de las provincias fue el santafesino Pullaro, al mando de una de las provincias que más tiene que hacerse eco de reclamos del campo por culpa de algunas políticas nacionales.

De todos modos, en el gobierno mendocino consideran que el oficialismo nacional seguramente advirtió que no tenía sentido insistir con políticas que impactan de lleno en el sector productivo y ponen en tensión a los jubilados, o que transfiere el grueso de la carga a las provincias. La coparticipación del pretendido blanqueo fue otro de los puntos que agitó las aguas entre Nación y provincias.

Previendo sesionar el martes, la nueva semana podría haber sido problemática para la continuidad de las políticas gestadas por el elenco de Milei, porque existía un riesgo serio de que el oficialismo perdiese la votación de la llamada ley ómnibus. No alcanzarían los votos desde las bancas de Pro para acompañar a los libertarios en virtud de las dudas y también el fastidio que invadía a gran parte del radicalismo y al sector que lidera Pichetto.

Los gobernadores aliados (algunos más alineados) al Ejecutivo nacional ya habían anticipado en los despachos del oficialismo el cuadro de situación que se presentaba. Nada garantizaba votos a favor desde las bancas sólo con el pedido de un gobernador. Cornejo y los legisladores que le responden están enmarcados entre los llamados radicales acuerdistas, pero los hechos también orientaron las miradas hacia la postura más crítica sugerida desde la conducción nacional del radicalismo.

Es que todo se había complicado y agravado a raíz de las amenazas del propio presidente de dejar a las provincias sin un solo peso si se seguía demorando o retaceando el respaldo a la mega ley. Por otra parte, pocos creyeron que la salida del ministro Ferraro del equipo de gobierno fuese por haber filtrado a la prensa el duro concepto del Presidente en reunión de gabinete: “Los voy a dejar sin un peso”.

En realidad, lo que más molestó entre mandatarios provinciales es que se generalizara. Todos en la misma bolsa no parecía lo correcto. Además, en medio de la tensión se anunció oficialmente la creación de una fiscalía para investigar patrimonialmente a funcionarios y legisladores, tanto nacionales como provinciales y municipales.

En síntesis, desde el gobierno local ven el panorama un poco más ordenado a partir del anuncio del ministro Caputo. Se hacen eco de la repercusión en la Cámara de Diputados, donde, ahora sí, los representantes de la llamada oposición dialoguista consideran mucho más factible que se pueda tratar la otra parte de la mega ley, la que contiene muchos asuntos que sustentan un replanteo de políticas y la salida del país de un esquema de regulación excesivo durante décadas.

No obstante, sigue preocupando cuáles serán los tiempos que proponga el oficialismo para la parte fiscal ahora relegada, que es muy importante porque constituye el corazón del programa de gobierno de Milei, que consiste en cerrar el déficit fiscal. Separados los temas, ya le van sugiriendo a La Libertad Avanza que no se dilate mucho el abordaje de los puntos dejados de lado el viernes para descomprimir.

Puertas adentro

Mientras tanto, la gestión local comenzará a desperezarse al aparecer los primeros desafíos importantes. Por ejemplo, el arranque desde mañana de paritarias con los sectores estatales para redondear números a partir de la alarmante inflación.

Como ya se ha dicho, los gremios celebraron que el Ejecutivo provincial cumpliera con lo previsto: adelantar los tiempos (en este caso más de 60 días) si la situación económica lo justificaba. Lo que está por verse es el resultado de las negociaciones salariales, porque el Gobernador pidió en su momento mesura a los dirigentes gremiales teniendo en cuenta la difícil situación que atraviesan la provincia y el país. Esto no cayó del todo bien entre quienes seguramente se sentarán a pedir recomposiciones importantes.

Por otro lado, la creciente inseguridad del mes de enero motivó a legisladores de la oposición a pedir la urgente constitución de la Comisión Bicameral de Seguridad. El número de delitos sorprende a la nueva conducción del área de Seguridad, pero en este caso la dirigencia política no ha apuntado todavía sobre la ministra Rus y sus colaboradores, sino que se interesa más por escuchar lo que puedan aportar fiscales y otros funcionarios directamente involucrados con la investigación de los hechos.

El reclamo de la oposición para la conformación de la Bicameral de Seguridad aparece como razonable. Es un organismo que debería mantener continuidad, por lo menos más que en los últimos tiempos. Sirve para legislar con fluidez en un tema siempre sensible desde el punto de vista social y que suele tener picos que alarman, como ocurre en estos momentos. Que funcione dicha comisión, que reglamentariamente debe presidir un representante de la oposición, sirve también como paraguas protector para el gobierno de turno.

Por otra parte, la crisis social generalizada conduce a una mayor comisión de delitos menores, peor siempre graves, que alteran, lógicamente, el ánimo de la gente y terminan desgastando a la gestión de turno.

Y no deja de ser un tema central para el actual gobierno, que ha expresado a través de sus flamantes autoridades la intención de potenciar el aporte de los departamentos con cuerpos de policías locales (preventores), que no todas las administraciones están en condiciones de sumar.

En cuanto a lo partidario también hubo en estos días detalles para tener en cuenta. Un ejemplo es el de la vicegobernadora, Hebe Casado, a la que la ansiedad la superó y dejó temporalmente en manos del presidente provisional del Senado la lapicera del Poder Ejecutivo para viajar al sur del país y conversar con el principal referente del Pro, Mauricio Macri. La agenda, principalmente, se detuvo en la normalización partidaria en Mendoza.

Casado pretende ayudar a recomponer a un espacio que fue intervenido por el Pro a nivel nacional cuando Omar de Marchi decidió saltar de esa estructura y crear La Unión Mendocina (LUM), con la que compitió para intentar una vez más ser gobernador.

Aquella ruptura del demarchismo con Cambia Mendoza produjo un indudable debilitamiento del partido fundado por Mauricio Macri en esta provincia. Aunque los problemas que se generaron en LUM a raíz de la partida del intendente Orozco, que fue candidato a vicegobernador, y el delicado asunto que involucró a su esposa, golpearon fuerte a la nueva estructura partidaria local. A ello hay que sumarle la ausencia de De Marchi, que se retiró un tiempo tras su derrota ante Cornejo y más aún con la reciente incorporación al elenco de integrantes de la Jefatura de Gabinete de la Nación.

Por ello, mientras Hebe Casado obtiene el visto bueno de Macri para recuperar al Pro mendocino y el de Cornejo para tentar a ex macristas que ahora integran las filas de La Unión Mendocina y reclutarlos nuevamente en Cambia Mendoza, dicen que De Marchi mantiene con el alma en vilo a sus seguidores, que le piden periódicamente definiciones para saber qué camino van a seguir aquí, en Mendoza.

Si bien De Marchi les pide a los suyos que no se vayan de nuevo a las filas de Pro, a su vez les reclama a todos ellos tiempo para decidir cuál será su propio futuro político. El ex diputado nacional está muy dedicado a su nuevo cargo de relaciones políticas con el Congreso. Aunque no trasciende, se comenta que su experiencia política es valorada en el entorno presidencial. Incluso hablan de una buena relación con Milei que surgió cuando éste era diputado nacional y el mendocino también ejercía como vicepresidente de Sergio Massa en la Cámara baja.

Seguramente, por su experiencia el lujanino encontrará el momento para estar a la vez en ambos lugares. Aunque su experiencia en política le puede estar indicando que posibles bajas en el equipo de gobierno nacional lo pueden mantener activo y expectante.

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