Correcto voto argentino contra Rusia en la ONU

La Argentina adoptó una postura razonable y en línea con el repudio internacional que día a día genera el gobierno ruso con la violatoria acción de sus fuerzas militares.

La Argentina adoptó una postura razonable y en línea con el repudio internacional que día a día genera el gobierno ruso con la violatoria acción de sus fuerzas militares.
La Argentina adoptó una postura razonable y en línea con el repudio internacional que día a día genera el gobierno ruso con la violatoria acción de sus fuerzas militares.

En una reciente sesión, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) votó a favor de la suspensión de Rusia como país miembro del Consejo de Derechos Humanos de dicho organismo.

La determinación fue como castigo por la acusación por violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas rusas en la ciudad ucraniana de Bucha.

Votaron a favor de la drástica sanción 93 miembros de los 193 de la Asamblea, mientras que 24 lo hicieron en contra y 58 se abstuvieron.Argentina, que se encuentra presidiendo temporalmente el mencionado Consejo, se sumó a Estados Unidos, promotor de la sanción, Ucrania, países de la Unión Europea, Chile, Colombia, Perú, Uruguay y otras naciones de los distintos continentes en el voto en contra de la Federación Rusa.

El régimen de Moscú, en cambio, recibió el apoyo de China, Venezuela, Corea del Norte, Irán, Siria, Nicaragua y Cuba, entre las naciones que resistieron la suspensión del país agresor en la guerra de Europa Oriental y, por lo tanto, evidenciaron que comparten los actos de violación de derechos humanos perpetrados por las fuerzas rusas.

El realineamiento argentino con los países occidentales opuestos a los regímenes autoritarios comenzó este año cuando el canciller argentino, Santiago Cafiero, ahora al frente del Consejo de Derechos Humanos, se reunió con el secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, en el marco de conversaciones para conseguir apoyo estadounidense a las negociaciones por la deuda con el FMI, por entonces bastante demoradas.

En aquella oportunidad, el alto funcionario del gobierno de Joe Biden le dijo al ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país: “Esperamos con ansias que Argentina asuma en el Consejo de Derechos Humanos para poder trabajar juntos”.

Estaba expresando el funcionario de la Casa Blanca la preocupación existente a nivel regional por la cercanía que en política exterior venía mostrando el gobierno de Alberto Fernández con regímenes autoritarios y dictatoriales de la región, como Venezuela y Nicaragua, además de Cuba.

Sumándose a la posición condenatoria de la acción de Rusia en Ucrania, la Argentina adoptó una postura razonable y en línea con el repudio internacional que día a día genera el gobierno ruso con la violatoria acción de sus fuerzas militares.

Además, se salió decorosamente de la incómoda posición en que quedó el gobierno argentino luego de la visita del presidente Alberto Fernández a su par Vladimir Putin, en Moscú, cuando la invasión a territorio ucraniano era prácticamente un hecho y Occidente intentaba a través de sus canales diplomáticos persuadir al mandamás ruso para que depusiera sus intenciones expansionistas.

Como era de esperar, la decisión que tomó el presidente Fernández sobre Rusia generó malestar en los sectores de la coalición gobernante que consideran al de Rusia y a otros regímenes similares como aliados estratégicos de la Argentina.

Por último, debe considerarse que la posición que adoptó el Gobierno, pese a la presión interna, respeta en forma clara y contundente la línea tradicional de la Argentina en el plano internacional en materia de derechos humanos.

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