Mendoza, tierra de dinosaurios: los seis tipos que habitaron en el sur y la voz del “Señor de los Saurópodos”

Tres paleontólogos mendocinos son protagonistas principales en el avance de la construcción de un museo de huellas a cielo abierto en Malargüe. La experiencia y las historias de Bernardo González Riga, uno de los grandes referentes en Mendoza y el mundo.

Mendoza, tierra de saurios: los 6 ejemplares que vivieron en estas tierras y la voz del “Señor de los Dinosaurios”. Foto: Gentileza Bernardo González Riga
Mendoza, tierra de saurios: los 6 ejemplares que vivieron en estas tierras y la voz del “Señor de los Dinosaurios”. Foto: Gentileza Bernardo González Riga

Si algo aprendió la humanidad de la mano del novelista Michael Crichton, siempre en el mundo de la ciencia ficción, es que reconstruir un mundo de dinosaurios vivos nunca puede tener un desenlace feliz ni tranquilo. Pero la vida real no es ficticia (aunque muchas veces la supere), ni tampoco es necesario regresar a la vida a estos monumentales e imponentes seres –como se hizo en la novela “Parque Jurásico” y en las distintas películas que surgieron derivadas- para revivir sus años y su majestuosidad.

Mendoza tendrá su primer Museo a Cielo Abierto con el Parque Cretácico Huellas de Dinosaurios. Concretamente, estará en Malargüe, en el mega-yacimiento Agua de Choique (a 14 kilómetros de la ciudad de ese departamento), y se espera que inaugure en el mes de septiembre. Pero, detrás de este importantísimo parque de valor patrimonial, cultural, natural y científico, se destaca la importancia del Sur mendocino en lo que hace a los hallazgos paleontológicos. De hecho, todos han tenido como escenario el mismo periodio, el Cretácico Superior.

Mendoza, tierra de dinosaurios: los 6 tipos que vivieron en el Sur y la voz de quien más sabe de estos seres en la región. Foto: Gentileza
Mendoza, tierra de dinosaurios: los 6 tipos que vivieron en el Sur y la voz de quien más sabe de estos seres en la región. Foto: Gentileza

“En Mendoza se han hallado 6 dinosaurios saurópodos, cuatro de ellos conocidos por huesos y dos por huellas. El primer dinosaurio mendocino, bautizado como Mendozasaurus neguyelap, fue publicado en 2003, hace 20 años y está exhibido en el Museo Cornelio Moyano. Luego publicamos al Malagüesaurus y en 2016 al Notocolosus, uno de los tres más grandes del mundo”, destacó el doctor y paleontólogo Bernardo González Riga (56), especialista en saurópodos desde hace 30 años y quien liderado el descubrimiento y estudiado estas especies.

Esos 3 dinosaurios ya enumerados -y a los que se suma el Quetecsaurus- están representados por sus huesos fósiles. A ellos se suman, además, otros dos que se descubrieron por huellas: el Titanopodus mendozensis y el Teratopodus malarguensis.

Precisamente es en la zona donde se hallaron en los últimos años las huellas de estos dos dinosaurios donde se creado el Parque Cretácico Huellas de Dinosaurios, el cual es un Museo a Cielo Abierto. Junto a González Riga, quien podría ser reconocido como pionero de los estudios de dinosaurios en Mendoza, trabajan otros dos paleontólogos referentes del equipo de investigación de la UNCuyo: María Belén Tomaselli y Leonardo Ortiz David. Estos dos últimos se formaron con González Riga, algo que enorgullece al más experimentado de los paleontólogos.

Mendoza, tierra de dinosaurios: los 6 tipos que vivieron en el Sur y la voz de quien más sabe de estos seres en la región. Foto: Gentileza Bernardo González Riga.
Mendoza, tierra de dinosaurios: los 6 tipos que vivieron en el Sur y la voz de quien más sabe de estos seres en la región. Foto: Gentileza Bernardo González Riga.

Además, por fuera de los dinosaurios propiamente dichos, el paleontólogo Leonardo Ortiz David publicó en 2013 el Thanatosdrakon (o Dragón de la Muerte), el reptil volador más grande América del Sur. Mientras que María Belén Tomaselli (primera paleontóloga mujer en estudiar huellas de dinosaurios en Mendoza y una de las pocas en el país) tuvo a su cargo el registro y la publicación de las huellas de una nueva icnoespecie, el Teratopodus malarguensis. Así las cosas, el parque malargüino posee entonces dos tipos diferentes de huellas de saurópodos, Titanopodus y Teratopodus.

“Más importante que descubrir dinosaurios, es formar un grupo humano donde haya solidaridad, y se incentive la ciencia. Hace tiempo estamos trabajando en el equipo con María Belén Tomaselli y Leonardo Ortiz David. Además, tenemos otros 3 integrantes - técnicos y biólogos- que se dedican a la parte de preservación de fósiles. Ese es el staff permanente, a quienes se suman 10 jóvenes que participan en la concurrencia de investigación”, agrega González Riga, quien –además- es investigador del Conicet y el fundador del Laboratorio y Museo de Dinosaurios, dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UNCuyo), fundado en 2012.

Mendoza, tierra de uno de los dinosaurios más grandes del mundo

El Notocolosus es uno de los 3 dinosaurios más grandes que se han hallado a nivel mundial a lo largo de toda la historia geológica. Sus restos fueron publicados en 2016, en la revista Scientific Reports de Nature, y es uno de los 6 que se tienen registros que pisaron el suelo provincial. El laboratorio comandado por González Riga fue el artífice de este impactante hallazgo en 2016.

No obstante, el primer trabajo de renombre internacional que tuvo a Mendoza como protagonista y al experimentado paleontólogo como coordinador se remonta a 2003. “Hace 20 años descubrí y le di nombre al primer dinosaurio saurópodo mendocino, el Mendozasaurus neguyelap. Después de eso participé del descubrimiento de varios dinosaurios más, ya llevo 16 especies nuevas, entre dinosaurios, reptiles voladores y tortugas en Argentina y otros países”, enumera González Riga.

Desde su descubrimiento, el parque fue objeto de gestiones y tareas de campo para su preservación in situ, incluyendo la permanente ampliación del plan de manejo, el asesoramiento y supervisión de obras para evitar la acción erosiva sobre las huellas fósiles, y la coordinación con las autoridades municipales. En una primera etapa (entre 2006 y 2017) estas tareas fueron coordinadas por los doctores González Riga y Mercedes Prámparo, investigadora del Conicet y especializada en paleo-palinología. En una segunda etapa, en tanto (entre 2018 y hasta la actualidad), Tomaselli y Ortiz David, asumieron la responsabilidad de continuar con la gestión de preservar el Parque.

Mendoza, tierra de dinosaurios: los 6 tipos que vivieron en el Sur y la voz de quien más sabe de estos seres en la región. Foto: Gentileza
Mendoza, tierra de dinosaurios: los 6 tipos que vivieron en el Sur y la voz de quien más sabe de estos seres en la región. Foto: Gentileza

“El descubrimiento de las huellas no fue algo fortuito. En 2006, desde el Conicet, estábamos haciendo una exploración en la formación Loncoche y estábamos estudiando otros afloramientos de esa formación situada en el sur provincial y norte de Neuquén (habiendo hallado restos de diferentes peces, tortugas y dinosaurios). En una de esas expediciones, me quedé explorando y fue entonces que, en la quebrada de Agua del Choique, identifiqué algo que parecían huellas. Las analizamos, invité a Jorge Calvo, un importante paleontólogo de Neuquén, y registré el hallazgo en la dirección de Patrimonio Cultural Provincia”, rememora González Riga sobre el hallazgo de las huellas del Titanopodus.

“El hallazgo era asombroso: había cientos de huellas, la mayoría de dinosaurios saurópodos, los grandes herbívoros de largo cuello. Se registraban en dos formaciones, Anacleto y Loncoche, entre los 83 y 72 millones de años de antigüedad. Si bien al principio se estimaban unas 310 huellas, hoy se cuentan más de 400, a medida que se siguen destapando y restaurando. En el 2009, las huellas, procedentes de la Formación Loncoche, fueron publicadas con un nuevo nombre científico: Titanopodus mendozensis”, detalla el investigador.

Si bien aún no existía el Laboratorio y Museo de Dinosaurios como tal, Bernardo González Riga (quien impulsó luego su creación) se enfocó en la investigación de este dinosaurio y, a través del estudio de su huella, estimó la velocidad con que caminaba este ejemplar: entre 3,9 y 4,2 km/h. Para llegar a esta conclusión, el paleontólogo tomó como base la fórmula matemática conocida hasta el momento y la mejoró en base a restos de dinosaurios articulados que tenían la misma edad.

“El Parque de Huellas y Museo a Cielo Abierto es la oportunidad perfecta para que el público en general y la comunidad local pueda tener un recurso genuino turístico, cultural y de interés internacional. Gracias a la investigación y a que se descubren estas huellas de dinosaurios, pasan a formar parte del patrimonio. Si no se las descubrieran, serían solo rastros perdidos en la montaña. Pero, al ser descubiertas, se le da el valor agregado científico y permite la creación del parque”, reflexiona González Riga.

Mendoza, tierra de dinosaurios: los 6 tipos que vivieron en el Sur y la voz de quien más sabe de estos seres en la región. Foto: Gentileza Bernardo González Riga
Mendoza, tierra de dinosaurios: los 6 tipos que vivieron en el Sur y la voz de quien más sabe de estos seres en la región. Foto: Gentileza Bernardo González Riga

A lo largo de los casi 18 años que han transcurrido desde el hallazgo y desde el comienzo de toda la investigación, preservación y protección –proceso del que participaron González Riga, Tomaselli y Ortiz-, el equipo de paleontólogos viajaba entre una y dos veces al año al lugar, para trabajar sobre las huellas y protegerlas. Es decir, han regresado al lugar –con recursos del Conicet y la UNCuyo- entre 30 y 40 veces.

Al encontrarse a la intemperie, los trabajos de preservación han sido por demás meticulosos y detallados, recurriendo a pegamentos y morteros para proteger las fracturas y mantener las huellas.

Trabajo casi invisible

En sus casi 30 años de trayectoria estudiando saurópodos, Bernardo González Riga ha sido protagonista central de hallazgos mundiales. No solo en Mendoza y Argentina, sino también en Brasil, Chile y hasta Estados Unidos.

Sin ir más lejos, en los próximos meses se publicarán los resultados del hallazgo de restos del Apatosaurus, una especie muy parecida al Brontosaurus (saurópodo de cuello largo) y que perteneció al período Jurásico en lo que hoy es Estados Unidos. Se trata de un cráneo bastante completo de esta especie. asociado al poscráneo.

El cráneo se encontró en 1905 y está en el Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburg. Pero, al encontrarse desarticulado respecto al resto del esqueleto y sobresalir por ser esbelto y bastante frágil, se pensó que pertenecía a un Diplodocus, ya que se pensaba que tanto el Apatosaurus como el Brontosaurus tenían cráneos más robustos y cortos.

No obstante, y según explica el paleontólogo mendocino, junto a varios colegas se detuvieron en estudios históricos enfocados en la zona donde se había encontrado, en su anatomía, y en otros hallazgos en Estados Unidos. Y así fue como concluyeron en que el cráneo de Apatosaurus era muy parecido al de Diplodocus.

“El sueño de todo paleontólogo es participar del descubrimiento de dinosaurios que son ícono a nivel mundial”, resume el científico.

Respecto al grupo de dinosaurios involucrados en esta investigación y el hallazgo más reciente en Estados Unidos, González Riga explica que pertenecen al período Jurásico. “Estos animales vivieron hace 140 millones de años, mientras que los dinosaurios saurópodos (como la mayoría, menos las aves) desaparecieron hace 65 millones. Es decir, hay tanta distancia entre nosotros y los últimos dinosaurios que vivieron como la que hay entre esos últimos dinosaurios y los de los restos que se encontraron recientemente”, ejemplifica.

Mendoza, tierra de dinosaurios: los 6 tipos que vivieron en el Sur y la voz de quien más sabe de estos seres en la región. Foto: Gentileza
Mendoza, tierra de dinosaurios: los 6 tipos que vivieron en el Sur y la voz de quien más sabe de estos seres en la región. Foto: Gentileza

El aporte de Mendoza y la importancia de la difusión

Para el director del Laboratorio y Museo de Dinosaurios (UNCuyo), Bernardo González Riga, existe un contraste entre el nivel de los profesores y científicos locales y los recursos económicos que disponen.

De acuerdo al investigador, el descubrimiento y estudio científico de huellas fósiles en el área de Agua del Choique (Malargüe) permite darle valor cultural a un mega yacimiento hasta el momento desconocido, convirtiéndolo en un parque de gran relevancia educativa y turística-cultural, beneficiando a la región y provincia.

“A nivel mundial, los paleontólogos argentinos acreditan trayectorias valiosas, pero esto es poco conocido en la sociedad. Y, por ello, son pocos los museos que reciben apoyo suficiente. Por ello, es encomiable invitar a más instituciones, empresas y personas que deseen apoyar la ciencia en esta disciplina”, concluye González Riga.

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