Nueva oportunidad para el consenso político

El acuerdo entre el FMI y el gobierno argentino es un gran logro y el aspecto más importante es el debate político que inevitablemente, y necesariamente, se producirá para darle a este entendimiento el marco institucional que requiere.

El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán. Foto CLARIN
El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán. Foto CLARIN

El marco de entendimiento logrado por la Argentina con el Fondo Monetario Internacional es importante porque demuestra que, finalmente y pese a las tensiones y diferencias en su propia interna, el kirchnerismo gobernante demostró su voluntad para que el país cumpla con sus obligaciones. Además, la no caída en la cesación de pagos fue una señal tranquilizadora hacia los distintos sectores de la comunidad.

El rápido respaldo de agrupaciones importantes del empresariado constituye un aval interesante para seguir transitando el camino que lleva a pulir la letra chica del convenio. Obviamente, el aval que también dio la CGT obedece, mayormente, a intereses creados: no habría exigencia de reformas estructurales de gran porte, entre las que se incluye la laboral.

Los aspectos a definir serán determinantes para el futuro económico del país y deberían obligar al Gobierno a plantear políticas concretas, alejadas de tantas medidas cuestionadas en estos dos años, que en gran medida fueron justificadas por la pandemia y sus consecuencias.

Resta acordar, entre varios asuntos, cómo se podrá bajar la inflación, uno de los problemas que más preocupa al FMI y cómo se reducirán los subsidios a la energía, una decisión de inevitable repercusión social pero también necesaria.

Pero tal vez el aspecto más importante es el debate político que inevitablemente, y necesariamente, se producirá para darle a este entendimiento el marco institucional que requiere.

El juego pasará por el Congreso. El grueso de la oposición, que encabeza Juntos por el Cambio, dio una rápida respuesta al anuncio presidencial e hicieron pública su mirada positiva por este primer acuerdo que evita “un costoso default”. Y es justo coincidir con otra mirada de la oposición, que destacaron como un avance “no seguir sembrando incertidumbre en la sociedad”.

Se desprende de todo lo expresado el viernes tanto desde el Gobierno como desde la principal coalición opositora que se deberá esperar el resultado de más negociaciones que conduzcan al entendimiento definitivo para que el análisis y debate puedan llevarse a cabo a nivel legislativo.

También será oportuno para que el clima de debate político resulte el más apropiado que no se insista, especialmente desde el oficialismo, con la reiteración de apreciaciones y acusaciones que tengan que ver con el crónico endeudamiento de la Argentina, independientemente de los efectos del contraído por el anterior gobierno, que es el tema de negociación con el FMI.

Fue el ministro de Economía el que tendió puentes para llegar al resto de la dirigencia política. “Invito a todos a acompañar este proceso y también invito a la oposición. El programa va a ser más robusto si el apoyo social y político es más amplio”, sostuvo Martín Guzmán.

Es probable que sectores minoritarios, en especial de derecha y de izquierda, no apoyen este acercamiento o se abstengan de debatir o dar su voto. Por ello es trascendente que los dos sectores mayoritarios representados en las cámaras del Congreso de la Nación ofrezcan un debate positivo, aunque no exento de las lógicas diferencias que genera la problemática de los endeudamientos de la Argentina.

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