Alberto Ajaka: “Tévez se ganó su lugar fuera de la cancha”

Comenzó a actuar a los 28. En 2011 se lanzó a la tv, en novelas como “Guapas”. Ahora, será el padre de Carlos Tévez en la serie “Apache".

Alberto Ajaka: “Tévez se ganó su lugar fuera de  la cancha”
Alberto Ajaka: “Tévez se ganó su lugar fuera de la cancha”

Estudió economía, coqueteó con el diseño, comenzó a trabajar en la imprenta familiar y a sus 28 años, cuando pensó que "tenía la vida bastante encaminada", una clase de teatro lo cambió todo. Desde ese momento Alberto Ajaka jugó con su nueva vocación como un niño que aprovecha al máximo su muñeco nuevo: comenzó como actor en el teatro off porteño, se lanzó a ser director con su compañía Colectivo Escalada -que acaba de finalizar una nueva temporada de su obra "Los Rotos"- y se embarcó en el mundo televisivo con papeles en novelas como "Guapas" o "Signos". 

Ahora encarnará a Segundo, el padre de Carlos Tévez, en "Apache", una serie de Netflix con dirección de Adrián Caetano (guionista de "Tumberos" y "El marginal") que se estrena el 16 de agosto y donde se retrata la infancia y adolescencia del futbolista emblema de Boca Juniors.

- ¿Cómo construiste el personaje de Segundo Tévez?

- Fue intenso. Adrián Caetano me propuso una búsqueda singular de eso que entendemos como el arquetipo de un hombre del interior, de clase baja, que vive en el conurbano con una familia numerosa y penurias económicas. Yo soy de Ramos Mejía, fui al colegio en Ciudadela, iba a jugar a la pelota cerca del Fuerte Apache. Es una geografía que conozco y algo de eso utilicé. Segundo es un personaje que ofrece protección y cariño de manera parca y que le pone muy en relieve a Carlos que dependía de él también, que es su propia vida y sus decisiones. Es muy sabio como padre. Yo soy padre y todavía no sé cómo se aprende esa sabiduría.

- ¿Cómo dirías que es Segundo?

- Hay una sola foto de Segundo que creo que es después del secuestro, donde la foto es muy tierna. Segundo está sentado en la rodilla de Carlos, como los roles invertidos. Yo creo que eso es Segundo, un pater familias que se presenta austero, duro, severo, pero con la cintura o la docilidad necesarias. Yo sentí que le puse eso al personaje y especialmente esa fotografía fue reveladora. Una foto hiper cariñosa donde se invierten los roles.

- ¿Los pudiste conocer a él y a Carlos Tévez?

- Con Carlos no tuve la suerte. Con Segundo me vi un par de veces y me acuerdo que cuando lo conocí vi que tenía un posa pava con el escudito de Boca, y para chuzearlo le digo: “¿vos sos de Boca?”. Me mira así, seco, y me dice “ma’ vale”, como diciendo: “obvio, no hay otra opción”.

- ¿Sos futbolero?

- Sí, pero soy re de Independiente.

- ¿Y te gusta Tévez como jugador?

- Claro. Me gusta el futbol así que cómo no me va a gustar Tévez, y también su personalidad e historia. Me parecen buenísimos los años de la infancia en los que posa la mirada la serie. Lo otro, al ser público, es la vida de un futbolista exitoso.

- ¿Quién dirías que es tu favorito de Indepediente?

- Mi ídolo de toda la vida es Ricardo Bochini. En mi casa tengo un cuadro de él arriba de la parrilla y también lo tengo de fondo en el protector de pantalla del celular. No voy mucho a la cancha, pero sigo bastante los partidos.

- ¿Jugás al futbol?

- No, lo dejé un poco con el tema del teatro cuando empezó a dar miedo de lastimarme y tener función. Creo que igual el futbol no se perdió de nada (risas). Pero en la niñez y la adolescencia jugué mucho al básquet y al futbol. Después seguí jugando al futbol hasta no hace mucho y si hay un partido cada tanto voy, pero no lo tengo como rutina semanal.

- ¿Por qué creés que Tévez se convirtió en una figura tan importante?

- Apareció como una estrella de futbol y por personalidad se fue haciendo presente en otros campos. El jugador de futbol tiene la posibilidad de ocupar un lugar relevante en los medios porque mueve una cantidad enorme de pasiones. Ni siquiera hace falta que jueguen muy bien al futbol. Caruso Lombardi es técnico de futbol y es súper popular o Pep Guardiola o Pékerman. Creo que no se puede negar que Tévez es un personaje que se ganó su lugar con talento y carácter. En la cancha con los dientes apretados y por fuera con una sonrisa, alguien simpático y que muestra que sabe reírse de sí mismo.

- ¿Qué parte de Tévez nos va a mostrar "Apache"?

- La serie posa sobre la niñez y la adolescencia. Es la vida de Carlos Tévez y también de cualquier otra persona y no solo de los pibes que jugaban al futbol, una vida que dada la geografía, la composición familiar, su historia propia signada casi por la tragedia con el accidente, toma relevancia en sí misma. Luego ya sabemos el resultado. Estamos en los años que no conocemos, se ven las vidas de los pibitos, las adversidades, los primeros amores, el futbol, el territorio que es amigo y adversario al mismo tiempo.

- Contás que de chico conocías Fuerte Apache. Ahora estuviste varios meses filmando ahí. ¿Te encontraste con algo que no conocías?

- Estuvimos casi cinco meses filmando ahí. Hay una cosa muy singular del Fuerte. Es un mar de gente y hay bullicio todo el tiempo, hacíamos las tomas pidiendo silencio y la gente acompañaba mucho, hasta el final. Eso es muy singular y no sé a qué se debe, quizás al amor que le tienen a Carlos. Es un lugar lleno de vida, con muchos pibitos. De noche tiene lo que uno puede imaginarse de esas zonas también. Es un lugar con mucha identidad y Tévez es el emergente de eso. El argentino es un pueblo con crisis de identidad permanente, una especie de crisol de razas que nos hace bastante permeables a otras culturas, curiosos. A veces carecemos de ese sentido de pertenencia. En el Fuerte ese sentido es clarísimo. No sé bien qué es el Fuerte Apache, pero sé que la gente que es de ahí es muy orgullosa de ser de ahí. Lleno de vida y de otras cosas. Tiene mucha identidad. Y supongo que mucha solidaridad entre ellos y alguna rivalidad, que se ve claramente en la serie. Lo de fuerte está muy bien, tiene una fortificación, no de muros, sino blindado por lo que uno ya sabe y por su propio sentido de la pertenencia.

- ¿Cómo se vive el fútbol ahí?

- Es genuino y es parte de lo diario. La cantidad tan distinta de camisetas de diferentes clubes que yo vi en esos cuatro meses, no la había visto nunca. Es parte de lo diario y también el fin de semana por ahí se juegan tres o cuatro partidos, se pasan todo el sábado jugando al futbol. Las canchas están ahí en la puerta de tu casa. Así que claro, la serie se va al núcleo del asunto que tiene que ver con el juego en sí. Todo lo demás, los programas deportivos, los barrabravas, la política, es un negocio y forma parte de la evolución de un deporte y cómo lo vivimos nosotros en Argentina también forma parte de nuestra idiosincrasia. Esa pasión no necesariamente da resultados negativos en otros lugares o en otras partes del mundo. En el Fuerte vi gente jugando y mirando, no se agarraban a trompadas ni se gritaban, sólo miraban el despliegue plástico, disfrutaban lo festivo del simple hecho de jugar a la pelota.

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