Qué fue el plan Bonex y por qué Massa acusó a Milei de querer implementarlo

“Lo que Milei está diciendo es ‘voy a manotear el dinero de los ahorristas’”, lanzó el ministro-candidato del oficialismo en una entrevista en TN.

Qué fue el plan Bonex y por qué Massa acusó a Milei de querer implementarlo (Fotos: Clarín)
Qué fue el plan Bonex y por qué Massa acusó a Milei de querer implementarlo (Fotos: Clarín)

El plan Bonex, aplicado en nuestro país después de iniciada la presidencia de Carlos Menem en 1989, volvió a ser tendencia en las redes sociales a partir de las declaraciones del ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, quien acusó al postulante libertario Javier Milei de querer implementarlo en caso de ser electo.

“Lo que Milei dijo, para que lo entienda el ciudadano común y espero que los bancos alerten a sus clientes, es que si él es presidente va a haber un Plan Bonex. Cuando describe cómo trata los pasivos del Banco Central y a las Leliq, lo que está diciendo es ‘voy a manotear el dinero de los ahorristas’. Ahora ellos están acostumbrados a hacerlo, porque ese fue el origen de la crisis del 2001″, afirmó el ministro-candidato en una entrevista brindada este miércoles en “A dos voces” (TN).

Tras esta mención en televisión, redes sociales como X (antes llamada Twitter) se llenaron de comentarios y publicaciones sobre el plan Bonex, convirtiéndolo en trending topic en Argentina.

Qué fue el plan Bonex y en qué consistió

El plan Bonex, abreviación de “BONos EXternos”, fue una medida económica implementada durante el gobierno de Menem a fines de 1989 después de su asunción anticipada. Fue una de las iniciativas con las que el expresidente buscaba estabilizar la economía y controlar la hiperinflación que afectaba en aquel momento: 5.000% anual y una devaluación de casi 80% en diciembre de ese año.

El Bonex 89 -el nombre del bono que recibieron los ahorristas- consistió en un canje de depósitos en australes a plazo fijo por títulos de deuda pública, cuyo vencimiento estaba previsto a 10 años, es decir, en 1999.

El programa involucró un canje de depósitos, mayoritariamente a plazos de 7 o 30 días, cuyo monto excedía el equivalente a un millón de australes, que en aquel momento equivalía a 555 dólares, según lo estipulado en el Decreto de Necesidad y Urgencia N°36/1990 y firmado por el entonces ministro de Economía, Antonio Erman González, quien antes era vicepresidente del Banco Central. La intención del gobierno era disminuir la cantidad de australes en circulación para evitar que se destinaran a la compra de dólares y desarmar una gran cantidad de vencimientos de plazos fijos.

El ministro de Economía, Antonio Erman González, y el presidente Carlos Menem (Archivo)
El ministro de Economía, Antonio Erman González, y el presidente Carlos Menem (Archivo)

El proceso suscitó controversia legal, pero finalmente fue validado por el sistema judicial. Frente a las protestas presentadas por los ahorradores afectados, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en su fallo conocido como “Peralta”, determinó que la situación de emergencia justificaba la acción gubernamental.

En palabras del fallo del máximo tribunal: “Se considera válida la constitucionalidad de una norma como la establecida en el Decreto N° 36/90, emitido por el Poder Ejecutivo Nacional, sujeta a condicionamientos (…), debido a la existencia de una situación de riesgo social grave, que requirió la implementación de medidas inmediatas del tipo adoptado en ese decreto. Dicha efectividad parece irrealizable mediante otros medios que no sean los adoptados”.

Portada de Clarín, 2 de enero de 1990
Portada de Clarín, 2 de enero de 1990

Previo a la llegada de Erman González a Economía para implementar el Bonex 89, Javier González Fraga fue presidente del Banco Central. En diálogo con Chequeado, el economista explicó que en aquel contexto hiperinflacionario, “el país tenía un serio problema cuasifiscal (intereses pagados por el BCRA) porque la autoridad monetaria colocaba Letras del Tesoro que tenía por financiamiento del déficit y retribuía encajes muy altos en los depósitos con tasas altísimas. Mi propuesta era realizar un fuerte ajuste fiscal y me oponía a la idea de la reprogramación de depósitos”.

Según González Fraga, el Bonex significó “un tremendo shock deflacionario que paralizó la economía, ya que los Bonex cotizaban al 30%, por lo que el público perdió el 70% de sus ahorros y de su liquidez. Y entonces empezaron a introducir excepciones, que provocaron un rebote inflacionario, además de arbitrariedades y corrupción”.

Como el Bonex no prosperó y los tenedores de plazos fijos perdieron para resguardar sus ahorros, se precipitó la renuncia de Erman González, en enero de 1991, tras una aceleración inflacionaria en 1990. Al funcionario lo sucedió Domingo Cavallo, quien ya avanzaba en las sombras durante la época del Bonex. Luego, la historia es conocida: la época del Plan de Convertibilidad y la famosa paridad de un peso = un dólar.

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