El relieve hecho metáfora

EL vocablo volcán, metafóricamente, se le aplica a la persona muy impetuosa o ardorosa: “No confíe en él, porque si bien es aparentemente tranquilo, de golpe entra en erupción como un volcán”.

El volcán es utilizado muy comúnmente como metáfora lingüística.
El volcán es utilizado muy comúnmente como metáfora lingüística.

La metáfora no pertenece exclusivamente al dominio literario: está instalada en nuestra vida cotidiana y, prácticamente, no existe esfera de actividad en que el hablar metafórico no haya irrumpido.

Hemos estado pendientes, durante más de un año, de los vaivenes producidos por la evolución de la pandemia: al principio, cuando esta terrible enfermedad era una amenaza en ciernes que crecía y crecía, nos parecía una gran montaña que había que escalar. ¿Qué valor tiene el vocablo ‘montaña’? A su valor denotativo de “gran elevación natural del terreno”, le añade la connotación, a nivel coloquial, de “dificultad o problema de muy difícil resolución”: “El asunto era una montaña escarpada de arduo acceso”.

En la carrera ascendente que implica vencer una elevación del terreno, la satisfacción se alcanza al llegar a la ‘cima’, que constituye su punto más alto. Igualmente, se usa este vocablo para señalar la culminación que logran una cualidad, una sensación o un proceso, y también un ser, considerados en su propio desarrollo o en comparación con el que han alcanzado otros seres: “Ese autor llegó, en ese período, a la cima de su carrera”. También está acuñada la locución verbal “dar cima a algo”, equivalente a “concluirlo felizmente, llevarlo hasta su fin y perfección”: “En la tranquilidad de las sierras, pude dar cima a aquella obra tan postergada”.

Todos aprendimos que un ‘valle’ es una llanura de tierra entre montes o alturas; en lenguaje figurado, usamos “valle de lágrimas” para aludir al mundo y a las penalidades que se pasan en él: “Se dice en esa oración que estamos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas”. Otra locución, no demasiado conocida, es “hasta el valle de Josafat”, que da a entender que “dos personas no esperan volver a verse o tratarse en esta vida”.

Si alguien, después de haber ejercido una tarea de gran responsabilidad, deja de desempeñarla, se dice que “vuelve/baja al llano”; se quiere significar que, así como en el llano o llanura, no hay desniveles, en un cargo o trabajo sin excesivas responsabilidades, no habrá motivos de preocupación: “Ya no más estrés, ni angustia porque estoy de nuevo en el llano”.

Lo contrario a la altura, es la ‘depresión’ que se define, en un terreno o en una superficie, como una concavidad de alguna extensión. Pero, llevado el vocablo a otro plano, es un período de baja actividad económica, con desempleo, deflación, decreciente uso de recursos y bajo nivel de inversiones: “Después de la guerra, el país se hundió en la depresión”. En los ámbitos psiquiátrico y psicológico, la depresión es un síndrome caracterizado por gran tristeza e inhibición de las funciones psíquicas: “Después de esa pérdida, ella debe hacerse tratar su depresión”.

Por vivir en zona sísmica y montañosa, conocemos qué es un ‘volcán’; metafóricamente, se le aplica a la persona muy impetuosa o ardorosa: “No confíe en él porque, si bien es aparentemente tranquilo, de golpe entra en erupción como un volcán”.

La locución “sobre un volcán” tiene carácter adverbial y su significado es “en una situación en que el peligro es grande e inminente”: “El clima social está enrarecido, parecemos hallarnos sobre un volcán”.

Todos hemos aprendido el concepto de ‘isla’; pero, además de designar una porción de tierra rodeada de agua, también es llamado “isla” ese recinto o zona claramente separada del espacio circundante, en aeropuertos, estaciones o en la vía pública. Y el verbo ‘aislar’ se forma a partir del término “isla”, y conserva ese concepto en todas sus acepciones, ya que siempre significa “dejar solo, apartar, abstraer, separar”.

Términos que hacen a la caracterización física de un territorio son también los vinculados con el agua: ‘río’, ‘mar’, ‘canal’, ‘cauce’. Veamos cómo pueden dar ellos valores análogos a los de sus significados denotativos. En el caso de ‘río’, se puede usar para significar “gran abundancia de una cosa líquida y, por extensión, de cualquier otra”: “Con esas noticias, corrieron ríos de tinta”. Además, puede también este vocablo referirse a una gran afluencia de personas.

Algo similar ocurre con ‘mar’ cuando significa “abundancia extraordinaria de ciertas cosas”: “Vino hecha un mar de lágrimas” y “Hoy, sin pandemia, había un mar de gente en las calles”.

Otro vocablo de esta índole, usado en sentido figurado, es ‘laguna’; en efecto, llamamos “laguna”, en los manuscritos, a las omisiones o huecos en que falta algo por acción del tiempo o por olvido. Con ese valor de ausencia, se da también “laguna” para indicar el vacío en la continuidad de una serie: “No tengo completa la colección de revistas pues tengo una laguna entre 2000 y 2002″. También señala “carencia en la formación intelectual de una persona”: “Reconozco que la formación artística es una laguna en mis conocimientos”. Y también “laguna” es un olvido o falla en la memoria”: “No pudo continuar su exposición porque se le hizo repentinamente una laguna”.

Hablábamos al comienzo acerca de la evolución de la pandemia; en relación con ella, las autoridades se muestran optimistas porque se ha alcanzado una ‘meseta’, se ha producido un ‘amesetamiento’: los especialistas definen este término, sacado del ámbito del relieve, para decir que la enfermedad lleva unos días sin subir ni bajar en cuanto al número de infectados, aunque todavía no se ha producido la bajada de casos.

Cerramos esta exposición con dos vocablos que pueden usarse en sentido figurado: ‘territorio’ y ‘terreno’. El primero es un campo o esfera de acción: “Disculpe, no puedo resolver ese problema porque excede los límites de mi territorio”. El segundo puede referirse al campo o esfera de acción en que, con mayor eficacia, pueden mostrarse la índole o las cualidades de personas o cosas: “Me interesan esos temas de investigación porque están dentro de mi terreno”. Además, congruente con este valor, es el “orden de materias o de ideas de que se trata”: “A ver, no se vaya de este terreno porque esos temas exceden su competencia”.

*La autor es Profesora Consulta de la UNCuyo

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