Los BRICS y nosotros

En torno a la VI Cumbre realizada en Brasil, los presidentes de Rusia y de China visitaron la Argentina, lo que resulta de importancia en cuanto a las relaciones internacionales de nuestro país, que por otra parte también contempla inversiones en Mendoza.

Se realizó en Fortaleza, Brasil, la VI Cumbre de los BRICS, grupo que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Agregada a ella se hizo una reunión de los presidentes de los países Unasur en Brasilia, razón por la cual concurrió la presidenta de la Argentina.

Aprovechando la ocasión, estuvieron en Buenos Aires el presidente ruso, Vladimir Putin, luego de haber visitado Cuba; también el presidente de China, Xi Jimping, que luego siguió viaje a otros países de la región. Estos hechos son sin duda de importancia en las relaciones internacionales de nuestro país y las interpretaciones dan lugar a no pocas opiniones encontradas.

Los BRICS son en realidad un acuerdo informal que justamente a partir de esta Cumbre parece que irá tomando algún tipo de organización formal. La motivación del surgimiento del grupo, además de reunir a los denominados países emergentes importantes, procura crear un polo que, por su importancia económica, equilibre a la Unión Europea y los EEUU. Algunos pocos datos muestran la importancia del grupo: reúne 42% de la población mundial, 20,4% de la producción y 17,6% del comercio. Para la Argentina representa 31,6% de sus exportaciones pero muy concentradas en Brasil (21,2% y China, 7,2%).

En el caso de China, el intercambio con nosotros se encuentra estancado en las exportaciones, básicamente por problemas de la política económica argentina, mientras las importaciones han venido creciendo, lo que genera un importante desequilibrio. China viene desplegando una importante política en los países de América Latina para asegurarse alimentos, materias primas y combustibles. Uno de los países visitados por el presidente chino es Venezuela. Así como China se ha convertido en un gran proveedor de productos industriales, sin duda que las posibilidades de la expansión de exportaciones dependen de nuestra capacidad de oferta competitiva.

En cuanto a la visita del presidente de Rusia, combina intereses económicos y políticos. En materia económica el mayor interés radica en incentivar la construcción de una planta de energía nuclear, especialidad en la que Rusia es un gran proveedor, de ahí que se anunciara su construcción. En materia de política internacional, Rusia se encuentra bastante aislada como consecuencia del conflicto de Crimea y ahora la virtual guerra civil en Ucrania. Un acercamiento con la Argentina, siempre más o menos enemistada con EEUU, le viene muy bien.

Como se había anunciado, los BRICS han creado un Banco de Desarrollo con un capital inicial suscripto desembolsado de 
U$S 50.000 millones aportado en partes iguales por sus integrantes. El capital podrá aumentar hasta 100.000 millones. La sede será en Shangai, financiará proyectos de infraestructura en las naciones asociadas y podrá hacerlo también en otros países emergentes.

Simultáneamente, han creado un fondo llamado Acuerdo de Reservas de Contingencias por U$S 100.000 millones. Es una especie de FMI y su función es la protección financiera de los países miembros en caso de crisis.

La visita del presidente chino parece haber dejado un resultado algo más alentador, pero habrá que ver cuándo efectivamente se concreten. Según lo informado, se ha firmado una veintena de acuerdos, de los cuales el más importante es el de financiamiento de dos represas a construir en Santa Cruz por una UTE integrada por una importante empresa china.

El acuerdo por intercambio de reservas es en monedas nacionales, ya se había firmado uno similar hace varios años; no parece tener significado real para mejorar la situación del Banco Central.

En síntesis, todo lo que contribuya a una apertura de la Argentina al mundo luego de años de profundo aislamiento (incluso con nuestros vecinos, porque nos llenamos la boca con la integración continental pero nos peleamos, de a uno, con casi todos) puede sernos de gran utilidad siempre y cuando seamos lo suficientemente inteligentes para priorizar los intereses nacionales por sobre los ideologismos como tantas veces hemos hecho por estos tiempos.

Más que declamar por la búsqueda de alineaciones con quienes no nos llaman, debemos producir concreciones con quien más no convenga según nuestros objetivos estratégicos.

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