Islas que enamoran

Inmersas en soñadas aguas con diferentes propuestas para los viajeros más exigentes, 5 ínsulas para viajar en 2016. Tradiciones, deportes, paisajes, servicios, todo a la medida de quien pida.

Heron Island, para darse el gusto de bucear al sur de la Gran Barra de coral en Australia. La pequeña ínsula -800 metros de largo y 300 metros de ancho- que puede recorrerse a pie, es hábitat de especies típicas de la zona, por ello los viajeros interactúan con diferentes especies de aves y una muy rica vida marina, con más de 1.500 especies de peces y una infinita variedad de invertebrados.

Heron Island también es conocida por la gran población de tortugas que en etapa de reproducción cada año, entre noviembre y marzo, regresan para poner sus huevos en el mismo lugar donde nacieron. Allí, Heron Island Resort, ofrece un atractivo paquete de buceo para descubrir uno de los paisajes acuáticos más espectaculares en el mundo.

Con“5 Nights Diver´s Delight” no se necesita de traslados durante el día para llegar a la Gran barra coralina, porque ya se está ahí. Existen más de 20 sitios para inmersiones, más de la mitad a menos de 15 minutos de la playa, todos rodeados de la hermosa flora y fauna marina australiana. El paquete tiene un costo de U$S 410, adicionales al valor del hospedaje, al reservar mínimo 5 noches de estancia e incluye 6 inmersiones por persona y una inmersión más de cortesía por persona, tanque de aire de buceo, pesas de aire y un paseo en bote al lugar de buceo.

Los huéspedes que vayan a bucear deben completar exitosamente un cuestionario médico de los estándares australianos de buceo y proveer “certificado de buceo”. Cabe señalar que hay otras actividades de exploración por el mini edén, como senderismo con guías expertos en corales en marea baja, sendas naturales, paseos en semi-sumergible, pesca, observación de aves y paseos en kayak.

Los huéspedes también pueden ver el atardecer desde el mejor punto del arrecife disfrutando un exquisito queso acompañado de vino local y después disfrutar de una comida tipo pic nic en el lugar que prefieran en la isla. El acceso a Heron Island sólo es posible en barcos que parten de Gladstone, en Queensland. Esto es con el fin de mantener un ambiente de exclusividad y proteger la naturaleza. Más información. www.heronisland.com

Islas Cayman. A poco menos de una hora de vuelo de Miami, el pequeño territorio británico de ultramar tiene unos 262 kilómetros cuadrados de superficie y está muy cerca de las otras Grandes Antillas caribeñas, Cuba y Jamaica. Lo habitan apenas 60.000 personas de las cuales sólo 10.000 son nativos y el resto extranjeros.

La simpática capital de Grand Caimán, George Town, es colorida y pequeña y lo que definitivamente abundan son las tiendas de alta gama donde venden relojería, joyería y perfumería VIP a la par de souvenirs que suelen comprar los miles de turistas que cada semana llegan a bordo de los cruceros que recalan frente al puerto local. En Caimán los edificios no pueden tener más altura que un cocotero.

La fama de paraíso financiero viene de la exención de impuestos que le otorgó de por vida el rey Jorge III de Inglaterra, agradecido porque los locales salvaron la vida de marinos que naufragaron frente a las costas.

Las Cayman Brac y Little Cayman se encuentran a 100 km de la costa de Grand Cayman, y sólo se puede acceder a ellas en excursiones de un día a bordo de pequeños aviones. Una de las actividades más buscadas es nadar con rayas en Stingray City, la bahía donde los peces están acostumbrados a recibir comida de la mano del hombre desde hace muchos años.

El buceo y el snorkel sobre la barrera de coral a pocos km de Stingray City, también cuentan con muchos adeptos. Decenas de especies tropicales, corales y plantas submarinas decoran la corteza del mar hasta donde ilumina el sol. Existen todas las facilidades del mundo para bucear en Caimán e incluso algunos recorren 100 km para descender en las aguas de Cayman Brac y Little Cayman, cuyas paredes de piedra parecen soñadas por los más expertos, en especial Bloody Bay, con sus casi 30 metros de visibilidad.

Más información. www.caymanislands.ky; paquetes por 7 días U$S 2.890.

Aruba, la isla feliz. Los contrastes son su sino. Sus cristalinas aguas turquesas hasta la orilla. Adentro el desierto parece haberse hecho lugar. Costas escarpadas y playas de arena fina frente a enormes complejos hoteleros, un centro pequeño de corte holandés y la multiculturalidad reinante en cada rincón.

Al sur del Caribe, fuera de los límites de la zona de huracanes, se esfuerzan en aclarar, con 27 ° C promedio anuales y un aura de felicidad que pregonan. Cuenta con vuelos desde la Argentina; algunos recalan en Panamá o Colombia previamente. La idea para los que elijan esta isla es encontrar tranquilidad con la dosis exacta de acción,

Refrescarse en Conchi, la piscina natural de Aruba, accesible sólo a pie o en un vehículo todoterreno, es para agendar, como pasear en jeep por su parque natural o disfrutar de su excelente cocina en los restaurantes instalados a metros del agua.

Con opciones “todo incluido”, resorts boutique en la bonita Eagle Beach, resorts de gran altura en Palm Beach y hoteles cosmopolitas en la ciudad de Oranjestad, la isla de contrastes ofrece las vacaciones ideales. Belleza natural, destino de compras, gastronomía destacada, actividades divertidas, buena gente, seguridad, además del distintivo toque europeo.

Más información: www.aruba.com. Paquetes 7 noches con aéreos, traslados, alojamiento y asistencia al viajero desde U$S 2.430 a U$S 2.850.

Jamaica. Es uno de los destinos más mágicos del Caribe y por una buena razón: sus hoteles y resorts continúan clasificándose entre los mejores del mundo. Pero más allá de sus costas de lujo, con sus prístinas playas de arena blanca, hay un sinfín de oportunidades para obtener una visión más cercana y personal del rico y diverso patrimonio cultural.

Entonces hay que llegar al Museo de Bob Marley. Inaugurado en 1986, era la antigua residencia y estudio de grabación de Bob Marley en Kingston y hoy es una de las atracciones más visitadas de la ciudad y tiene la mejor colección de recuerdos que representan la vida y carrera de la fallecida superestrella del reggae. (bobmarleymuseum.com). Además Trench Town Culture Yard: era la antigua casa de Bob Marley y su amigo y mentor Vicente "Tata" Ford. Hay que verla sí o sí.

Pero no es todo: para saber sobre la cultura rastafari hay que acceder a la Aldea Rastafari Autóctona en Montego Bay. Aquí, el idioma, la música, la vestimenta, el espíritu y el estilo de vida, como los hábitos ecológicos y auto-sostenible del pueblo, se viven en primera persona. La visita a la población es interactiva e incluye un recorrido por los jardines de hierbas medicinales, espacios dedicados al arte y los oficios y una experiencia musical a través de los ritmos de percusión y cantos antiguos. (www.RastaVillage.com)

En Jamaica también es posible nadar con delfines: en Dolphin Cove hay varias alternativas,. El Parque Nacional de las Montañas Azules es morada del pico más alto del país, con 2.256 m., enmarcado por un bosque tropical de un verde intenso que contrasta con el cielo azul. Paseos por fincas cafeteras en bici,  rafting, en balsa de bambú en el río Martha Brae, y tanto más para unos días multifacéticos y fascinantes que jamás se olvidarán.

Más información www.visitjamaica.com, o www.jamaicamia.com; hoteles desde U$S 80, hostels U$S 40; paquetes con estadía U$S 2.640.

Anguila. Playas casi vírgenes, desérticas arenas para tirar la toalla y nadar a gusto y piacere, hoteles de lujo y pequeños boutique a media hora de ferry de St. Maarten. De corte británico, la isla también es multicultural, como el Caribe mismo.

La movida ecológica es marcada, la idea de la sustentabilidad se esparce como una mecha. En la ínsula viven unas 12 mil personas, cuya mayoría habita en The Valley, la capital.

Entre los sitios a conocer, Shoal Bay, una de las 10 playas más lindas del mundo con aguas exquisitas. Sandy Ground Road Bay es otra de las bahías a la que hay que arribar pues la onda es contagiosa. Día y noche tragos, música y la movida caribeña a flor de piel, bandas en vivo y baile en todas partes. Vale la decisión por otra parte, de tomar un catamarán para explorar las costas, lejanas playas y atardeceres memorables.

En cuanto a alojamiento hay resorts de lujo y eco, muy preciados en los no más de 30 km de largo y 5 de ancho que tiene la isla. Y por supuesto estas dimensiones hacen que intentemos abarcarla. Entonces hay que pasar, si no se hospeda por allí por Bahía Rendezvous.

El poblado y centro histórico es otra visita obligada,  casitas inglesas y esas típicas del soporoso Caribe. El tour de bares del ayer, un tip imperdible.

Más información:  Paquetes semanales desde U$S 1.500, (hay que sumar aéreos desde Mendoza a Sant Barth u otra conexión).

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