El cuidado permanente de los humedales

En la reciente celebración del Día Mundial de los Humedales, en Kenia (África), la Argentina fue destacada por la protección ejercida sobre miles de hectáreas de espacios marinos, en Tierra del Fuego. Mendoza tiene estos ambientes hídricos, que deben ser protegidos a ultranza por los múltiples beneficios que aportan al ser humano.

Humedales
Humedales

Casi parece una verdad de Perogrullo decir que los humedales son necesarios para la vida humana y que deben ser protegidos, cueste lo que cueste. Sin embargo, estos sitios de agua y biodiversidad siempre tienen sobre su territorio las más diversas amenazas, que obliga a los investigadores que los estudian a estar sobre ascuas para proteger esa riqueza.

A nivel global, se calcula que los humedales cubren aproximadamente 12,1 millones de km2. Sin embargo, la Perspectiva Mundial sobre los Humedales estima que su extensión ha disminuido rápidamente, con pérdidas del 35% desde 1970.

Estos aspectos fueron considerados en la reciente celebración -el jueves 2 de febrero- del Día Mundial de los Humedales, que este año se realizó en Nairobi, capital de Kenia.

En ese encuentro internacional, Argentina tuvo un reconocimiento destacado. El Programa de las Naciones Unidades para el Medio Ambiente (Pnuma) resaltó los esfuerzos de nuestro país, China y Reino Unido por las campañas llevadas a cabo para preservar los humedales en sus respectivas jurisdicciones.

El caso nacional tiene que ver la aprobación en Tierra del Fuego de una ley para proteger permanentemente la escarpada península de Mitre, 300.000 hectáreas de tierras, a las que se agregaron como zona protegida unas 200.000 hectáreas de espacios marinos. Ese rincón austral alberga bosques de algas marinas y uno de los complejos de turberas más grandes de América del Sur, dos ecosistemas que, combinados, conforman el sumidero de carbono más grande del país. “El éxito en Argentina es una pequeña buena noticia para las turberas, que constituyen aproximadamente la mitad de los humedales con vegetación del interior del mundo”, señaló el reporte del Pnuma.

La función principal de los humedales, además de ser un gran ecosistema, es representar un hábitat de vital importancia para el desarrollo de muchos seres vivos, quienes actúan como filtradores naturales de agua. Esto se debe a que las plantas acuáticas o hidrófitas poseen adaptaciones en los tejidos de las raíces y las hojas que les permiten absorber nutrientes y elementos químicos del líquido. Ejemplos de estas plantas en Mendoza son la totora y el junco.

Antiguamente, los humedales eran drenados por ser considerados una simple inundación de los terrenos, pero hoy son considerados ambientes capaces de brindar una gran cantidad de servicios y por ello se les otorga mayor valor e importancia.

La Convención sobre los Humedales es un tratado intergubernamental aprobado en 1971, en la ciudad iraní de Ramsar (de allí su nombre). A pesar de que el nombre oficial de la convención se refiere a los humedales de importancia internacional, como hábitat de aves acuáticas, se la conoce como Convención sobre los Humedales o Convención Ramsar.

Existen dos sitios Ramsar en la provincia de Mendoza: la Laguna de Llancanelo en Malargüe y las Lagunas de Guanacache, Desaguadero y del Bebedero; pertenecientes a Mendoza, San Juan y San Luis. Ambos son humedales de importancia internacional que se encuentran protegidos y custodiados por la provincia en el marco de la Convención Ramsar.

El último sitio designado de las características apuntadas en nuestro territorio, es la Reserva Natural Villavicencio, Las Heras.

Todas estas “joyas” de la naturaleza deben ser aseguradas para el uso y disfrute de las futuras generaciones, y el Gobierno nacional haría muy bien en asignar los recursos presupuestarios necesarios para preservarlos.

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