Impsa negocia para reiniciar las obras frenadas en Venezuela

La empresa, ahora estatal, busca revertir un rojo de más de 4 mil millones de pesos. Hay seis proyectos parados desde 2013 en aquel país.

Impsa apuesta a mantener sus talleres a pleno para salir definitivamente de la crisis financiera. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Impsa apuesta a mantener sus talleres a pleno para salir definitivamente de la crisis financiera. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Impsa sigue buscando negocios para revertir el rojo de $ 4.600 millones registrado en 2021. Entre sus opciones aparece cada vez más clara la posibilidad de reiniciar los trabajos que debió frenar en Venezuela en el año 2013, cuando la empresa estatal de ese país, Corpoelec, entró en crisis y dejó de pagar lo estipulado en el contrato.

Según detallaron desde Impsa, la obra que más chances tiene de volver a la actividad es la Represa de Tocoma, que se estaba desarrollando sobre el río Caroní, en el estado de Bolivar. La firma argentina, cuya mayoría pertenece al Gobierno nacional, fue contratada hace una década para proveer diez turbinas Kaplan de 223 megavatios, reguladores de potencia y diez generadores de 230 MVA (megavoltamperio), por un total de U$S 1.390 millones. Al principio todo marchó bien, pero luego la estatal venezolana dejó de pagar.

El no pago de esa obra, junto a otras cinco de menor presupuesto que estaba desarrollando Impsa en Venezuela -todas con Corpoelec- fue en gran parte el causante de que la empresa de origen mendocino entrara en default. Es que el freno de los desembolsos coincidió con la crisis de Wind Power Energy (WPE), una compañía brasileña afiliada a Impsa que cargó a la ex Pescarmona con una deuda de U$S 850 millones.

La falta de ingresos, por un lado, y el fuerte aumento de los pasivos, por otro, formaron un “combo explosivo” que obligó a la empresa a posponer los pagos de capital e intereses de la totalidad de sus deudas financieras, decisión que fue informada en la Comisión Nacional de Valores (CNV) el 15 de setiembre de 2014.

Frente a esa situación, Impsa inició un proceso de negociación con sus acreedores, que derivó en un plan de reestructuración mediante un Acuerdo Preventivo Extrajudicial, que finalmente se firmó en 2017.

Cuatro años más tarde, luego de cumplirse diferentes etapas de reestructuración, la asamblea de accionistas aprobó el aumento de capital mediante la emisión de 1.817.200.000 acciones ordinarias que fueron adquiridas por el Gobierno Nacional (63,7%) y el Gobierno de Mendoza (21,2%)

El desafío financiero

Hoy Impsa se encuentra en una situación más estable, pero se enfrenta al gran desafío de revertir un resultado operativo negativo de $ 4.607 millones (balance 2021).

Lo positivo, explicaron desde la compañía, es que en el estado contable 2021, por un criterio de prudencia, se previsionaron los créditos por todas las otras obras que se estaban desarrollando en Venezuela (sin contar Tocoma). Esto significa que se contabilizaron como “pasivos” casi todas las deudas que Corpoelec mantiene con Impsa desde 2013.

Por tanto, si las negociaciones con la compañía venezolana llegan a buen puerto, los balances podrían cambiar sustancialmente. En primera instancia, Impsa firmó una adenda que confirmó la voluntad de Venezuela de seguir adelante con el proyecto de Tocoma, pero todo indica que también se retomaran los demás proyectos.

Puntualmente se trata de contratos por trabajos en la planta generadora de energía hidroeléctrica Macagua (por U$S 484 millones), en las represas La Vueltosa y Borde Seco y en la Central Hidroeléctrica Fabricio Ojeda (todas suman U$S 65.800.000). A esto se suma un trabajo en la Central José Antonio Páez. por un valor de U$S 9.600.000.

“La Sociedad ha venido realizando diversas acciones con el fin de obtener la cancelación de dichas acreencias. El Directorio de Impsa considera que, atento a que las recientes negociaciones con Corpoelec han tenido avances significativos, percibirá la totalidad de los créditos mencionados”, comentaron desde la compañía en el último informe de Estado Financiero presentado ante la CNV.

Proyectos de energía solar, eólica y petroleros

Mientras negocia para retomar sus actividades en Venezuela, Impsa se encuentra trabajando en varios proyectos dentro de la Argentina, siempre con el firme objetivo de mejorar sus estados contables.

Por un lado, firmó un convenio con YPF para fabricar un reactor de hidrodesulfurización y tres hornos de proceso para la ampliación de la refinería que la petrolera tiene en Luján de Cuyo. El reactor pesa 411 toneladas y tiene más de 36 metros de longitud, en tanto que los hornos pesan entre 157 y 181 toneladas.

Por otra parte, llegaron a un acuerdo marco con EPSE, la empresa Energía Provincial Sociedad del Estado de San Juan, para desarrollar y ejecutar en conjunto el parque solar fotovoltaico de Tocota. Impsa se encargará de proveer paneles solares fotovoltaicos que tendrán una capacidad de producción estimada de 71 MW por año. También desarrollará una fábrica de Electrónica de Potencia, Control y Almacenamiento en San Juan, que será la encargada de suministrar equipamiento de alto contenido nacional.

Así mismo, fue adjudicada por parte de Fortescue Future Industries (FFI) para proveerle 17 mástiles e instrumentos de medición de vientos para su proyecto de hidrógeno verde en Río Negro. Los mástiles que proveerá Impsa le permitirán recabar toda la información necesaria para medir la calidad y potencia de los vientos, datos clave para determinar la ubicación de los parques eólicos.

Por último, Impsa firmó un contrato con la Armada de la República Argentina (ARA) para la ejecución de un proyecto que incluye el diseño, la fabricación, el montaje y la puesta en marcha de una grúa de astillero para equipar la base naval “Puerto Belgrano”, en Bahía Blanca.

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