Ubicate en el mapa

Por Claudio Barros - cbarros@losandes.com.ar

¿Utilizás Google Maps? ¿No? Pues deberías. Los que lo utilizamos a menudo valoramos la herramienta más allá de la información. Siempre hay alguien que dirá que hay mejores opciones y quizá sea verdad, pero hasta cierto punto. Lo que hace esta afirmación relativa es que Google va sumando funciones y opciones que otros también ofrecen pero no en forma integral.

En Mendoza aún faltan servicios pero ya se puede usar sin problema la guía del GPS por voz, utilizarlo sin conexión a Internet, consultar el recorrido de los colectivos o mirar Street View.

Pero no todo gira alrededor de lo que el servicio puede darnos sino también en lo que podemos aportar nosotros. Y esta parte es importante porque en una provincia como Mendoza el mapa de Google se encuentra con unos cuantos desafíos que el usuario puede ayudar a resolver.

¿De qué hablo? de las calles o direcciones que conocemos como mendocinos circulantes pero que de ser turistas todavía estaríamos dando vueltas en la ciudad con el signo de interrogación dibujado en la cara.

Si lo piensan un ratito me dan la razón, sobre todo si ejemplifico: si circulamos por calle Moreno de Ciudad, al llegar a calle Belgrano sabemos que es posible doblar (además) a la derecha en dirección sur para tomar calle Yrigoyen pero ¿lo sabe Google? No, y mucha lógica no tiene que una calle tenga un tramo de doble mano que mide menos de 40 metros.

Pero no sólo eso, sino que ese espacio además tiene otra característica particularmente confusa: técnicamente la calle en la que topa Moreno -que es un puente sobre el zanjón- al norte se llama Belgrano pero del puente al sur la vereda oeste es Beltrán y la vereda este es Francisco Álvarez. Es real y existe.

¿Desconcertado? Con razón. Incluso a mí intentar explicarlo me llevó un rato y aquí estoy con las dudas.

Por esa razón es que Google habilita la opción de hacerle aportes para marcar no sólo errores sino también las singularidades de la geografía urbana.

A través de "contribuir al mapa" un usuario puede mandar una sugerencia, aclarar un error o sumar un lugar, comercio o espacio público que no figure.

¿Cómo funciona? Según explican desde Google "el proceso de revisión interno para cuando un usuario realiza un reporte de un error en Maps puede involucrar tanto sistemas automáticos como humanos o ambos para analizar el reporte, editarlo y publicar un cambio". Dicho de otro modo, revisan que tampoco cambiemos el nombre de calle San Martín por "Avenida Bob Esponja".

Si tomaron el cambio o lo rechazaron se informa por mail y siempre estará la opción de "Seguí participando".

Sé que sueno como vendedor de mapas de Google pero sólo me mueve su popularidad y porque sirve para explicar bien qué aportes podemos hacer.

Claro que no es el único con una comunidad colaborativa. Antes de los smartphones, los GPS tenían un grupo de colaboradores que actualizaban todo el tiempo los mapas e incluso sumaban datos que, por ejemplo, bordeaban la discriminación al marcar en rojo zonas o barrios que se consideran peligrosos.

Actualmente hay opciones más que útiles como Waze, que es la más social de las aplicaciones. Los usuarios indican estado de las calles, el tráfico, los accidentes o el clima y estima el tiempo que se tardará en llegar en destino e informarlo, incluso, a alguien que no esté esperando.

También Maps.me, OsmAnd o MapFactor son ideales para irse de vacaciones y tener mapas sin conexión de cada lugar, que además se alimentan de plataformas abiertas como OpenStreetMap.

La oferta es amplia y generosa pero por sobre todo de doble mano, lo cual no es poco si pensamos que nuestra ayuda vale de algo.

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