Hay que hacer la Fiesta de la Vendimia

La Fiesta no es del Gobierno provincial, ni de los municipios, ni de los artistas, ni de las empresas. La Fiesta es la celebración de todo un pueblo que posiciona la marca Mendoza, que salda en ese momento extra cotidiano, su experiencia de un año, con las alegrías y tristezas que le ha tocado vivir.

Imagen ilustrativa / Archivo.
Imagen ilustrativa / Archivo.

A nadie en Mendoza se le pasaría por la cabeza, que por la pandemia, no se va a levantar la cosecha o no se va a elaborar el vino.

Así como se hizo este año, con escasos protocolos y con nulos cuidados por los cosechadores (algunos de los cuales quedaron varados en la Terminal por días, frente a la desidia sanitaria y política local), seguro que para este año ya están elaborando protocolos y mecanismos adecuados para cosecha y elaboración.

Pero para el tema de la Fiesta y Verano Cultural 2021 no se les pasa por la cabeza comenzar a pensar protocolos y alternativas.

Lo que corresponde es poner en tensión toda nuestra creatividad y pensar formas adecuadas a la nueva realidad, para seguir adelante con nuestra vida simbólica y acrecentar nuestro capital social.

Es sensato pensar que la Fiesta no puede ser igual a la de otros años. Hay que descartar el faraonismo, el despilfarro y la superficialidad. Y aprovechar la tecnología audiovisual para concretar una inteligente combinación de presencialidad con digitalización.

La producción audiovisual puede ser llevada a cabo con guiones diversos: El vino argentino; El Vino y la Cordillera de Los Andes; El Vino y el Origen; El Vino y el Trabajo; El Vino y la Producción; El Vino y sus Catedrales; El Vino y sus Maridajes.

Cada uno de estos capítulos de la serie podría ser dirigido por un director de Vendimia y un director de cine. La serie podría ser emitida por una enorme cantidad de plataformas en todo el mundo.

Podemos imaginar las Fiestas distritales y departamentales con sus protocolos adecuados, tanto para artistas como para el público. Con distanciamiento en los ensayos, tomando todos los cuidados de higiene y pensando las coreografías sin contactos entre bailarines y entre actores. Y con una sensible disminución de artistas en escena y de técnicos. Con reserva previa de entradas para las Fiestas, como se hace ahora para ir a un hotel o a un restaurante, disponiendo una reducción de los aforos y con distancia de 2 metros entre butacas o sillas ocupadas.

Para la Fiesta Central es posible pensar en que un mismo guión pueda ser puesto en escena, en forma simultánea, en diez escenarios distintos de la Provincia, con no más de cincuenta artistas en escena cada uno, utilizando los escenarios disponibles en los departamentos. Combinado con proyecciones audiovisuales que acompañen la actuación en vivo. Y con aforos cuidados y distanciados que no superen las quinientas personas.

La elección de las Reinas se puede hacer con padrones armados con anticipación, convocando a la población a que se incorpore y vote en forma digital.

Como ésta, seguramente hay cientos de ideas dando vueltas para no sucumbir a la miserabilidad de aprovechar la pandemia para ahorrarse trabajo y unos cuantos pesos.

La Fiesta no es del Gobierno provincial, ni de los municipios, ni de los artistas, ni de las empresas.

La Fiesta es la celebración de todo un pueblo que posiciona la marca Mendoza, que salda en ese momento extra cotidiano, su experiencia de un año, con las alegrías y tristezas que le ha tocado vivir.

Para hombres de coraje están hechas las empresas, nos dijo el General San Martín.

*El autor es Gestor Cultural.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA