En cambio, ahora, señaló, no siempre es tan claro, porque muchos no entienden el modelo económico de la gestión del presidente Javier Milei. Y entonces no saben si les conviene tomar un crédito a tasa positiva, mantener el stock o venderlo y colocar el dinero a plazo fijo (a tasa positiva versus la inflación).
“Este es el problema de que tenemos hoy en la economía y en las empresas. Está todo claro hasta que pasamos a la acción”, lanzó. Y sumó que, al no comprender cómo funciona el sistema actual, tampoco sabe cómo armar su modelo de negocio.
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Inflación a la baja, necesidad de mayor inversión
Uno de los “inconvenientes” es que, con una inflación muy alta, se podía marcar un 30% por encima sin problema y con escasa dotación de capital, las empresas se sostenían. En cambio, ahora, el margen es muy inferior y se necesita mayor inversión.
“El que tenía un kiosco necesita una cadena de kioscos”, señaló. Y sumó: “el mercado se va a reordenar, se va a concentrar, hay empresas que van a desaparecer. ¿Por qué? Porque esto de la inflación cambia la ecuación en muchísimos negocios”.
Pero también señaló, como contraparte, que, en la medida en que siga cayendo el riesgo país, la tasa de financiamiento para las empresas va a reducirse, lo que va a facilitar esas inversiones.
Desafío de hacer crecer el PBI
Di Stefano mostró que el PBI no crece desde 2011; es decir, no se invierte. Cuando se considera que cada año ingresan al mercado laboral unas 400 mil a 500 mil personas, se entiende que el PBI per cápita “se destruyó. O sea, que todos somos más pobres”.
Esto hizo que mucha gente se frustrara, en especial los jóvenes, que no encontraron trabajo y fueron los que votaron a Milei, quien, señaló el analista, hoy tiene el desafío de romper el techo de la pobreza. “Ahora, recuerden que, si del 2011 al 2023 tuvimos un techo en el PBI, no se va a arreglar en dos años”, advirtió.
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Piedra angular del modelo: que se usen los ahorros
“La inversión es igual al ahorro. Esta es la piedra angular del programa de Milei. Si yo ahorro, voy a poder invertir”, analizó y planteó que, en este modelo, el sector público -nacional, provincial, municipal- tiene que ser superavitario.
Detalló que el sector privado tiene guardados US$ 183 millones de dólares y que tiene que sacarlos para invertir y crecer.
Y planteó que Milei, en su primer año de gestión, absorbió muchos pesos del mercado para que la gente no comprara dólares y bajara la tasa de inflación. Además, hizo que las tasas de interés para los ahorristas fueran más altas que la inflación, con lo que incentivó el ahorro en pesos.
“¿Y ustedes qué compran? Dólares. ¿El incentivo dónde está? En tener pesos. ¿Y ustedes venden los dólares que tienen para ponerlos en pesos? No, ¿por qué? 'El canuto es sagrado'. Se van a fundir. Está claro eso”, lanzó con su estilo directo.
Y, en otro momento de la charla, detalló que la inflación acumulada entre noviembre de 2023 y septiembre del 2025 fue del 231,4%, mientras que, en el mismo periodo, el dólar blue aumentó el 53,7%. “El que ahorró en dólares perdió un poder de compra monumental”, subrayó.
El consultor señaló que la gente tiene un problema de expectativas, porque todo el mundo está esperando una devaluación. “No va a explotar ni va a devaluar porque hay superávit fiscal, porque la cantidad de pesos es escasa y hay una reducción de la tasa de inflación”, expresó.
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Necesidad de reconvertirse
Después de contar una anécdota de un empresario que quería reconvertir su negocio para tener más ventas, pero sin renunciar a nada de su patrimonio personal, que excedía las posibilidades de sus ingresos actuales, señaló que hay una necesidad de deconstruirse, porque la inflación ya no disimula errores.
Cada empresa, consideró, debe reinventarse. “Va a ser un mundo con mucha tecnología, más ligado a los servicios que a los bienes y en el que hay que aplicar los desarrollos tecnológicos en las empresas para bajar los costos unitarios y poder vender a menor precio con menor ganancia buscando más escala”, precisó.
Sumó que cambiaron los motores de la economía -que eran el campo, el comercio, el servicio y la industria- y hoy se sostiene el campo, pero desplazaron a los otros tres el petróleo, el gas y la minería. Los cuatro, detalló, son exportables, lo que implica que, en un futuro, habrá sobreoferta de dólares y, como consecuencia, un tipo de cambio bajo.
“¿Y vos qué tenés? Yo tengo un negocio que funciona muy bien con tipo de cambio alto. Listo, cerralo. ¿Por qué? Porque no te va a dar el número”, contó. Aunque, también, se pueden ajustar los costos y repensar el negocio, con la mira en lo que el mercado necesita.
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Perspectivas
Para el cierre de su disertación, Di Stefano brindó un panorama de corto plazo, que marca que, de diciembre a marzo, sólo se van a ver beneficiados los rubros que tengan que ver con las Fiestas de Fin de Año, las vacaciones y el inicio de clases. El resto, debería apuntar fuerte a marcar una diferencia en noviembre y recién volver a arrancar en abril.
Pero sumó que, cuando pasen las elecciones, el Gobierno avanzará en las reformas laboral, tributaria y previsional, que estimó serán aprobadas en el verano y comenzarán a notarse los efectos de su implementación también a partir de abril.
El economista compartió los elementos del “círculo de la prosperidad”: costo, creatividad, capital propio, menos deuda y el resultado del negocio. “Tu empresa va a tener muy poco resultado, pero va a valer un montón, se va a capitalizar”, indicó. “Tenés que trabajar por vos, tenés que mirar el plan de negocio y lo tenés que adecuar al mundo que viene”, concluyó.