Más allá de otros indicadores, como puede ser la disminución del ritmo de recuperación de la actividad, hay un factor que está provocando un freno en las contrataciones de personal por parte de las empresas privadas: la cercanía de las elecciones.
El mercado laboral está frenado por la incertidumbre de la macro y por la cercanía de los comicios de medio término.
Más allá de otros indicadores, como puede ser la disminución del ritmo de recuperación de la actividad, hay un factor que está provocando un freno en las contrataciones de personal por parte de las empresas privadas: la cercanía de las elecciones.
Desde las consultoras señalan que esto sucede siempre, cada dos años, y que es notorio cómo, en las últimas semanas, se ha reducido el número de búsquedas laborales. Consideran que, después de octubre, la situación podría revertirse.
Paula Ariet, de Gestión Consultores, indicó que el mercado laboral está bastante quieto, porque se percibe una cierta inestabilidad vinculada con la proximidad de las elecciones, que está teniendo a todos en vilo. Señaló que no hay demasiadas búsquedas publicadas y que la actividad está muy calma.
Si bien aclaró que no están viendo despidos masivos, comentó que sí es notorio que las empresas no están creciendo, sino manteniéndose, o, incluso, achicando su estructura. Lo más común es que, si una persona se va, no la reemplacen. “Nos pasa siempre, previo a las elecciones. Cada dos años”, precisó.
En cuanto a las posiciones que sí se buscan, las englobó en dos perfiles principales: los comerciales y las que tienen que ver con la productividad, ya que las empresas están enfocadas en volver los procesos más eficientes.
Lorena Henríquez, directora, junto con Gastón Kovalenko, de Perfil Humano, señaló que las búsquedas laborales son un termómetro de lo que está pasando con el empleo. Y que siempre están prestando atención a las que les llegan, como también las que publican otras consultoras y se han detenido.
Coincidió en plantear que las elecciones paralizan a las empresas, porque se manifiesta el temor de que se dispare el tipo de cambio. Por eso, consideró que después de octubre podría volver a activarse el mercado.
Aclaró que, hasta ahora, 2025 venía siendo un buen año, pero no tanto de búsquedas para puestos nuevos, sino para reemplazar a alguien que renunció o que fue despedido. De todos modos, también indicó que es muy común que quien se va no sea reemplazado, sino que sus tareas deban ser absorbidas por un compañero.
Contó que recientemente organizaron un encuentro con encargados de Recursos Humanos de empresas mendocinas y, si bien la tendencia general es a que no se produzcan despidos, en ciertos rubros, como gastronomía y bodegas, sí se han dado desvinculaciones.
Pero tampoco se ven muchos puestos o compañías nuevos. Es decir, que las búsquedas responden más a rotación que a incorporaciones. En su mayoría, a personas que, como los salarios no han seguido recuperando el territorio perdido, buscan irse a otra empresa, para poder negociar un cierto incremento.
En particular, porque muchas no realizaron ajustes salariales en el primer semestre y recién en junio aplicaron aumentos, con retroactivos, pero que no compensaron la pérdida de poder adquisitivo. En este sentido, quienes ocupan cargos gerenciales son quienes tienen mayor posibilidad de elegir.
Henríquez detalló que han notado movimiento en sectores como la agroindustria, logística, minería -donde se está empezando a observar una cierta demanda laboral en Mendoza- y construcción, ligada a las obras privadas que están realizando las constructoras (las públicas siguen paralizadas).
Si bien en la consultora no se enfocan en las búsquedas de oficios, porque las empresas tratan de retener a quienes tienen un talento específico, y de hecho, son los más difíciles de encontrar, ha habido un aumento de los pedidos de perfiles técnicos.
Sumó que los puestos vinculados al mantenimiento también están siendo requeridos y los comerciales, porque, ante un escenario desafiante -de caída del consumo en muchos rubros-, se busca incrementar las ventas.
Ariet mencionó que, con la incorporación de tecnología en general y de la inteligencia artificial en particular, la productividad laboral ha aumentado significativamente en todos los ámbitos. Y si bien esto, por un lado, implica que se necesita menos gente, también resaltó que, para abordar los procesos de mejora, se necesitan personas.
Explicó que cada vez hay menos colaboradores dedicados a tareas operativas básicas, porque se automatizan aquellos procesos que no aportan valor o se utiliza software para determinadas tareas administrativas. Sin embargo, las personas son fundamentales para generar transformaciones en las empresas.
La tecnología, la capacitación y la medición, subrayó Ariet, se han vuelto esenciales en el contexto actual, en el que todas las compañías están enfocadas en mejorar la productividad, porque entienden que no hay otra salida, ya que no se pueden aumentar los precios ni incrementar las cantidades.
La Encuesta de Indicadores Laborales, de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, muestra que, en junio, el 94,3% de los empresarios mendocinos creía que iba a mantener su dotación de personal en los próximos meses, mientras que el 3% anticipaba tener que disminuirla y sólo el 2,7%, que iba a aumentarla.
La diferencia entre los que consideran que contratarán personas y los que consideran que tendrán que despedir gente -o dar de baja contratos- arroja una expectativa neta de empleo (ENE) negativa, del -0,3% al cierre del primer semestre. Y ya había sido del -3 en mayo y neutra (0) en abril.
En el último año, había alcanzado un pico de 7,6 (ENE positiva) en octubre de 2024 y, para encontrar otro valor negativo, hay que retroceder hasta abril de 2024, cuando fue de -2,1. De todos modos, se deba aclarar que son, como su nombre lo indica, expectativas, que marcan el “humor” empresario y que no siempre se confirman en los datos de empleo.
La Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) releva mensualmente de manera permanente a las empresas de 10 y más personas ocupadas de todos los sectores de actividad con excepción del primario, localizadas en diversos aglomerados, incluido el Gran Mendoza.
La semana pasada, se realizó en Mendoza una nueva edición del Foro de Compensaciones y Beneficios, organizado por Gestión Capital Humano, que convocó a más de 100 asistentes presenciales y 600 participantes online (gerentes generales, directores y líderes de recursos humanos).
En su presentación, Ariet planteó estrategias innovadoras para mantener la competitividad salarial en un entorno cambiante. “En 2025, el mercado no premia al que paga más, sino al que paga mejor. Las compensaciones son un lenguaje: transmiten cultura, motivación y liderazgo dentro de las organizaciones”, expresó.
En 2025, estimó, los salarios tendrán una evolución muy cercana a la inflación y, si bien podrían llegar a superarla en uno o dos puntos, lo cierto es que aún no recuperan la importante pérdida de poder adquisitivo de 2023.
Ante este escenario, empiezan a jugar un rol crucial las compensaciones inteligentes. Detalló que la tecnología ha facilitado que se puedan aplicar programas personalizados para cada colaborador, para mejorar la experiencia.
Subrayó que muchas personas en el mundo laboral son de la generación Z, con valores muy diferentes a los de la generación X, por lo que, si se les otorga el mismo beneficio, se pierde eficiencia, porque es algo que el empleado no valora.
Un ejemplo de esto es que, históricamente, el beneficio más valorado ha sido la obra social, pero ahora está casi en los mismos niveles que la flexibilidad horaria; y el primero es mucho más costoso para las empresas. También ha ganado mucha importancia el pago del gimnasio, que antes era considerado algo accesorio, y es más elegido incluso que el almuerzo.