En Mendoza 17 empresas ya certificaron sistema B: qué significa y qué impacto tiene

La provincia se posiciona en tercer lugar detrás de Buenos Aires y Córdoba. Quiénes se sumaron a esta calificación.

Marina Arias, Directora Ejecutiva de Sistema B Argentina
Marina Arias, Directora Ejecutiva de Sistema B Argentina

Trivento, Aguas de Origen (Villavicencio), Energe, Bianco & Nero, Servicios Urbanos Mendoza, Reciclarg, Dolium Bodega Subterránea, Aconcagua Visión, San Nicolás Plantas de Vid, Bodega Araujo, Lagarde, Penedo Borges, Eco Cuyum, Vivero San Nicolás, Quinto Impacto, Grupo Broda y Domaine Bousquet son las 17 empresas mendocinas que ya certificaron gestión del triple impacto. De hecho, Broda fue quien recientemente anunció la certificación B de todas sus unidades de negocio.

Desde la organización explicaron que en Argentina existen 226 Empresas B, pertenecientes a 30 industrias y sectores diversos. El Movimiento B llegó a Argentina y América Latina hace 12 años, y Mendoza fue una de las primeras provincias en adherirse. En 2014, certificaron las primeras dos Empresas B locales.

“Es un orgullo ver que, año a año, crece la cantidad de organizaciones que eligen transitar este camino de mejora continua. Mendoza, por su idiosincrasia y contexto, siempre ha sido tierra fértil para el Movimiento B”, afirma Marina Arias, Directora Ejecutiva de Sistema B Argentina.

Martín Barbera, miembro del directorio y Chief Sustainability Officer de Grupo Broda, explicó que “nuestro restaurante La Marchigiana se certificó como Empresa B en 2015 y eso fue un hito para nosotros. Desde entonces, continuamos trabajando de manera constante en una cultura de triple impacto y desarrollando unidades de negocio con un propósito claro para contribuir a la mejora de los problemas actuales”.

Barbera reflexionó sobre el concepto de modelo de negocio de impacto: “Es una manera de resolver los problemas de nuestra comunidad y del planeta. Es integrar el propósito al núcleo del negocio, y es ahí donde vemos el futuro de Grupo Broda”.

Y puso como ejemplo el trabajo realizado en FRAT: “Contratamos en nuestros locales a todas mujeres cabezas de familia, lo que genera un impacto social positivo al incluir a estas mujeres fuera del mercado laboral, dándoles la oportunidad de un trabajo digno y capacitándolas. Esto no solo tiene un impacto social externo, sino también interno”.

Otros ejemplos de triple impacto

Sebastián Barboza, gerente general de Lagarde, contó cómo hicieron para que la bodega pudiera formar parte de este movimiento: “Fue un trabajo largo y motivante. A veces parecía que nunca íbamos a lograrlo, pero lo tomamos como una prioridad. Alineamos nuestros procesos y en menos de un año logramos la certificación B. En 2018, nos convertimos oficialmente en una empresa B, lo cual fue un gran hito para nosotros”.

La certificación B no solo consolidó el compromiso de Lagarde con la sostenibilidad, sino que también abrió nuevas puertas en el mercado internacional: “Hoy, Lagarde exporta a 30 países y ser reconocidos como una empresa B nos ha dado una gran ventaja. El logo B tiene un reconocimiento inmediato, especialmente en Europa y Norteamérica, donde hay una fuerte conciencia sobre la sostenibilidad”.

En tanto, desde Aguas de Origen (CCU y Grupo Danone), Virginia Ramírez, responsable de Turismo de la Reserva Natural de Villavicencio, expresó: “Uno de nuestros programas más fuertes y pilares de la compañía es el programa de recuperadores, que se inició en 2011. Hoy estamos en nuestra cuarta etapa”.

Y agrega: “Más de 40 cooperativas han sido acompañadas, especialmente en la profesionalización de la labor del recuperador. En 2022, Villavicencio logró producir su primera botella con 100% material reciclado y además reciclable, como parte de nuestra estrategia de recuperar 270 toneladas mensuales de PET en diversas comunidades, acumulando más de 3.800 toneladas de material reciclado hasta la fecha.”

Este programa no solo contribuye a la economía circular, sino que también empodera a los recuperadores, mejorando sus condiciones laborales y fomentando una cultura de reciclaje en las comunidades involucradas.

Otro gran programa de Villavicencio es “Agua Segura, Agua Accesible. Este año, lo estamos relanzando en Mendoza, específicamente en las escuelas rurales, para asegurar que los niños tengan acceso a agua segura. Muchas veces, el agua que consumen proviene de vertientes, ríos o arroyos cercanos que no están filtrados ni tratados. Con los filtros que instalaremos, garantizaremos que todos estos niños puedan acceder a agua segura”, concluyó Ramírez.

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