¿Cómo elegir el piso de una cocina?

Cuando se diseña el espacio interior de una vivienda, es habitual cometer el error de no dar suficiente importancia al suelo. A menudo, la prioridad suele estar en las paredes, el mobiliario y la iluminación, sin tomar en cuenta esta gran superficie que, con su textura y apariencia, puede definir la percepción, carácter y estilo de una habitación.

Sin embargo, más allá de su valor estético, la resistencia del suelo es imprescindible, al fin y al cabo, los muebles o la decoración pueden cambiar frecuentemente, pero el pavimento debe permanecer en buen estado por años. Esto aplica especialmente en el caso de la cocina, considerando que es una de las zonas de la casa que sufre mayor uso, tráfico y desgaste.

En este sentido, al momento de diseñar o reformar una cocina, seleccionar el pavimento debe ser uno de los primeros factores a resolver. Sin embargo, antes de tomar esa decisión, es fundamental tomar en cuenta la arquitectura del espacio, el estilo personal de los propietarios y, evidentemente, la funcionalidad y durabilidad. Hoy en día, existen diversos tipos de suelo en el mercado que cumplen con esos criterios; pero con opciones prácticamente ilimitadas de materiales, texturas y acabados, la elección puede ser compleja.

Por lo tanto, para facilitar el proceso de diseño e inspirar a propietarios, arquitectos y diseñadores, presentamos 5 tipos de suelos para cocinas que, además de explorar diversos estilos, ofrecen un balance ideal entre estética y funcionalidad.

Inspirados en microcemento: consistencia y sobriedad

Si se busca crear un diseño continuo y elegante, los suelos de cerámica que imitan el microcemento son una clásica opción. Al combinar la resistencia de la cerámica con la apariencia del microcemento, este tipo de pavimento se caracteriza tanto por su consistencia y durabilidad, como por su sobriedad, suavidad y versatilidad cromática. Además, con su textura y tonos grisáceos fáciles de combinar, los revestimientos de apariencia cementosa son atemporales y equilibrados, convirtiéndose en un material ideal para favorecer los elementos decorativos de una cocina e incluso reforzar un estilo industrial.

Laminados: superficies resistentes de apariencia natural

Si se trata de priorizar la practicidad, los suelos laminados son una alternativa probada para la cocina. Al ser una combinación híbrida de varios materiales y ofrecer un diseño realista, estos se caracterizan por lograr un equilibrio entre durabilidad, confort y estética. Por lo tanto, además de su versatilidad y apariencia natural, el suelo es resistente a la humedad y el desgaste. Generalmente, las tablas se acomodan encajando entre sí, un método de instalación sencillo y rápido para cocinas nuevas o proyectos de remodelación.

Cerámicos: versatilidad garantizada

Sin duda, la cerámica es uno de los materiales más populares para el suelo de la cocina. No solo es un material duradero, inalterable y fácil de instalar, sino que también es flexible y atemporal. Además, por su baja porosidad, es fácil de mantener y limpiar.

Por ende, si bien es una opción más tradicional, los suelos cerámicos siguen siendo altamente funcionales y transmiten una belleza natural que no pasa de moda en la cocina moderna. Sin embargo, este pavimento destaca especialmente por su versatilidad, ya que permite crear una infinidad de diseños que imitan de forma realista a materiales más costosos, tal como el mármol, la piedra o la madera.

Hidráulicos: estilo vintage

Por su parte, los suelos hidráulicos son ideales si se busca un estilo vintage, tendencia que se impone con fuerza en el diseño interior. Bajo el concepto de combinar lo nostálgico con lo moderno, las baldosas de Porcelanosa otorgan dinamismo a través de sus diseños y tonalidades neutras. Además, es un tipo de suelo muy versátil que permite crear composiciones o alfombras creativas y únicas al combinar distintas piezas (similar al patchwork).

Efecto madera: para espacios cálidos

La madera es un material que aporta calidez y transmite el bienestar de la naturaleza en cualquier espacio. Por lo mismo, se ha convertido en uno de los materiales más utilizados en las cocinas, siendo protagonista tanto en diseños contemporáneos como clásicos.

Sin embargo, muchas veces su uso como pavimento queda limitado por su comportamiento técnico, ya que las tablas pueden verse afectadas por los cambios de temperatura o la humedad. Por ende, los suelos cerámicos o laminados que recrean la madera son ideales para transmitir el confort visual y la belleza del material y, a la vez, lograr un alto rendimiento.

Fuente: Plataforma Arquitectura

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