Después de 10 años instalados en Chile, Maximiliano (35), su esposa Tami y su hijo de 9 años debieron cruzar obligados la cordillera y regresar a su natal Mendoza por el ataque de los barras de la Universidad de Chile.
A Maximiliano, un argentino que reside en Coquimbo, le balearon la camioneta en su casa y recibió amenazas de muerte por parte de los barras de la U de Chile. Los carabineros le dijeron: "No podemos hacer nada".
Después de 10 años instalados en Chile, Maximiliano (35), su esposa Tami y su hijo de 9 años debieron cruzar obligados la cordillera y regresar a su natal Mendoza por el ataque de los barras de la Universidad de Chile.
La misma noche de los desmanes, golpes y torturas en Avellaneda, la camioneta estacionada en su casa de Coquimbo fue baleada, además de recibir insultos y amenazas solamente por ser un hincha reconocido de Independiente.
A la mezcla de temor y violencia se sumó un factor aún más indignante y que coincide con lo que se oye en el audio viral de WhatsApp del que tanto se habla en Argentina. Ese mismo en el que un chileno dice que "todas las barras se unieron" y que "a todo vehículo con patente argentina lo van a reventar".
Cuando Maxi acudió a la comisaría de su zona para hacer la denuncia, un carabinero le contestó: "Lamentablemente, no podemos hacer nada".
Lo siguiente fue agarrar lo que estuviera a mano, algún abrigo y partir, primero, rumbo a Santiago. Una vez que el paso Cristo Redentor fuera habilitado tras las nevadas, partir hacia Las Heras, a la casa de unos familiares.
"Nos tuvimos que venir, no sé qué va a pasar ni cuánto me pueden bancar", contó Maxi en diálogo con Los Andes, atento a la duración del permiso que le dieron en su trabajo y en el colegio de su hijo para viajar.
Lo que teme el mendocino, residente en Coquimbo, comerciante y trabajador en una empresa minera, es que volver al país trasandino sea peor. Lo tienen prácticamente "marcado" y lo conocen en el barrio tanto por ser argentino como hincha del Rojo. De hecho, no quiere que se publiquen fotos suyas ni del vehículo.
Pasaron unas horas de acontecida la barbarie en el estadio de Avellaneda el 20 de agosto, con un centenar de heridos entre barras de los Azules y el Rojo, para que Maximiliano se enterara por su papá que le habían reventado la luneta de su camioneta de un piedrazo, que justamente lleva unas calcomanías de Independiente con las copas ganadas. Para no olvidarlo, además, le dejaron pegado otro sticker de la barra regional de la U de Chile.
"Vivimos en un sector que no es peligroso. Nos gritaron insultos y cosas como 'argentinos, los vamos a matar', le dispararon en el frente de la casa", recordó el mendocino, quien recibió la colaboración de sus vecinos con registros de las cámaras de seguridad. Fueron esos videos los que mostraron que no era un piedrazo, sino un balazo el que perforó el cristal del vehículo.
El jueves, llegó el momento de la denuncia. A la confesión de un carabinero de "no podemos hacer nada", apareció otra frase poco tranquilizadora para la familia: "Lo mejor que pueden hacer es irse a Santiago".
En paralelo, Maxi debió cerrar sus cuentas en redes sociales. "Me llegó un mensaje de Instagram, de esas cuentas truchas, sin fotos, 'que tuviera cuidado de ahora en más'". El mismo día, "retiramos a mi hijo del colegio y le explicamos la situación".
Entonces, Maxi y su familia tomaron sus cosas y se fueron para la capital chilena, donde residen unos familiares. Estuvieron todo el fin de semana hasta el lunes, cuando emprendieron viaje y cruzaron por el paso Cristo Redentor. Destino final: la casa de su suegra en Las Heras.
"Prácticamente dejamos todo allá, en la Cuarta Región. Salimos escondidos, como si fuéramos delincuentes", resaltó el protagonista de la historia.
"Está pesada la cosa, no quieren volver a Chile mi esposa e hijo. Han amenazado, han suspendido los tours de compras, a un bus en Los Andes lo agarraron a piedrazos", agregó el mendocino sobre los episodios de las últimas horas.
Si bien necesita volver a cumplir con su responsabilidad en el trabajo y las clases de su hijo, Maximiliano no se animó a dar esperanza para los demás argentinos con planes a corto plazo para Chile: "Va para largo, va a haber problemas".
La paranoia desatada por el audio viral y de historias como la de Maximiliano obligó a algunas compañías de transporte a suspender y reprogramar los tan solicitados tours de compras a Chile. Fue el caso de la agencia Punto Viajes, que resolvió la drástica medida para "no arriesgar la integridad de los pasajeros".
"Nosotros esta medida la hemos cerrado hasta el 5 o hasta el 10 de septiembre, para retomar los viajes del paseo de compra y garantizar lo que es la seguridad de nuestros pasajeros", señaló Carlos Castro, encargado del área de ventas de la empresa.
Por su parte, la agencia La Torre informó un freno inicial en las salidas de colectivos a Chile, pero ya retomó el martes los servicios "con mucha precaución".
El resto de las operadoras turísticas funcionaban con normalidad, aunque atentas al tenso panorama que se vive desde el fallido partido de la U de Chile e Independiente, sin detenidos, responsables políticos o sanciones de la Conmebol.