Mendocino perdió contacto con su hermana, se enteró de su trágica muerte y ahora busca a los sobrinos

Sebastián es un mendocino de 41 años. A través de Facebook, intenta ubicar a los descendientes de una hermana nacida en San Martín y fallecida en el derrumbe del edificio Cóndor, en Buenos Aires, en 1980.

El joven busca una hija que tuvo su madre y que luego murió en un derrumbe del edificio Cóndor, en Buenos Aires.
El joven busca una hija que tuvo su madre y que luego murió en un derrumbe del edificio Cóndor, en Buenos Aires.

“¿Dónde estás?” se denomina el grupo de Facebook al que Sebastián Fuenzalida, mendocino, nacido en Ciudad, de 41 años, recurrió cuando quiso indagar más sobre sus orígenes.

Casi de inmediato quedó asombrado con la cantidad de “me gusta” y de artículos compartidos que obtuvo en poco tiempo. “Fue impresionante cómo la gente se involucró y quiso ayudarme”, contó, en diálogo con Los Andes, para repasar lo poco que sabe acerca de su hermana fallecida y de su necesidad de conocer a su –al menos– un sobrino.

La historia es así: Berta Angélica Lucero, mamá de Sebastián, tuvo una hija con su primer marido, Carlos Pérez, en 1957. La beba se llamó Stella Maris Pérez y nació en San Martín el 25 de diciembre de aquel año.

El matrimonio se separó enseguida y la niña quedó a cargo de su papá. Berta (hoy con Mal de Alzheimer), que vivía en Ciudad, iba a visitarla a San Martín los fines de semana. Compartían un rato, paseaban y luego volvía a dejarla.

Esta es la única foto que Sebastián Fuenzalida conserva de su hermanastra, fallecida en el derrumbe del edificio Cóndor en Buenos Aires, en 1980.
Esta es la única foto que Sebastián Fuenzalida conserva de su hermanastra, fallecida en el derrumbe del edificio Cóndor en Buenos Aires, en 1980.

Una tarde, cuando Berta tocó timbre, nadie salió a atender. La casa estaba vacía. “Comenzaba la década del 60, no había forma de saber cómo ni dónde estaban, nada de WhatsApp ni de tecnología”, recordó Sebastián.

Berta no supo nada más y vivió siempre con esa punzada en el corazón. Muchos años después, rehízo su vida y nacieron Silvia, Viviana y Sebastián, este último el 11 de octubre de 1980.

Lo poco que se sabía era que Stella se desempeñaba como administrativa en el edificio Cóndor de la Fuerza Aérea Argentina, en Buenos Aires, justamente en el ala que se derrumbó el 5 de diciembre del 80. Ella resultó una de las víctimas fatales.

Berta, entonces ya con otros tres hijos, se sumió en el más absoluto silencio. Sin embargo, Sebastián fue creciendo y siempre quiso saber más: ¿qué sucedió realmente entre su madre y su primer esposo? ¿Por qué el papá de su hermana junto con su hija se fue de Mendoza sin avisar? ¿Quién fue Stella Maris? ¿Cuántos hijos tuvo? ¿Cómo fue su vida?

“Supe, a través de una tía, que mi hermana, ya adulta, estuvo en San Martín, Mendoza, pero no encontró a mi mamá. Eran otros tiempos. Mi madre siempre fue reacia a contarnos qué ocurrió y hoy tiene Alzheimer”, relata.

Agrega: “Quiero ubicar a mi sobrino, sé que al menos tuvo un hijo y que es un poco mayor que yo. Deseo encontrarlo y mantener una charla profunda. También quisiera visitar a mi hermana en el Cementerio de la Chacarita, donde me dijeron que fue sepultada”.

Tres años atrás, Sebastián, que es papá y trabaja en un banco del centro, sintió el deseo de indagar sobre su árbol genealógico. “A partir del árbol uno hereda patrones de conducta, es decir, según la familia de la que venimos, sumado a nuestras propias experiencias, somos lo que somos y lo que hacemos”, fundamentó.

En ese proceso de armar su historia, fue necesario contar con datos, como fechas de nacimiento de sus padres, hermanos, abuelos y tíos. También las de fallecimiento en caso de que correspondiera.

“Mi madre conserva una sola foto de Stella y hablar de ella le causó siempre mucho dolor. Evitaba el tema y hoy está enferma. Fue una tía quien siempre me ayudó a recabar más datos”, insistió.

Claro que aún se encuentra en el medio de la búsqueda, aunque está decidido a llegar hasta el final. “Poco conozco la historia de mi hermana, por ejemplo no sé con quién se casó. En el listado de víctimas fatales aparece su apellido de casada, Pinto, aunque el nombre de su esposo lo desconozco”, relató.

Sebastián, además, quiso conocer acerca de la tragedia del edificio donde se desempeñaba su hermana durante el gobierno militar aquel trágico 5 de diciembre de 1980. Supo que un ala completa se derrumbó de manera abrupta y murieron 17 personas.

Se concluyó que la causa había sido que el terreno donde fue construido está compuesto por tierras ganadas al Río de la Plata mediante el relleno costero.

“Las cosas de la vida. Mi hermana muere apenas tres meses después de nacido yo. Esta historia no la conocí hasta la adolescencia, cuando supe que mi madre había tenido una historia anterior, una vida anterior”, completó, para agregar: “Tampoco sé si el padre de mi hermana, Carlos Pérez, aún vive”.

“Mi madre tiene 84 años, tal vez su primer marido vive y le llega mi necesidad de conocer la historia. La diferencia de edad que teníamos con mi hermana, de casi 23 años, indica que su hijo tiene más o menos mi edad. Creemos que tiene unos 45 años”, reiteró.

Para Sebastián, que es papá de Paula, Constanza y Larissa, los orígenes familiares determinan quiénes somos en la vida y el rol que cumplimos.

“Es un tema muy sensible que, insisto, determina quiénes somos. No habrá reproches ni reclamos para nadie. Mi hermana ya está muerta, pero necesito saber quién fue”, concluyó.

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