El Gobierno espera un incremento de casos por la vuelta a clases

Admiten que la mayor movilidad de personas va a generar más contagios. Por ahora la provincia atraviesa una meseta, lejos de la segunda ola.

Con baja ocupación desde hace unas semanas, los hospitales mendocinos se preparan para el rebrote / Ignacio Blanco
Con baja ocupación desde hace unas semanas, los hospitales mendocinos se preparan para el rebrote / Ignacio Blanco

La reapertura de escuelas primarias y secundarias para el retorno a las clases presenciales podría impactar en la cantidad de casos positivos de Covid-19 en Mendoza a partir del 1º de marzo, día en que los estudiantes regresarán a las escuelas.

Al menos eso es lo que prevén desde el Ministerio de Salud de Mendoza. Mariana Álvarez, subsecretaria de Planificación y Coberturas Públicas Sanitarias, reconoció que “el incremento se va a dar, seguramente, porque va a haber una mayor movilidad de personas”.

De todas maneras, no esperan que sea un aumento demasiado significativo y apuntan al lado positivo de la medida. “Consideramos fundamental que regresen las clases para la salud integral de los niños”, reflexionó la funcionaria, teniendo en cuenta que esto permitirá la “vinculación con los pares y con los docentes”.

Esta realidad es aceptada, inclusive, por quienes se muestran reacios a volver a la presencialidad. “Los chicos necesitan estar en la escuela, pero supuestamente íbamos a estar vacunados antes de empezar y aún no pasa nada”, señaló una docente de la escuela Federico García Lorca, el día que retornaron a las aulas.

Desde Salud reconocen que no se ha podido cumplir con lo que se había planificado, pero nada se puede hacer si las vacunas no están disponibles ante las demoras en la llegada al país.

“Dependemos de que Nación nos dé las vacunas suficientes. Se debe terminar de vacunar al personal de Salud, después se seguirá con los docentes y luego con las fuerzas de seguridad y los geriátricos. Apenas lleguen las vacunas vamos a seguir avanzando”, detalló Álvarez.

En la escuela Infanta Mendocina, de Guaymallén, inclusive hubo un conflicto luego de que una celadora empezara con síntomas el domingo pasado. Claudia Chalaman, directora del establecimiento, indicó que la mujer “tuvo que ir el lunes a que la hisoparan”, por lo que le dio el día al personal.

Sin embargo, esa noche, ante la falta de novedades respecto al resultado, los celadores decidieron no trabajar el martes tampoco. Finalmente, el miércoles asistieron a la escuela, pero la directora asegura que pidió ayuda “a organismos de Gobierno para que me dieran una solución posible y no obtuve respuesta”.

La importancia de los protocolos

Aunque es difícil hacer futurología y saber qué ocurrirá efectivamente cuando los estudiantes retornen a las aulas, sí se puede trabajar en el cumplimiento de los protocolos.

Principalmente, en los tres factores que se vienen reforzando desde que comenzó la pandemia, en marzo de 2020: distancia social, higiene de manos y el uso de tapabocas.

“Al principio, la Organización Mundial de la Salud pensó que el virus se contagiaba sólo por grandes gotas y el barbijo sólo debía usarse si no se podía mantener distancia”, recordó Andrea Vila, especialista que integra la Sociedad Argentina de Infectología.

En cambio, hoy se sabe que “cuando es mucha la cantidad de gotas grandes se producen aerosoles. En ambientes cerrados, mal ventilados, con mucha gente hablando a la vez, hay más riesgo de contagio”, aclaró la infectóloga.

Si bien en las aulas la cantidad de asistentes deberá estar limitada, el cuadro es similar. “El barbijo toma más importancia por los aerosoles”, precisó Vila.

Ya sea en las escuelas o en cualquier ambiente cerrado, la especialista remarcó que los tapabocas pasan a cumplir una doble función: “Quien está contagiado y aún no tiene síntomas, no transmite la infección. También funciona como barrera de alta temperatura y humedad que disminuye la viabilidad viral”.

De esta manera, si un aerosol o una ‘gota grande’ traspasan el barbijo, no puede sobrevivir en ese microambiente. Por eso actualmente algunos especialistas hablan del uso de doble barbijo.

“A la gente le molesta, pero si está bien colocado, tapando la nariz y la boca, se generan el calor y la humedad que ayudan a evitar el contagio”, manifestó Vila.

La segunda ola

El ‘fantasma’ que asusta pero demora su llegada

Ya en diciembre algunos especialistas dejaban deslizar la idea de que a mediados de febrero o principios de marzo podría tener lugar un rebrote de casos que generarán la llamada ‘segunda ola’. Sin embargo, la realidad dista de ser la que conjeturaban por entonces. “La verdad es que en este momento la provincia está en una pausa epidemiológica y el ministerio sigue fortaleciéndose”, sentenció la subsecretaria Álvarez.

Si bien el miércoles se registraron 160 casos positivos en la provincia, un número más elevado de lo que se venía informando las últimas semanas, desde Salud descartaron que se trate del comienzo de la segunda ola.

“Esta semana tuvimos un día en el que fueron contados 48 casos. Y se van equilibrando. Los parámetros que tomamos de duplicación de casos y de transmisión se mantienen en valores que se sostienen en una meseta”, detalló Álvarez.

No obstante, reconoció que “es probable que los casos puedan empezar a aumentar”, pero ese incremento debería sostenerse “por muchas semanas” para que la situación sanitaria y epidemiológica local cambie.

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