Recuperó su lugar

“El talento gana juegos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia gana campeonatos”. Esta frase célebre de Michael Jordan, para muchos, el mejor jugador de la historia de la NBA, describe a la perfección a esta camada de jugadores, incluido entrenador, del Centro Deportivo Rivadavia.

Y vaya si sabrá de ganar campeonatos el Naranja. Es una máquina. Desde 2012 hasta la fecha ha dado 9 vueltas olímpicas. Habrá que repasar, y mucho, para encontrar algo semejante en la historia del básquetbol mendocino.

Podríamos nombrar al famoso Andes Talleres de la década del ‘70, al quinteto Apache de los inicios del ‘80, al mismo Rivadavia de fines de los ‘80 y al Regatas de la década de los años 90. Por momentos, da la sensación de que este conjunto que dirige Fernando Minelli es imbatible. Porque tiene talento, jerarquía, solidaridad, compañerismo y un plus que no se agota: hambre de gloria.

Por ello, es elogiable la actitud de un chico como Diego Arce, que dejó su rol de tirador para marcar cada balón como si fuera el último. Es admirable la actitud del “Hueso” Ronco, ídolo de la institución, que perdió su lugar habitual entre los cinco iniciales, sin embargo, cada vez que pisa la cancha y lanza al aro se le infla el pecho como a los grandes.

Esos que saben de ganar campeonatos. Y ahí debajo del aro está Abel “Chiquito” Trejo, ese juvenil de casi 2,10 metros que llegó al club a los 17 años y lo convirtió en su casa.

Párrafo aparte para Fernando Minelli, hombre que nació con una pelota naranja debajo del brazo y vistió la camiseta naranja desde premini a primera. Sin dudas, un récord como jugador y como entrenador, ya que acaba de lograr su novena vuelta olímpica como DT. 
Rivadavia parece imbatible.

Y lo es. Porque enfrente tuvo un equipo de experiencia como Capital, con nombres y hombres ganadores, pero Rivadavia quiere y trabaja para mantenerse en lo más alto. Le arrebataron el título en 2013, cayó de pie en el último Apertura, pero anoche se tomó revancha, venció a Capital por 71-59, y recuperó su lugar. ¡Salud campeón!