Marcha atrás

En términos coloquiales “poner marcha atrás” significa desistir de un empeño o reducir su actividad: “De acuerdo con la evolución de los hechos, tuvimos que dar marcha atrás con nuestro plan”.

GOOGLE PLAY. Dio marcha atrás con la decisión  (AP/Archivo).
GOOGLE PLAY. Dio marcha atrás con la decisión (AP/Archivo).

Cuando éramos pequeños, a muchos nos gustaba ver los desfiles de soldados que, rítmicamente, desfilaban al compás de diferentes marchas. Acudimos al diccionario académico y corroboramos que una marcha puede ser una “pieza de música, de ritmo muy determinado, destinada a indicar el paso reglamentario de la tropa, o de un numeroso cortejo en ciertas solemnidades”. Pero, además de poseer ese valor tiene otros muchos, ya como término aislado, ya en diferentes locuciones.

A la acepción básica de “acción de marchar”, encontramos que llamamos “marcha” al grado de celeridad en el andar de un vehículo: “En la última carrera, los automóviles llevaron la marcha a una velocidad inimaginable”. En relación con ella, metafóricamente, se puede hablar de “marcha” cuando se alude a la actividad o funcionamiento de un mecanismo, órgano o entidad; también, al desarrollo de un proyecto o empresa: “Es muy lenta la marcha de ese trámite burocrático”. “Estamos muy contentas por la marcha de nuestro flamante emprendimiento”.

El concepto de “acción de marchar” lo podemos referir al “desplazamiento de personas para un fin determinado”: “Fue intimidante la marcha de los manifestantes que protestaban en contra de las últimas medidas económicas”.

En España y en forma coloquial, puede usarse el término “marcha” para dos fines: uno es para referirse a la animación, al ambiente de diversión y al espíritu festivo: “Era hermosa la marcha de esa fiesta estudiantil”. El otro, muy unido al primero, es para designar la juerga o fiesta; aparece junto a verbos como ‘estar’, ‘marchar’ o ‘irse’, siempre con la preposición ‘de’: “Estaban de marcha permanentemente”; “Cada tanto se iban de marcha”. En algunos lugares de España, como Álava y Rioja. “marcha” es la “hoguera que se hace en las fiestas”: “En ocasión de este festejo, en cada plaza había una marcha y los niños bailaban en torno a ella”.

También encontramos dos valores de “marcha” en el ámbito deportivo: en el atletismo, es la “carrera que consiste en caminar rápidamente con uno de los pies siempre en contacto con el suelo”: “El profesor de actividades físicas, insistía en hacer realizar a sus alumnos una ágil marcha en el parquecito cercano”. En el ámbito de la esgrima, “marcha” es el “desplazamiento hacia delante en dos movimientos, primero avanzando el pie adelantado y luego el pie retrasado, manteniéndolo detrás del otro, para finalizar en la posición de guardia de la que se partía”.

Y, en referencia al título de esta columna, encontramos la locución “marcha atrás”, para indicar la acción de retroceder un vehículo y, también, para señalar la posición motriz de la caja de cambios que permite retroceder: “De golpe, vimos que un enorme camión daba marcha atrás” y “No lograba poner ‘marcha atrás’ en el nuevo auto”. En relación con esta locución, se da otra coloquial y de tipo verbal, “dar marcha atrás”, que significa “desistir de un empeño, o reducir su actividad”: “De acuerdo con la evolución de los hechos, tuvimos que dar marcha atrás con nuestro plan”.

Si estamos participando en un juego de cartas, usamos la locución “marcha del juego”, para hacer alusión al carácter propio de él y a las leyes que lo rigen para el movimiento de sus piezas o el valor de los naipes: “Todavía no lograba comprender cuál era la marcha del juego”.

En nuestro país no estamos demasiado acostumbrados a usar la expresión “marcha real” puesto que con ella se hace referencia a la pieza musical que se toca en honor del rey o de alguna representación de análoga majestad: “Con fervor y gran respeto, cuando los jugadores escucharon los acordes de la marcha real, se prepararon para cantar su bella letra”.

Existen dos locuciones que parecen contraponerse: “marcha reductora” y “a marchas forzadas”: con la primera, se nombra, “en algunos vehículos, el dispositivo de la transmisión, adicional al cambio de velocidades, destinado a incrementar la tracción en las ruedas”. En cambio, la segunda de estas locuciones hace referencia a “caminar en determinado tiempo más de lo que se acostumbra, o haciendo jornadas más largas que las regulares”. Es una expresión utilizada en el ámbito militar, igual que “batir la marcha/batir marcha”, con el significado de “tocar la marcha con el clarín o con la caja”: “Los niños avanzaban acompasadamente porque la banda del ejército batía la marcha”.

¿Qué se quiere significar al decir “poner en marcha”? Tiene dos posibilidades de interpretación: la primera tiene que ver con hacer que un mecanismo comience a funcionar: “Se puso en marcha el nuevo aparato difusor de riego”. La segunda, en cambio, alude a que se logra que un proyecto comience a realizarse, o que una entidad u organización inicie sus actividades”: “Desde febrero, se pondrá en marcha el nuevo ente regulador del proceso”. La locución verbal se relaciona con la locución sustantiva femenina “puesta en marcha” o “mecanismo del automóvil que se utiliza para su arranque”.

Cuando se usa “sobre la marcha”, como locución adverbial, se puede aludir a dos realidades en que se unen lo temporal y lo modal: “deprisa, inmediatamente, en el acto” y “a medida que se va haciendo algo”: “Lo iré acomodando sobre la marcha”.

Para concluir, una reflexión sobre la “puesta en marcha” y la educación, por el poeta español Gabriel Celaya:

“Educar es lo mismo / que poner un motor a una barca, / hay que medir, pensar, equilibrar, / y poner todo en marcha.

Pero para eso, / uno tiene que llevar en el alma / un poco de marino, / un poco de pirata, / un poco de poeta, / y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar, / mientras uno trabaja, / que esa barca, ese niño / irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío / llevará nuestra carga de palabras / hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día / esté durmiendo nuestro propio barco, / en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada”.

* La autora es profesora consulta de la UNCuyo.

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