La casa radical está en orden, pero la coalición también existe

Los mensajes en el congreso radical de ayer estuvieron dirigidos al fortalecimiento de la unidad de la coalición y no sólo del partido principal de la misma.

La UCR local se consolida pero sin olvidar que es parte de una coalición. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
La UCR local se consolida pero sin olvidar que es parte de una coalición. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

No se podía esperar otra cosa: un congreso provincial del radicalismo tranquilo debido al respaldo electoral que recibió Cambia Mendoza en las recientes elecciones. Como nave insignia de la coalición gobernante en la provincia desde 2015, la UCR es la que marca el rumbo, independientemente de que algunas decisiones del Ejecutivo puedan generar reacciones hacia adentro del frente.

Justamente, en una reciente entrevista con Los Andes, el intendente Bragagnolo sugirió al Ejecutivo el reconocimiento a la capacidad de dirigentes de partidos que forman Cambia Mendoza y que, se desprende de su apreciación, merecen ser tenidos en cuenta a la hora de pensar en colaboradores. Además, expresa su respaldo al referente del Pro en la provincia, Omar De Marchi, quien no oculta sus deseos de volver a intentar ganar la pulseada por la gobernación. ¿En qué condiciones? Dependerá del escenario que surja aquí y de cómo se mantenga la relación entre los partidos socios de Juntos por el Cambio a nivel nacional.

De Marchi, vale recordarlo, compitió en las PASO de 2019 con Suárez y este año concluyó renovando el acuerdo con el radicalismo, que le resultó ventajoso ya que aseguró buenos lugares en las listas para el Congreso, la Legislatura y algunos concejales. Todos los pasos los dio puertas adentro de la coalición, pese a haber tenido propuestas para encabezar una suerte de cruzada electoral de centroderecha por afuera del oficialismo local.

Quizá por eso los mensajes en el congreso radical de ayer estuvieron dirigidos al fortalecimiento de la unidad de la coalición, en especial de parte del senador nacional electo Alfredo Cornejo, quien volvió con aquello de que “con el radicalismo no alcanza” para competir electoralmente y llegar a gobernar a los mendocinos.

Por el momento, la UCR tiene un abanico político e ideológico bastante grande e interesante como sustento del espacio amplio que antes acompañó a Cornejo y ahora lo hace con Suárez, aunque la estructura del Gobierno sea radical. Pero la prédica a favor del sostenimiento de la coalición local es válida si se tiene en cuenta el nivel de discusión que se está produciendo en estos días con motivo de la renovación legislativa en el Congreso. Sobresalen cruces tensos por los liderazgos, en forma cruzada entre los partidos como también entre radicales, especialmente a partir de la decisión de Mario Negri de no abandonar la conducción del interbloque. Es válido el temor a una nueva ruptura opositora luego de un éxito electoral, que en este caso fue rotundo en el balance nacional.

Claramente, ninguno de los líderes radicales mendocinos pretende en este ámbito un desorden similar y menos que tenga que ver con la gestión o con la distribución de cargos. De algún modo esa preocupación justifica el pedido a los intendentes para que nadie se anote como postulante a suceder a Suárez hasta que no suene la campana de largada para ello.

Lo que Rodolfo Suárez sí puede mostrar con confianza es su correcto manejo de la crisis en el tiempo de pandemia/cuarentena, en especial a través de las decisiones por él y su equipo tomadas para ir dejando de lado restricciones en base a protocolos cuidados con cada una de las actividades, en especial las económicas. Fueron sus prioridades en el fatídico 2020 y por eso lo resaltó durante su mensaje en el congreso partidario.

Claro, para reintentar el debate y aprobación de sus grandes y postergadas propuestas (reforma constitucional, ley de educación, etc) en el segundo tramo de su mandato necesitará el respaldo de sus legisladores a partir del convencimiento de que lo que se busca aprobar es lo que corresponde. Y a partir de ahí intentar consensos con otras fuerzas en los asuntos que no se resuelven sólo con el voto mayoritario propio. Piloteó con mano firme y criterio la crisis; ahora le tocará buscar acuerdos.

Cornejo fue más al hueso con su mensaje. Como Suárez, reclamó fortalecer la unidad del espacio gobernante, pero también apuntó duro contra el gobierno nacional, al que culpó de mal utilizar los instrumentos disponibles para el manejo económico. Fue sumamente crítico del kirchnerismo, en línea con el documento elaborado por el congreso partidario.

El legislador nacional siempre cuestiona los recursos administrativos con que cuentan las provincias, a los que considera escasos, uno de los motivos por los que –suele decir- mucho no lo seduce la opción de volver a intentar ser gobernador de Mendoza.

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