Dicen que el que avisa no traiciona

Habrá oportunidades para que el espacio que lidera De Marchi haga valer su número gravitante en la Legislatura. Pero lo que también puede llegar a enfrentar para su proyecto electoral es una división dentro de su propio partido.

El diputado nacional Omar De Marchi visitó San Rafael y saludó al intendente Emir Félix.
El diputado nacional Omar De Marchi visitó San Rafael y saludó al intendente Emir Félix.

De Marchi anunció el lanzamiento de un plan estratégico para la provincia en diciembre de 2021, durante un evento al que convocó a través de la fundación Pensar, la usina de ideas de Propuesta Republicana (Pro). Entre los asistentes había varios que renovaban la esperanza de que, de una buena vez, se pusiera al frente de una tercera fuerza capaz de romper el dominio radical dentro de Cambia Mendoza.

En aquella oportunidad concurrieron a escuchar sus propuestas los demócratas, tanto frentistas como no frentistas, y otros grupos de dirigentes que habían conformado Vamos Mendocinos en las legislativas de ese año y se quedaron con las ganas de que el lujanino encabezara esa nueva alternativa.

Algunos interpretaron aquel convite como un gesto de reciprocidad del lujanino con quienes lo esperaron electoralmente en vano hasta último momento. No había pasado mucho tiempo desde las elecciones de mitad de mandato, pero le volvieron a poner fichas. Ahora también tiene gestos de simpatía desde sectores partidarios para nada afines, como el Partido Verde, la corriente que lidera el ruralista peronista Iannizzotto, los “caciques” territoriales del PJ, etc.

De Marchi anunció en aquel momento el lanzamiento de un plan estratégico para la provincia, que tenía como punto final la elaboración de un programa de gobierno “para ofrecer a quien resultase electo gobernador” en setiembre de este año.

Todavía no se vislumbraban tensiones con el radicalismo, pero en ese momento De Marchi, que fue elogioso y prudente con la gestión de Rodolfo Suárez, sostuvo que siempre corresponde llegar al poder con un plan claro a ejecutar. Sin ninguna duda, anticipo de un desafío fuerte. El plan, más que nada, comenzaba a armarse para su propia postulación.

También cabe recordar que poco después del contundente triunfo electoral en las legislativas, el Gobernador sugirió a los intendentes radicales sin reelección posible, y a otros interesados de su partido en anotarse en su sucesión, que dejaran en suspenso sus aspiraciones durante todo 2022. Un llamado de atención que traspasó los límites de la UCR y también pareció involucrar al adelantado De Marchi.

Sin embargo, el diputado nacional larretista apuró tanto el ritmo preelectoral el año pasado que hasta el propio eje Cornejo-Suárez se vio obligado a introducirse en el clima de campaña dejando de lado aquella advertencia de que sólo se hablara de candidaturas a partir del reciente mes de enero.

Algo cambió con respecto al De Marchi de las elecciones legislativas pasadas. En esa ocasión, él era el invitado a sumarse a ese conglomerado que, fundamentalmente, pretendía mostrar su enojo con la hegemonía radical que se gestó durante las dos gobernaciones de Cambia Mendoza. Sin embargo, ahora el que convoca y busca seducir políticamente es él.

Otro detalle. El calendario electoral propio que tiene la provincia mucho contribuye a esta estrategia del diputado nacional del Pro. Si bien en el caso de elecciones unificadas con las nacionales las diferencias demarchistas con el radicalismo no tendrían por qué cambiar, sí hubiese habido probables replanteos de parte de esos dirigentes de otras corrientes de pensamiento económico que ahora ven con simpatía el actual desafío.

En las última legislativas, Cornejo Suárez y De Marchi llegaron a un trabajoso acuerdo para sostener la unidad, pero éste logró colocar un número de aspirantes en las listas que el claro triunfo electoral le permitió tener en la Legislatura un más que respetable bloque propio.

Ese espacio dentro de la coalición gobernante fue el que puso freno a iniciativas que el gobierno de Suárez esperaba imponer sin problemas en las cámaras. El ejemplo más trascendente, el proyecto de reforma del funcionamiento de la Corte, que era necesario, indudablemente, pero con un mínimo marco de consenso no previsto por el Ejecutivo, incluyendo el aporte de los jueces. Y habrá, por qué no, más oportunidades para que el espacio de De Marchi haga valer su número gravitante. Es el caso del debate sobre las finanzas de OSEP, que el Gobierno considera prioritario.

Lo que sí deberá enfrentar De Marchi si desea concretar su proyecto electoral es la división dentro de su propio partido. En este aspecto no se trata tanto de quién es mayoría y quién no puertas adentro del Pro, sino cómo seguirá el anclaje nacional con Juntos por el Cambio, cuya mesa nacional se muestra reticente a avalar la aventura emprendida por su referente máximo en Mendoza. Una cosa es ir a internas en las primarias, como ocurrirá hoy en La Pampa entre radicales y “amarillos”, y una muy distinta un quiebre de la coalición, como el que se vislumbra aquí.

Probablemente, el tiempo diga cómo seguirá esta “novela”, según el punto de vista del gobernador Suárez. El radicalismo pretende que en los próximos días De Marchi defina si seguirá o no en la coalición, mientras éste se escuda en las fechas que establece la legislación electoral provincial, en principio con dos meses más de gracia. Lo que está claro es que éste no ha salido del rumbo que él mismo trazó hace poco más de un año, cuando echó a rodar la elaboración de su propio plan de gobierno. Como aquello de que el que avisa no traiciona.

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