Las variantes de la risa - Por María del Rosario Ramallo

Las variantes de la risa - Por María del Rosario Ramallo
Las variantes de la risa - Por María del Rosario Ramallo

¡Qué hermoso es estar alegre y poder demostrar nuestra alegría a través de un gesto físico, que contagia el regocijo a los demás! La exteriorización de ese sentimiento es lo que llamamos ‘risa’!

Curiosamente, ‘risa’ proviene de un vocablo latino, el sustantivo “risus” que, en aquel idioma clásico, era de género masculino. ¿Cómo se define la ‘risa’? El diccionario académico nos da dos definiciones: la primera corresponde al “movimiento de la boca y otras partes del rostro, que demuestra alegría”: La risa de Juliana nos hizo saber que todo estaba bien. La segunda, complementaria de la primera, nos dice “voz o sonido que acompaña a la risa”: Su risa era como el sonido de una alegre campanilla. Además, ‘risa’ es también lo que mueve a reír: Se transformó en la risa del curso con esas ridiculeces.

Vinculada a ‘reír’, vemos que también se puede usar este verbo en sentido metafórico; si se refiere a algo deleitable, como el sonido que produce el agua de una fuente o cascada, significa “infundir gozo o alegría”:  Nos deleitaba el agua de la fuente que parecía reír en ese ámbito paradisíaco.

Otro uso metafórico se relaciona con la tela de una prenda de vestir: cuando se ha desgastado por el uso y comienza a romperse o abrirse, se dice que ‘se ríe’.

Hay locuciones formadas a partir de este sustantivo, que dan cuenta de diferentes actitudes: cuando alguien ríe de manera forzada o fingida, se dice que tiene ‘risa de conejo’; también, si alguien ríe aparentando agrado, se habla de ‘risa falsa’. Otro tanto ocurre cuando la risa no surge de un verdadero motivo de regocijo, pues se habla de ‘risa sardónica’. Con algunos verbos, se forman otras locuciones muy ilustrativas: ‘caerse de risa’ es reír en forma desordenada; si alguien ‘se come la risa’ significa que la contiene por respeto; si una persona ‘está muerta de risa’ o ‘se revienta de risa’ significa que se esfuerza para no reírse, a pesar de estar muy tentada de hacerlo. Cuando no es posible ya ocultar la gracia que un hecho nos produce, diremos que ‘nos morimos/nos partimos de risa’.

Existen otras expresiones que dan cuenta de la desmesura en el campo de la risa: ‘desternillarse de risa’ es una locución que proviene de la antigua creencia de poder romperse las ternillas (cartílagos repartidos en la mandíbula) por una risa escandalosa o muy fuerte. Suele confundirse erróneamente el verbo ‘desternillarse’ con ‘destornillar’, por un cruce con el sustantivo ‘tornillo’. Una expresión equivalente es ‘descostillarse de risa’, que se usa también para designar esta risa con vehemencia.

Usar la expresión ‘¡qué risa!’ sirve para manifestar burla o incredulidad; ‘tomarse algo para la risa’ significa que no se le da el debido crédito o importancia. Y si alguien ‘se troncha de risa’ se quiere indicar que se ríe violentamente, a carcajadas. Precisamente, la risa fuerte se puede indicar con la expresión ‘a mandíbula batiente’ que, señala el diccionario, es equivalente a decir ‘a carcajada tendida’, esto es, con risa estrepitosa y prolongada.

En cuanto a la intensidad de la risa, tenemos una gradación semántica, que va desde la ‘sonrisa’ hasta la ‘risotada’ franca o la ‘carcajada’ grosera. Una ‘sonrisa’ se define como “acción y efecto de sonreír” y entendemos, por la etimología, que ‘sonreír’ es “reírse un poco o levemente, sin ruido”, ya que el verbo original, “subridere”, tenía ese prefijo “sub”, que indicaba “por debajo”.

En cambio, una ‘risotada’ es una risa estrepitosa y descompuesta; se vincula con el verbo ‘risotear’. Ese carácter de risa estruendosa y súbita motiva que, en general, vaya precedida de verbos que dan idea de brusquedad: ‘soltar la risotada’ y ‘estallar en risotadas’.

Por último, ‘carcajada’ es una voz de origen onomatopéyico pues la estructura fónica del vocablo calca o imita el efecto sonoro de este tipo de risa. Si miramos en un diccionario combinatorio el tipo de adjetivos que pueden acompañar a ‘carcajada’, nos encontramos con ‘estruendosa’, ‘estentórea’, ‘explosiva’, ‘atronadora’, ‘intempestiva’, ‘franca’. Y en cuanto a los verbos que pueden preceder a este sustantivo, encontramos ‘lanzar’: El invitado lanzó una carcajada repentina; además, ‘prorrumpir’, acompañado de la preposición ‘en’, por su significado de “proferir repentinamente y con fuerza o violencia una voz, un suspiro u otra demostración de dolor o pasión vehemente”:  Ante tal anuncio, Miguel prorrumpió en una carcajada insolente, sorpresiva, hasta hiriente.

Este sustantivo se relaciona con el verbo ‘carcajear’ que significa también “burlarse de algo o de alguien”: Se carcajea de todo.

Una mirada curiosa por el refranero nos da paremias como El mucho reír en nada suele concluir: se nos advierte aquí acerca de la necedad de aquellos que parecen reírse siempre, de todo y de todos, pues el tomar las cosas permanentemente a la ligera puede tener un final desagradable.  Otro dicho reza  El reír del llorar poco suele distar: allí se aplica aquel principio según el cual los extremos se aproximan: se ríe, a veces, por nervios y se llora, otras veces, de tanto reír.  Se acerca también al dicho Quien riendo la hace, llorando la paga.

El Refranero multilingüe del Instituto Cervantes nos consigna Al freír será el reír, refrán en el que se condenan los excesos y se señala que las cosas tienen su precio y sus consecuencias, por lo que se debe obrar con sensatez y tino. También, De mí reirás, pero de mi dinero, no: en este refrán, se dice claramente cómo uno se puede burlar de alguien en muchos aspectos, pero no en el económico.

Finalmente, encontramos en este refranero una paremia de todos conocida: El que ríe último, ríe mejor. La explicación brindada es que se debe ser prudente y  no considerarse vencedor antes de tiempo ni festejar un éxito sin haber terminado una empresa.

Además, pone en evidencia que, en muchas oportunidades, termina siendo vencedor alguien impensado que es quien, por último, festejará el triunfo.

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