Las dos caras de una misma historia

El triunfo de Huracán ante Desamparados 2-1 en el partido de ida mostró a dos equipos en uno mismo. El cambio de actitud fue clave.

A pesar de un inicio determinante en la faz ofensiva cuando Cámara tuvo su oportunidad o cuando Navarro “dobló” el travesaño (iban 20’) de un pelotazo, el equipo en sí se vio sorprendido. La presión de Desamparados en la mitad de cancha, es más, doblegó ese ahogo sobre la salida del “Globo” en el propio terreno lasherino, hizo que el equipo perdiera la brújula.

Se desordenó, no encontró el balón y terminó dejando espacios que facilitó el trabajo inteligente de un Desamparados que encontró en Lucas Godoy la capacidad resolutiva en los últimos metros (a pesar de los esfuerzo y entrega en la marca personal que hizo Pistone). Fue un punto clave que no tuvo solución ya que la mitad de cancha del “Globo”  quedó en una nebulosa, sin ideas ni recuperación.

El trabajo de Valori, Godoy Lucero y Narváez le bastó al equipo de Dillon para sacar la diferencia en el momento justo con el gol de Narváez previa asistencia de Godoy para irse con  tranquilidad al segundo tiempo. Pero fue demasiada tranquilidad. Sabía que el partido estaba controlado pero hubieron cuatro factores que cambiaron la cara de Huracán.

Primero: la actitud y entrega en cada balón.

Segundo: el trabajo de José Ortiz bajando unos metros, metido detrás de los volantes visitantes y por delante de los centrales ( Villalba y Ramos). Eso generó un espacio de uno 10 metros donde la marca de Desamparados fallaba en los relevos.

Lo cual permitió que Navarro se metiera por derecha (incontrolable), sumado a él, el incansable Diego Pereyra quien atacó, asistió y marcó en defensa (impecable).

Tercero: el error de Dillon de hacer que el equipo se metiera unos metros más atrás para jugar de contra.

Esa lectura fallida del juego le facilitó el juego a Huracán quien recuperó el balón, lo monopolizó y lo trabajó, con imprecisiones, sí, pero con garra.

Cuarto: el estado físico de los jugadores de Huracán estuvo dos puntos por arriba del rival. Se notó a partir de los 20 minutos del segundo tiempo cuando llegó el gol del empate (Cámara) y sobre el final cuando el “Víbora” ya se arrastraba, situación que aprovechó al máximo el “Globo” para ganar sobre la hora con el gol de Báez.

La revancha en San Juan, será otra historia: 2-1 no es poca cosa.

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