La invención de Adolfo Bioy Casares

El 15 de setiembre el escritor argentino cumpliría 100 años. Reconocido por su dominio del género fantástico, fue ganador del Premio Miguel de Cervantes en 1990, amigo de Jorge Luis Borges y dueño de una obra tan prolífica como estudiada y premiada. Escri

La invención de Adolfo Bioy Casares
La invención de Adolfo Bioy Casares

Una familia acomodada y una gran biblioteca. Hijo de Adolfo Bioy y Marta Casares, Adolfo nació en Buenos Aires el 15 de setiembre de 1914. La imaginación pronto se apoderó de aquel niño, que a los 4 años se pensó caballo y con el tiempo manifestó que el sueño y la realidad le resultaron confusos más de una vez.

En la infancia descubrió su pasión por la lectura y por sus manos pasaron autores argentinos y clásicos de la literatura universal que lo llevaron a escribir en 1928 su primer título: “Prólogo”, una publicación de 300 ejemplares financiada por su padre. Nietzche, Goethe, Hegel, Kant. Conrad, Chesterton, Stevenson, Shaw. Los libros fueron pronto parte de una magia infinita para el joven que en 1932 conoció a Jorge Luis Borges en la casa de Victoria Ocampo, hermana de quien sería su mujer: Silvina.

Tras abandonar sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras, a los 22 años publicó la revista “Destiempo” y a los 26 se casó con la escritora y pintora Silvina Ocampo, con quien trabajó junto a Borges en “Antología de la literatura fantástica”. En 1941 y un aniversario luego de su publicación, Adolfo Bioy Casares obtuvo el Primer Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires por “La invención de Morel”. A esta historia le siguieron muchas otras: “Plan de evasión” (1945), “La trama celeste” (1948), “El sueño de los héroes” (1954 -año en que nació su hija Marta-), “Guirnalda con amores” (1959), “El lado de la sombra” (1962) o “El gran Serafín” (1967), libro de cuentos por el que obtuvo en 1970 el Primer Premio Nacional de Literatura.

En colaboración con su amigo Jorge Luis Borges trabajó en varias oportunidades, en algunas bajo los seudónimos C.I. Lynch, B. Suárez Lynch y H. Bustos Domecq: guiones de cine, colección de novelas policiales, “Dos fantasías memorables. Un modelo para la muerte” (1946), “Libro del cielo y del infierno” (1960) o Crónicas de Bustos Domecq (1967) son algunos de los libros publicados durante esta época.

En 1975 y luego de “Dormir al sol” (1973), Bioy Casares recibió el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, al tiempo que se filmaron películas basadas en ficciones suyas. Nunca paró de escribir. “Un viaje inesperado” (1980), “El camino de Indias” (1980), “Una muñeca rusa” (1991), “Memorias. Infancia, adolescencia y cómo se hace un escritor” (1994) o “De un mundo a otro” (1998) son algunos de los títulos de aquellos años.

A las obras imprescindibles de su autoría se sumaron premios y distinciones en el país y en el mundo: miembro de la Legión de Honor de Francia (1981), Premio Konex de Platino (1984), Premio Miguel de Cervantes (1990), Medalla de Oro de la Universidad Complutense de Madrid (1993), Doctor Honoris Causa en la Universidad de Tucumán y en la UNCuyo (1996).

El 14 de diciembre de 1993 murió su mujer y quince días más tarde despidió a su hija, fallecida en un accidente de tránsito a pocas cuadras de su querido barrio de Recoleta. Seis años más tarde, el 8 de marzo, murió el inventor, el maestro del cuento y uno de los escritores ilustres de las letras argentinas.

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