La defensa de Silva se vale de una pericia para lograr la pena mínima

El jefe del Cuerpo Médico Forense dijo que la acusada tenía “visión en tubo” al momento de atropellar al rugbier fallecido.

La defensa de Silva se vale de una pericia para lograr la pena mínima
La defensa de Silva se vale de una pericia para lograr la pena mínima

Que pasó adentro de Mona Bar la madrugada del 9 de setiembre, los detalles de la autopsia al cuerpo de Genaro Fortunato y el estado psíquico y fisiológico de Julieta Silva fueron los principales temas que se abordaron en el inicio de la segunda semana del juicio por la muerte del rugbier ocurrida en San Rafael el año pasado.  

Los primeros en declarar fueron los gemelos Maure. Martín y Lucas tomaron protagonismo a partir del testimonio de la imputada en la apertura del debate. Ella contó que Genaro estaba "sacado, raro" y hasta celoso y todo partió de la discusión que mantuvo con uno de los hermanos Maure, que resultó ser Martín. También aseguró que Lucas se le acercó y dijo que interviniera y lo calmara o lo calmaría él.

El primero en ingresar a la audiencia fue Martín Maure y corroboró parte de los dichos de Silva. El joven admitió que Fortunato lo increpó "porque pensó que estaba mirando a Julieta" y luego agregó que fue sólo un cruce de palabras y "no iba a pasar a mayores porque tenía buena relación".
Según el testigo, todo quedó en ese entredicho y descartó que se hubieran invitado a pelear.

Lucas Maure no entró en detalles porque desconocía lo que ocurrió entre su hermano y Genaro. Se limitó a decir que Martín y Fortunato "eran conocidos y no tenían ningún tipo de problemas" y sí fue tajante cuando le preguntaron si había entablado un diálogo con Julieta Silva mientras permaneció en el boliche: "ninguno", respondió.

Tras escarbar en lo que ocurrió dentro del boliche fue el turno del forense. Ninguna de las partes decidió ahondar demasiado en los detalles de la muerte del rugbier. En cambio, el abogado defensor, Alejandro Cazabán, llevó al jefe del Cuerpo Médico Forense de San Rafael, Mariano Cuaranta, hacia un terreno más propicio: la condición clínica de Julieta Silva y los efectos que le pudo producir el alcohol. La defensa se basa en que no vio a Genaro y el estado alcohólico es un aspecto esencial.

Cuando tomaron la muestra de sangre para realizar el estudio toxicológico, Silva tenía 0,70 gramos de alcohol por litro de sangre. Pero, en retrospectiva, se estima que cuatro horas antes eran 1,30 gr/l.

El médico explicó que la misma concentración alcohólica afecta a cada persona de distinta manera (depende del sexo, el acostumbramiento, entre otros factores). Sin embargo, aclaró que "puede haber un detrimento en la visibilidad", aunque habló de "visión en tubo" porque disminuye hacia los costados. También afirmó que afecta los reflejos y eso impacta en "los tiempos de reacción", como, por ejemplo, frenar.

Al describir los estados de una persona alcoholizada, Cuaranta consideró que la imputada podría encontrarse en una etapa de euforia rozando la temeridad y "con los frenos inhibitorios algo disminuidos".

Francisco Carabajal, el bioquímico del Cuerpo Médico Forense que tomó la muestra y realizó los estudios en la sangre de Silva, aseguró que el cálculo de la concentración de alcohol al momento del incidente (1,30) tiene un 97% de certeza. Asimismo no descartó un grado de error y, según sus estimaciones, ubicó esa graduación en una franja que va desde 0,98 a 1,62 gramos de alcohol por litro en sangre.

El último perito fue Sebastián Olmedo. El psicólogo no fue concluyente sobre el estado psíquico de la imputada después del hecho porque la entrevista no duró más de 5 minutos. Según el profesional, Silva no emitió palabra. Solamente dio los datos personales, con la voz muy entrecortada, y luego se llamó a silencio.   

Incluso le hicieron escuchar la grabación de Silva llamando al 911, a pedido de la defensa, pero evitó pronunciarse sobre su estado psicológico en ese momento.

Estaba caído en el suelo cuando fue arrollado

Entre los detalles que brindó Mariano Curanta, jefe del Cuerpo Médico Forense de San Rafael, al examinar el cuerpo de Fortunato, explicó que las principales lesiones estaban del lado izquierdo, que presentaba laceraciones consecuentes con un arrastre y que sufrió aplastamiento de cráneo con esparcimiento de vísceras. Eso lo llevó a determinar que el cuerpo estaba acostado cuando fue arrollado por el Fiat Idea. 

Además, concluyó que Genaro "tenía los brazos abiertos" cuando estaba tendido en la calle porque no encontró heridas en ninguno de los dos. Si fue porque intentaba reincorporarse, no lo pudo determinar.

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