Juezas de liga: “Las mujeres son más difíciles de dirigir que los hombres”

Ponce, Echegaray, Furnari y Figueroa, representantes del arbitraje local, contaron sus vivencias en las canchas.

Juezas de liga: “Las mujeres son más difíciles de dirigir que los hombres”
Juezas de liga: “Las mujeres son más difíciles de dirigir que los hombres”

Febo pega fuerte sobre el brillante césped del estadio Feliciano Gambarte. En eso, desde el túnel asoman cuatro féminas perfumadas, bronceadas y vestidas con el atuendo que utilizan cada fin de semana. Sabrina Ponce, Daniela Echegaray, Donna Furnari y Sheila Figueroa son las damas de negro de la Liga Mendocina de Fútbol, las encargadas de impartir justicia cada domingo con ese inconfundible aroma de mujer. Y así, tras la divertidísima sesión de fotografías, se reúnen en el círculo central del campo de juego para afrontar la charla con el suple Ellas.

-¿Son árbitros por vocación o se fue dando?

-Sheila Figueroa: Nadie soñó de chiquita con ser árbitro. No creo que alguien se despierte un día diciendo ‘mamá, quiero ser árbitro’. Eso es algo que nunca pasa porque uno quiere ser futbolista, pero en lo personal el arbitraje te encuentra a vos y no es que vos vas a buscar al arbitraje. El arbitraje te encuentra de maneras extrañas. Hay gente que lo encuentra adentro de un campo de juego y dice: ‘¿por qué me cobra tan mal este tipo?’ Entonces decís: ‘bueno, yo voy a hacer el curso de árbitro para hacer las cosas bien’.

-Sabrina Ponce: En mi caso yo soy jugadora de fútbol y encontré el arbitraje por una lesión. Para no alejarme de las canchas me ofrecieron hacer el curso de árbitro, lo hice y ya llevo 7 años.


Sheila Figueroa y Donna Furnari son las más jovencitas del plantel arbitral femenino de la Liga local.  | Orlando Pelichotti / Los Andes
Sheila Figueroa y Donna Furnari son las más jovencitas del plantel arbitral femenino de la Liga local. | Orlando Pelichotti / Los Andes

-Daniela Echegaray: En mi caso, fue mi hermana María la que me invitó. Ella fue árbitro asistente de la Liga Mendocina durante mucho tiempo pero tuvo que dejar porque quedó embarazada. Yo le dije ‘¡no, porque hay muchos hombres’!. ‘No, son muchos señores grandes’, me dijo. Me insistió tanto que acepté. Me encontré con gente maravillosa y gracias a Dios nos encontramos con una asociación en la que nos dieron todo el apoyo. Estábamos en la Asociación de Árbitros de la Liga Mendocina y ahora junto a Sabrina y Sheila estamos en UMA (NdR: Donna está asociada a ACAMA) y la verdad es que la gente nos brindó todos sus conocimientos. Entramos a una cancha y ya teníamos experiencia. No podés terminar el curso y salir directamente a la cancha. Lo que es escrito vos podés saber el reglamento, pero a la hora de salir a la cancha es otra cosa. Aparte de lo que vos sabés tenés que manejar a los padres, a los dirigentes, etc. El callejero te empieza a formar porque es mucho más que saber un reglamento, sino que te ayuda a tener una personalidad y una conducción.

-Donna Furnari: En mi caso lo elegí porque me llegó de una forma en la que jamás imaginé que iba a poder terminar esto porque yo era bailarina, hacía danza y por mi padrastro empecé a acompañarlo a la cancha y desde ahí empecé a ver el movimiento del banderín, como se manejaban los árbitros, cómo se paraban y de ahí aprendí un montón de cosas. Cuando me decidió a hacer el curso de árbitro, ya sabía muchas cosas por el solo hecho de mirar. Ya llevo siete años dirigiendo, estuve dos años dirigiendo callejeros y te ayuda un montón. Es muy importante para la base como para comenzar en Liga Mendocina.

-¿Les tocó dirigir en torneos callejeros?

-DF: Sí, desde los 14 años que dirijo.

-¿¡Desde los 14 años!? ¿Y ustedes?

-SF: Yo desde los 19 años.

-SP: Desde los 31.

-DE: 21 o 22, jeje (no para de reírse).

-Hace poco, una mujer árbitro (NdR: la francesa Stéphanie Frappart) dirigió la final de la Supercopa de Europa entre Chelsea y Liverpool y se convirtió en la primera colega de ustedes en dirigir una final masculina de una competición europea. ¿La vieron dirigir? ¿Qué les pareció?

-SP: Como soy una apasionada por el fútbol la había visto en varios partidos del Mundial femenino y la vi particularmente en esa final. Ya se veía que era una fenómena. Siempre está muy bien parada en la cancha y la actitud, las señalizaciones y el manejo son perfectos. A nosotras nos pone muy orgullosas porque estamos luchando hace mucho por esto.


Daniela Echegaray y Sabrina Ponce ya saben lo que es dirigir en la máxima categoría de la Liga Mendocina. | Orlando Pelichotti / Los Andes
Daniela Echegaray y Sabrina Ponce ya saben lo que es dirigir en la máxima categoría de la Liga Mendocina. | Orlando Pelichotti / Los Andes

-DF: Es un orgullo verla dirigir porque te da ese pie para decir ¡sí, se puede! Podemos lograr y llegar al sueño que perseguimos siempre.

-DE: Estuvo espectacular, la felicito y la aplaudo. Logró lo que se había planteado, cada cosa tiene un paso a paso.

-¿Son críticas de sus colegas?

-SF: Sin dudas. Desde que empezás a involucrarte en el mundo del arbitraje mirás un partido, disfrutás del fútbol, pero también mirás al árbitro y a los asistentes. Los  mirás de otra manera.

-SP: Cuando no vio algo que vos estás viendo te ponés a mirar porqué no lo vio. Por la posición en la que estaba parada, qué jugador la estaba tapando, cómo estaba mirando el asistente…

-¿Cómo es el trato con el futbolista mendocino?

-SP: En mi caso yo tengo poco trato con los jugadores. No te aguanto una. Cuando llego a la cancha se agarran la cabeza y dicen ‘¡oooooohhhh, viene la Rubia!’ Los profes les empiezan a decir a los chicos ‘no hablen con el árbitro’ y todos se comportan bien porque saben que yo no les perdono ni una. Ni en Inferiores ni en Primera ni en ninguna.

-SF: Aparte yo creo que hay un tipo de respeto distinto. Por ejemplo, cuando vas a Infantiles es común que los chicos te digan “ma” o “seño”. Es una imagen que te relaciona con algo que vos querés mucho y es como que tu mamá te está retando adentro del campo de juego.

-DE: Es común a veces que señalemos con el dedo índice y les digamos “¡no me grités!”. Claro, el tema es que como nosotras dos (por Sabrina Ponce y ella) somos mamás, nos sale el instinto materno. Imaginate que la mamá del chico te grite de afuera…  lo va a hacer con razón porque no soy la madre.


    Orlando Pelichotti / Los Andes
Orlando Pelichotti / Los Andes

-Es que hay categorías en las que ustedes deben hacer docencia, ¿no?

-SP: Sí, yo creo que en todas las categorías hay que hacer docencia porque siempre hay algo que no les enseñan los profes o no lo aprenden. Entonces, les tenés que marcar los puntos desde un principio. Es más, cuando doy la charla en el círculo central, ya les digo lo que les voy a permitir y lo que no.

-¿Quiénes son más difíciles para dirigir, las mujeres o los hombres?

-”Las mujeres”, contestan las cuatro al unísono.

-¿Por qué?

-SP: Porque no entienden que están jugando Liga Mendocina, creen que todavía están jugando el callejero donde vos al árbitro lo podés mandar a la mierda, darte vuelta e irte y no pasa nada. Acá en el femenino, si hacés eso, yo te echo.

-SF: Eso se da por una falencia del Femenino que es no tener categorías infantiles ni inferiores. Entonces ellas a partir de los 15 años salen a la Primera luego de jugar en plazas, en un club de barrio, en una unión vecinal o en un campeonato que está mal organizado y con gente que quizá no es colegiada. No tienen el hábito. En cambio, si uno va a dirigir la Cuarta de un equipo masculino, los chicos muchas veces juegan en Primera, entonces saben las mañas y tienen otro aprendizaje que lamentablemente las chicas no tienen. Y está mal, porque las deja en otro nivel.

-¿Ustedes sienten que con el paso de los años la sociedad es menos machista o todo lo contrario? ¿Es natural que las vean dirigir o son discriminadas?

-DE: Ahora es más natural. Al principio era terrible. Entramos cuatro o cinco chicas juntas y nos decían de todo. Desde ‘andá a lavar los platos’ hasta cosas mucho más fuertes. Nosotras parábamos el partido, amonestábamos, echábamos y, si teníamos que sacar al profe, lo hacíamos. Hoy cambió un poco.

-SF: Eso es lo mismo a lo que uno va y tienen que ver con la importancia de que uno esté acá. ¿Por qué? Yo tengo 23 años y voy a una cancha y gracias a Dios tuve una Sabrina Ponce, una Daniela Echegaray y una Vanesa Berdugo que estuvieron antes que yo e hicieron el camino.

-¿Tienen alguna anécdota o algo raro que les haya pasado en una cancha?

-SP: ¡No sabés, de todo nos ha pasado! je. A ella (por Daniela Echegaray) hasta le pegaron.

-DE: Sí, me pegaron en la cancha de Talleres. Se metió una señora a la cancha, que justamente era la hija del canchero, y me metió una patada en la cola. Fue en un Talleres-Guaymallén por la B. Yo me fui de la cancha.

-SF: Ahí te das cuenta de que el machismo no está ligado únicamente a los hombres.


    Orlando Pelichotti / Los Andes
Orlando Pelichotti / Los Andes

-SP: Incluso las mujeres nos insultan más que los hombres.

-DF: A veces los clubes se confunden con esto del feminismo, del ni una menos, creen que nosotras apoyamos eso porque muchas veces escucho que dicen ‘no le faltes el respeto porque es una mujer’. En mi caso y en el caso de mis compañeras, creo que merecemos el mismo respeto que el hombre porque somos árbitros, impartimos justicia y estamos trabajando. Y así como al hombre se lo respeta, a nosotras nos tienen que respetar igual que a ellos.

-¿Qué opinan del uso de la tecnología en el fútbol y particularmente del VAR?

-SP: Lo veo bien para el momento de impartir justicia, pero si se usa mal como lo hemos visto en el partido Brasil-Argentina de la Copa América o con el Tomba en la Libertadores contra Palmeiras, deja mucho que desear. Hay jugadas clarísimas que ni siquiera han sido revisadas por el VAR.

-SF: Se necesita capacitación para usar el VAR y si la que lo utiliza es gente que no está verdaderamente capacitada, es arbitrario.

-DE: Me parece que hay que buscar otro método para que no sea tan rápido. No hay pautas definidas en ningún lado sobre cómo y en qué momentos se usa.

-¿Quién es para cada una el referente del referato nacional?

-“Pitana”, coinciden las cuatro.

-¿Y mendocino?

-“Yo”, bromean las cuatro a pura risa. Pero ahí nomás se ponen serías y concuerdan: “Gabriel Araujo y Sebastián Márquez son los mejores”, sueltan las damas.

Entre sueños cumplidos y metas por concretar

El 11 de marzo de 2018, Sabrina Ponce se convirtió en la primera mujer en arbitrar un encuentro de Primera División de la Liga Mendocina de Fútbol. La dama dirigió Drummond - Ferroviario por la B local. Además, Sabrina es futbolista y entrenadora. El 18 de agosto pasado, en el duelo entre Banfield y Ferroviario, Daniela Echegaray también tuvo su estreno arbitral en la Primera B. "Estuvo buenísimo. Se dio un partido lindo y mis compañeros colaboraron mucho conmigo. Lucas Río, el asistente 1, me ayudó a hacer la entrada en calor para los tres y me sentí muy bien", cuenta Daniela sobre su debut. Su amiga Sabrina (que ya dirigió tres partidos del Ascenso) la evalúa: "Dirigió bien y manejó el partido porque en Primera es diferente a las inferiores". Mientras que las más jovencitas, Donna Furnari y Sheila Figueroa, abren sus alas para comenzar a volar lo más alto posible. Donna continúa con su función de asistente de Primera y Sheila Figueroa aún dirige en divisiones inferiores. "Mi sueño es dirigir en Primera, la vengo peleando hace bastantes años y hay que seguir haciendo méritos", cuenta Donna. El objetivo de Sheila es dar la prueba física en 2020 para poder ser nombrada como asistente de Primera. "No es porque no haga méritos, sino porque me faltan años en Liga Mendocina. Esto no es que te recibís y ahí nomás comenzás a dirigir en Primera, hay que hacer un cierto recorrido", explica.

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