Energías renovables: cada vez más productores instalan paneles solares

Con la quita de subsidios a la energía y los costos subiendo por todas partes, muchos productores y empresas agroindustriales analizan sumarse a la tendencia de adoptar energías renovables (especialmente, paneles solares) para reducir la factura de la electricidad. ¿Qué puntos hay que tener en cuenta antes de decidirlo?

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Primero se recomienda analizar bien el consumo energético y si vale la pena. En general, funciona mejor para quienes tienen un gran consumo, ya que son inversiones muy grandes que demoran en recuperar el dinero. La amortización varía entre 8 meses a 4 años, según factores como el volumen de consumo, el subsidio de la factura y el tipo de tarifa, y es importante contar con créditos blandos para la financiación.

“En un contexto donde los desafíos energéticos son una preocupación constante para el sector productivo y agropecuario, la provincia se destaca como un epicentro de innovación y soluciones sostenibles”, afirmó Natan Araya, coordinador del Clúster de Energías Renovables de Mendoza (grupo con empresas como Big Data, Grener, Manager Electric, Solhe, Solarica, Solper, Solar Mendoza, Sunsolar Cuyo, Tassaroli y Vittec).

Algunas ventajas que señaló Araya para adoptar la energía fotovoltaica son la reducción de gastos de electricidad, un mayor cuidado del medio ambiente y una independencia energética para continuar las operaciones incluso en momentos de crisis energética. En el año 2023, en el sector productivo las empresas del clúster instalaron cerca de 13 mil paneles e incorporaron 6.860 kWp de energía (sumando fincas e industrias del sector).

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¿Cuánto cuesta? Alguien que riega su finca con una bomba sumergible de 13 metros, podría reemplazar el grupo electrógeno por un equipo solar fotovoltaico con 16 paneles solares de 340Wp y un inversor variador trifásico de 4kW, con lo que generaría cerca de 8.160kWh por año. Con la ingeniería y puesta en servicio, tendría un valor de referencia en el mercado de US$ 8.900 (oficial según Banco Nación).

El coordinador del clúster agregó que instalar paneles solares en el campo permite diversificar los ingresos, ya que, si el sistema está conectado a la red, se pueden vender los excedentes. “Considerando los cortes frecuentes de energía, los altos costos energéticos y la quita de subsidios, invertir en energía fotovoltaica es aún más inteligente, más aún cuando el valor de estas inversiones va de la mano del dólar oficial”, apuntó Araya.

Instalar paneles solares

Ante la consulta, desde el Ente Provincial Regulador Eléctrico (EPRE) comentaron que Mendoza ha sido pionera, desde el año 2015, en la modernización del servicio público de distribución de energía eléctrica. Esto ha sido así mediante la elaboración de una normativa regulatoria única en el país, en lo que respecta a los recursos de energía distribuida.

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“Estas regulaciones que han sido un modelo a seguir en la instauración de la figura del usuario/generador a través de la utilización de fuentes renovables, contribuyen al logro de los objetivos de desarrollo sostenible, colaborando en la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero que influyen en el cambio climático”, comentaron desde la entidad.

Sin tener los datos discriminados por rubro o sector, la información general del EPRE es que Mendoza en total cuenta con 625 usuarios generadores con una potencia total fotovoltaica de 11,675 MW, y sigue con un paulatino crecimiento. “La instalación de paneles solares está al alcance de los productores”, afirmaron.

Volviendo a las empresas del sector, más allá del clúster de energías renovables, hay otras firmas reconocidas como Energe, que el año pasado trabajó en 14 proyectos en el sector productivo (uno incluyó cerca de 600 paneles en una bodega importante), y Souk SRL, con 10 clientes entre fincas y bodegas.

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Andrés De Lucia, gerente comercial de Energe, comentó que reciben consultas de varias partes de la provincia, desde el Sur hasta el Este, y distintos sectores productivos, desde la vitivinicultura hasta la industria avícola. Por un lado, la principal motivación de los productores es reducir los costos, pero, por el otro, también hay bodegas que buscan un perfil más vinculado a la sustentabilidad y así acceder a más mercados.

“Hoy tenemos mucha consulta de este tipo de sistemas para generar energía eléctrica en el campo de Mendoza. En este momento, es una oportunidad bastante buena. Estamos teniendo baja de costos en dólares de los productos, porque se ha achicado la brecha cambiaria y se puede acceder a dólares más cercanos al dólar oficial”, comentó De Lucia.

Además, el gerente comercial de Energe señaló que hace poco salió el nuevo cuadro tarifario de energía eléctrica, “con incrementos del orden del 300% en lo que es potencia contratada y el VAT, que es la parte del componente de la factura que hace a los gastos de administración, transporte y comercialización”. Por su parte, la energía ha tenido aumentos de entre 1,5 y dos veces, según la ubicación en el cuadro tarifario.

Los costos operativos vitícolas se triplicaron en una temporada

La combinación de baja de costos en dólares y suba de tarifas hace que los proyectos hoy se vean más interesantes en cuanto al recupero de la inversión, aunque, como señaló De Lucia, “está faltando la pata financiera”. Para que eso ocurra habrá que esperar a que baje la inflación y con ello las tasas de los créditos.

Ejemplos de agroindustria y energía

El uso de energías renovables en la agroindustria mendocina presenta varios casos. En General Alvear, la familia Sáenz reconvirtió 200 ha para ganadería con pivot y energía solar, en una zona sin electricidad ni con posibilidad de riego tradicional. Hoy tienen dos equipos solares individuales, uno para cada equipo de riego, con 138 paneles de 455 watts, y analizan sumar un tercero.

“Hay mucha gente que está preguntando a raíz de la crisis, para bajar los costos”, señaló Matías Sáenz, que con su padre Alberto llevan adelante el establecimiento. Una ventaja fue contar con créditos económicos del Fondo para la Transformación y el Crecimiento de Mendoza (FTyC), ya que el financiamiento es clave para estos proyectos.

En cuanto a la amortización, Matías Sáenz señaló que en un principio esperaban recuperar la inversión a cuatro años, pero con los vaivenes económicos cree que eso será en seis años. Mientras tanto, aprovecha la energía para hacer funcionar las bombas y el pivot, y así seguir produciendo forraje con el que alimentar sus 1.200 cabezas de ganado.

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Otro caso, esta vez olivícola, es el de Grupo Dibiagi, empresa de logística y transporte que plantó en Lavalle 265 hectáreas de olivos (en un proyecto que prevé sumar 200 más), con una fábrica para la elaboración de aceite de oliva. La iniciativa incluye la generación de energía con paneles solares y biomasa, y ya cuentan con alrededor de 1.500 paneles.

Para Edgardo Dibiagi, presidente del grupo, para ser sustentable es importante primero identificar cada componente y su consumo eléctrico. Segundo, ver cómo suplir la energía de red con sistemas alternativos ambientales, como solar, biomasa o eólico. Y tercero, hacer un control de excesos en el uso de estas energías alternativas (“a pesar de que utilizamos sistemas de riego solares, en nuestro caso no desperdiciamos agua”).

De todos modos, cuando le preguntan a Dibiagi si es buen negocio poner paneles solares, él responde que a nivel económico no es conveniente, ya que el retorno de la inversión es muy lento. “Nosotros los incorporamos porque seguimos un lineamiento ambiental que incluye, incluso, otras acciones ambientales”, apuntó el presidente de Grupo Dibiagi.

Un último caso es el frigorífico FrioFrut, una cooperativa del sur provincial dedicada a refrigerar alimentos, en especial frutas de carozo y pepita (aunque también, verduras). En el año 2022 hicieron una inversión inicial en paneles solares y ampliaron el tema en 2023. Hoy tienen unos 542 paneles solares que permiten generar alrededor de 450.000 kw al año.

Omar Alonso, tesorero de FrioFrut, explicó que esa energía sería cerca del 30 % del consumo anual del frigorífico. “Hicimos esta inversión calculando que se amortizaría en siete años. Ahora, con el incremento del costo de la energía y la eliminación de los subsidios es probable que en tres años se pague la inversión”, analizó Alonso.

Estudiar la eficiencia

Una recomendación antes de cambiar la fuente de energía es hacer un buen estudio de eficiencia energética, para conocer bien qué se está consumiendo y cómo se podría ahorrar sin necesidad de hacer inversiones tan grandes como un parque fotovoltaico. Así, se puede saber si la potencia contratada es la que conviene, como explica Natan Araya.

“Hay sectores agrícolas o rurales que tienen una potencia contratada de 100 kW, porque en su momento tenían un pozo que pedía eso, y actualmente consumen 100 kW nada más que durante tres meses. El resto del año no los consumen, pero todo el año pagan por esa potencia contratada, más la energía consumida”, dijo el coordinador del clúster de energías renovables de Mendoza.

Entonces, durante tres meses consume y paga lo que corresponde, pero en el resto del año paga más de lo necesario. Para eso es aconsejable hacer un estudio de eficiencia energética y que el productor sea asesorado sobre contratar una potencia acorde o pasarse a una tarifa variable.

Energía en los campos de España

Cuando uno visita la ciudad de Granada, se recomienda subir varias escalinatas hacia sus miradores, como San Nicolás o San Miguel, y apreciar las vistas, con toda la urbanización y el palacio árabe de La Alhambra. Sin embargo, si desde arriba uno mira “más allá” de la ciudad hacia el suroeste, podrá ver grandes estructuras que conforman uno de los cuatro parques eólicos de esa provincia española, en una relación interesante entre el campo y la ciudad.

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Es que en varios países de Europa desde hace años se fomentan las energías renovables y, como los parques solares y los eólicos requieren de mucho espacio, las zonas rurales son bien vistas para este tipo de inversiones. En concreto, España está inmersa en un proceso intenso de cambio de su modelo energético hacia estas fuentes renovables, más sostenibles.

Así lo sostienen los especialistas Jorge Díaz Lanchas y Alejandro Labanda, en un artículo de la revista Papeles de Energía en 2023. “El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) tiene como objetivo estratégico que el 100 % de la energía producida en España en 2050 provenga de fuentes renovables para lo que espera alcanzar el 74 % de energía eléctrica renovable en 2030 (42 % en 2022)”, señalan.

Esto ha permitido dinamizar con inversiones algunas zonas que venían con una caída en su actividad económica y su población. Además, agricultores o ganaderos pueden aprovechar esta nueva energía para continuar sus actividades con una menor contaminación (muy importante en países desarrollados).

Incluso, se viene trabajando en algo llamado “producción agrovoltaica”: en vez de tener una hectárea agropecuaria y otra hectárea de paneles solares, se tienen dos hectáreas que intercalan producción y paneles. Esto permite aprovechar la sombra de los paneles, por ejemplo, para dar sombra al ganado menor, y usar mejor el espacio, aunque requiere de muchos análisis para ver si cada caso es factible. Una historia que recién comienza.

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