El aumento de la carne beneficia a ganaderos, pero se teme una caída del consumo

Sin llegar a niveles de la inflación, la suba de precios por una menor oferta ayudó a mejorar la rentabilidad. Esperan la campaña de vacunación para conocer el stock total.

Los precios de la hacienda en el remate de la Fiesta Nacional de la Ganadería en Alvear se mantuvieron a lo largo de todo el 2022. Archivo. Ignacio Blanco / Los Andes
Los precios de la hacienda en el remate de la Fiesta Nacional de la Ganadería en Alvear se mantuvieron a lo largo de todo el 2022. Archivo. Ignacio Blanco / Los Andes

Tras un 2022 en el que los precios de la hacienda estuvieron literalmente planchados durante meses, el 2023 llegó con nuevos valores en el ganado terminado y desde ahí el incremento se derramó en todas las categorías y la cadena de comercialización.

Dentro de este panorama hay dos aristas. Para el sector productivo el movimiento de precios en la hacienda aún no acompañó la inflación, pero al mismo tiempo permite comenzar a recuperar la rentabilidad perdida a lo largo de 8 meses, ya que vendieron a valores que estaban muy por debajo del costo de producción. Para muestra basta un botón: se estima que durante 2022 hubo pérdidas de hasta $30.000 por cada animal engordado en un feedlot.

En la otra punta de la cadena está el consumidor que ya sufre el duro golpe que significaron los aumentos que se dieron en el último mes y actualmente rondan el 40%.

La consulta en todos los puntos de la cadena cárnica, desde el sector productivo hasta la carnicería, arroja la misma explicación: actuó algo tan simple como la ley de oferta y demanda.

Mientras sobreabundó la oferta de ganado en pie, los precios se mantuvieron y hasta incluso bajaron unos pesos aun cuando los insumos aumentaban seguidamente como el caso del combustible. En la actualidad, la disminución del ingreso de hacienda al mercado de Cañuelas (reemplazó a Liniers) actuó como trampolín para los precios y la suba repercutió inmediatamente.

Por qué se pasó de un extremo al otro de manera abrupta se explica en parte por la inflación, con la consecuente pérdida de poder adquisitivo, y también en la sequía que azotó a gran parte de la Argentina.

¿Los precios seguirán aumentando? Los productores están esperanzados mientras que los consumidores tiemblan. Igualmente, el stock vacuno por un lado y el consumo por el otro serán los que marquen las reglas del juego.

Precios estancados y pérdida de hacienda

“Los que pasó con la carne es multicausal y hay que dejar algo en claro, el productor no fija los precios. Así como en casi todo el 2022 el precio de la hacienda no se movió nada, ahora que falta ganado y hay poca oferta para la demanda actual, la lógica es que aumente”, afirmó Ramiro Labay, presidente de la específica de ganadería de la Cámara de General Alvear.

Para comenzar a desandar el camino de los precios hay que remontarse a principios de 2022. Según el ganadero que integra la cámara sureña “hubo una baja en el consumo por la falta de poder adquisitivo, comenzó a haber sobreoferta de carne y los precios se quedaron quietos”.

Con el paso del tiempo, la sequía no hizo más que incrementar el problema porque muchos ganaderos debieron desprenderse de animales antes de tiempo, lo que significó rematar hacienda con menos kilos como única forma posible de mantenerse. “Eso también incrementó la oferta de carne y mantuvo los precios casi fijos. Es más, en diciembre del año pasado se pagaron precios casi iguales a los que hubo en el remate de la Fiesta de la Ganadería en mayo”, explicó Labay.

Marcelo Montoya, productor de Este mendocino con feedlot, realizó un análisis muy similar a su par alvearense y le agregó cifras concretas: “El año pasado hubo un déficit muy grande, por cada novillo terminado había pérdidas de entre $20.000 y $30.000. Mientras que el alimento subía al igual que el resto de los costos de producción, el valor de la hacienda se mantuvo muy planchado”.

Cambio de año, de régimen de lluvias y precios

El estancamiento en los precios de la carne atravesó también diciembre, algo impensado anteriormente. Sin embargo, en enero se sintió la liquidación del stock ganadero y con la aparición de las lluvias, todo comenzó a cambiar.

“Con las lluvias vienen pasturas nuevas y el productor se anima a volver a encerrar animales. Cambió el panorama y si antes vendías a la apuradas ahora empezás a recriar nuevamente”, afirmó Ramiro Labay.

Osvaldo Fernández, ex presidente de la Cámara de comercio de San Rafael y propietario de un feedlot, al analizar el aumento de precios, sostuvo que “ahora la carne es un producto escaso y se siente”.

“Así como en el 2022 fue aguantar y perder sobre todo en los feedlot, ahora al menos estamos en cero, dejamos de perder”, sentenció el productor.

Para Roberto Ríos, productor y presidente del Clúster ganadero de Mendoza, el techo de aumento aún no está y “debe subir un poco más para equilibrar”. Mientras que Labay consideró que “todavía la suba en el precio no acompañó la inflación que tuvimos. Al menos estamos un 40% por debajo”.

41 Fiesta Nacional de la Ganadería de Zonas Aridas en General Alvear

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
41 Fiesta Nacional de la Ganadería de Zonas Aridas en General Alvear Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Miedo a la intervención del Gobierno

Así como hay restricciones a las exportaciones por intervención del Gobierno nacional y solamente siete cortes de los denominados populares se pueden comercializar en el mercado interno, los productores temen que el aumento del ganado en pie sea una excusa para que el Estado vuelva a meter mano en el mercado ganadero.

“Con las cifras del año pasado, el productor la pasó muy mal, ahora que varió veremos si se sostiene. Igualmente, nosotros no manejamos los precios y no definimos nada en ese sentido por lo que esperemos que desde el Gobierno no quieran intervenir como en otras oportunidades, porque además los costos siguen siendo muy alto”, sentenció un ganadero que pidió reserva del nombre.

La visión de los abastecedores y las carnicerías

Esteban Perfumo es un abastecedor de carnes en el sur mendocino y también productor ganadero, así que en su caso tiene una mirada doble. “Por un lado, necesitábamos un cambio en los precios porque así no se podía seguir. Los números para el engorde no daban de ninguna forma. Lo que se ha producido es un bache que llevará tiempo llenarlo porque en su momento se dejaron de engordar animales”, explicó.

En la visión como comerciante, el incremento se notará en el precio de venta a las carnicerías, pero al mismo tiempo sabe que tarde o temprano va a repercutir en la demanda. “Fue un salto muy grande en los últimos 20 días, de un 40% aproximadamente, y eso va a llevar a que se frene en el mostrador, va a caer el consumo”, opinó.

Leandro Durán, segunda generación dentro de una familia de carniceros, tuvo la misma apreciación: “A mí me gusta tener la carnicería llena de gente, y por ejemplo en noviembre y diciembre se movió mucho, pero el problema estaba en que a la hora de tener que salir a pagar (impuestos, servicios, sueldos, insumos), al final del día cada vez te quedaba menos. Igualmente creo que fue muy brusco el aumento”.

Entre los precios que se manejan para la media res, saltó de $690 y $710 el kilo a $1.000 o $1.100. Tanto para Perfumo como para Durán si el incremento se estancó o continuará, en gran parte dependerá del consumidor. Según indicaron, ahora es la gente la que va a determinar si se frena o no la venta en el mostrador.

Marcelo Montoya, que también tiene bocas de expendio, consideró que durante el 2022 “aumentó el consumo de carne” y según los datos que maneja superó la media per cápita que estaba en uno 46 kilos anuales y trepó a 52 kilos.

Sin embargo “lo más seguro es que ahora el consumo se retrotraiga y vuelva a los niveles habituales”. Igualmente está convencido de que “como las carnes sustitutas (pollo, cerdo, entre otros) también aumentaron, lo más probable es que la gente continúe consumiendo carne vacuna”.

La campaña de vacunación para saber el stock

Desde todos los ámbitos reconocieron que puede haber una disminución en el stock ganadero mendocino. Los bajos precios de la hacienda y la sequía que obligó a sacar animales de los campos antes de tiempo son las principales causas.

La campaña de vacunación contra la aftosa y brucelosis será el vehículo para establecer los números reales sobre la cantidad de hacienda en la provincia.

El miércoles en la Ciudad de Mendoza los productores y el Estado provincial amalgamaron pensamientos y le pusieron precio a la vacuna durante la reunión de la comisión de la Fundación Coprosamen. En el encuentro también le pusieron fecha de inicio a la campaña.

Según comentaron los ganaderos, luego de un cruce de opiniones, acordaron que la vacuna contra la aftosa y la brucelosis tendrá un costo de $648 para el productor.

“Iba a ser un poco más alto, pero al final se acordó ese precio. En realidad, en comparación al año pasado, al costo por vacuna solo se le sumó la inflación. Todos estuvieron de acuerdo, fue una decisión unánime”, comentó uno de los ganaderos que asistió a la reunión en la sede de Coprosamen.

Como es habitual, las vacunas para iniciar la campaña las adquirirá la Coprosamen y para aliviar la carga al productor la financiará en 30, 60, 90 y 120 días. También pusieron fecha al inicio de la campaña de vacunación, comenzará el lunes 13 de este mes.

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