Ucrania: 500 días de guerra y un final incierto

La acción bélica en aquella región es caótica y con serios problemas de conducción por parte de Rusia que encaró la invasión a Ucrania a fines de febrero de 2022.

Archivo -  Foto: EFE
Archivo - Foto: EFE

La guerra generada por la invasión de Rusia a Ucrania mantiene la tensión en Europa ante la expectativa de mayor involucramiento de potencias mundiales.

Se cumplieron ya 500 días de un conflicto que produjo el lamentable saldo de decenas de miles de muertos, secuestros por parte de Rusia, especialmente de menores, y una importante destrucción edilicia y de infraestructura general en Ucrania.

Sin embargo, no se observa un final cercano. Estados Unidos, estratégico en cuanto a la asistencia a Ucrania a partir de la acción encarada por el gobierno de Moscú, sorprendió a sus propios aliados recientemente al anunciar que entregará las denominadas bombas de racimo a las autoridades de Kiew. Se trata de un arma que está prohibida en gran parte del mundo. El presidente Biden, sin embargo, justificó la decisión con el argumento de un sensible desabastecimiento de municiones por parte de las fuerzas ucranianas.

Y por el lado de Rusia, sus autoridades volvieron a alertar sobre la continuidad y agravamiento del conflicto siempre culpando a Occidente. Desde el Consejo de Seguridad ruso indicaron que tanto el envío de bombas de racimo como la insistencia para el ingreso de Ucrania a la OTAN por parte de los países aliados puede derivar en el comienzo formal de la “una tercera guerra mundial”.

Este tenso cuadro de situación genera mayor preocupación si se tienen en cuenta los problemas que mostró Rusia desde el punto de vista estratégico en los últimos meses. Quedó claro que las fuerzas armadas bajo el mando de Moscú no pudieron dominar la situación en suelo ucraniano. Por lo tanto, la incursión en la escena bélica de la fuerza nacionalista Wagner puso en evidencia, según la mirada de calificados analistas, una marcada desorientación del régimen de Putin para consolidar el rumbo de sus acciones.

El citado grupo de mercenarios denunció sistemáticamente desorientación de los mandos militares rusos para la ejecución de las distintas etapas del conflicto. Y también alertó sobre un sensible avance ucraniano en el terreno, algo sistemáticamente negado por Moscú. Fue visible la recuperación que hizo Ucrania de zonas que habían tomado las fuerzas rusas en sus incursiones iniciales.

Debe recordarse que el grupo Wagner encaró una especie de rebelión que estuvo a punto de colocar en acecho nada menos que a Moscú. Finalmente, una negociación encarada por el aliado ruso Lukashenko, presidente de Bielorrusia, evitó una acción que podría haber derivado en violencia y hasta en el derrocamiento del régimen de Putin, según coincidieron distintas miradas sobre la guerra. Ahora, esta organización mercenaria se encontraría capacitando a las fuerzas armadas bielorrusas, siempre atentas a los movimientos de Rusia, país con el cual mantiene fuertes lazos de unión estratégica.

Como se puede observar, la acción bélica en aquella región es caótica y con serios problemas de conducción por parte del país que encaró la invasión a Ucrania a fines de febrero de 2022. Se han realizado en todo este tiempo distintas mediaciones para lograr un final pacífico y el retiro de las fuerzas rusas de territorio ucraniano, pero nada tuvo el énfasis que pudiera hacer esperar resultados satisfactorios hasta el momento. Es evidente que la comunidad internacional deberá extremar recursos para dicho logro.

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