La economía local creció 4,7% en los últimos 10 años

También en una década el producto per cápita cayó 6,2%. En 2022 el PBG creció 4%, 6 puntos menos que en 2021 y también menos que Nación.

El sector de Comercio, Restaurantes y Hoteles tuvo una disminución -pasó de representar el 25,4% del PBG mendocino, al 24% entre 2012 y 2022-, pero continúa siendo el de mayor peso en la actividad económica de Mendoza. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
El sector de Comercio, Restaurantes y Hoteles tuvo una disminución -pasó de representar el 25,4% del PBG mendocino, al 24% entre 2012 y 2022-, pero continúa siendo el de mayor peso en la actividad económica de Mendoza. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

En 2022, el Producto Bruto Geográfico de la provincia tuvo un crecimiento de 4% con respecto a 2021. Y si bien durante el último par de años se ha atribuido los valores positivos de actividad económica a un repunte luego de la caída durante la pandemia, cuando la comparación se extiende a 2012 -es decir, diez años atrás- el incremento alcanza el 4,7%.

Efectivamente, en 2020, el PBG mendocino cayó 8% y luego, en 2021, creció un 9,7% (pero sobre lo que se había caído, con lo que, en la práctica, se volvió a los números de 2019). De hecho, 2018 y 2019 ya habían sido años de disminución en la actividad -de 0,5% y 1,3%, respectivamente-, porque empezaba a notarse el efecto de la recesión. Y en 2016 también había habido un desplome significativo, del 5,8%.

Pero los números del valor agregado total de la actividad económica provincial en 2022 se encuentran entre los más altos de los últimos 19 años en términos reales (los datos de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia toman como referencia 2004). Y están muy cerca de los de 2013 y 2015, apenas un 0,2% por debajo de los primeros; el valor más alto de la serie.

El asesor del Ministerio de Economía y Energía de la provincia, Sebastián Laza, indicó que este crecimiento del PBG, del 4,7% acumulado entre 2012 y 2022, se explica porque el principal problema es la macro nacional, ya que hay una correlación de casi el 90% entre el producto bruto mendocino y el PBI nacional. Esto significa, explicó, que se mueven de forma muy parecida, ya que Mendoza “no es una isla” y no puede escapar a los problemas de inflación, de falta de inversión nacional y de tipo de cambio real atrasado.

Laza sumó que Mendoza tiene mucha actividad privada, a diferencia de lo que sucede en otras provincias, donde el sector público es preponderante. Y por eso, la macroeconomía repercute más, ya que existe un tejido empresarial fuerte, que se ve afectado por la falta de competitividad, lo que ha impedido que la provincia haya podido tener otra dinámica.

Pese a esto, resaltó, ha crecido en esta última década y generado empleo, pero manifestó que se necesita un nuevo presidente, que se tome un año para estabilizar las diversas variables de la macro, con un plan de estabilización serio, que ordene lo fiscal y lo monetario, para que el país vuelva a crecer en 2025.

El economista planteó que entonces sí, con un nuevo tipo de cambio, se generarían muchas oportunidades, como ya sucedió entre 2003 y 2007, cuando se dieron estas condiciones favorables de equilibrio fiscal, un cierto orden monetario y una buena cotización. Durante ese periodo, Mendoza creció inclusive más que Nación y se crearon más de 6 mil empresas en la provincia. “Pero se necesita eso: que haya un orden macroeconómico. Habiendo orden, la provincia tiene un montón de ventajas y potencial para tener un crecimiento fuerte”, aseveró.

Nicolás Aroma, director del Centro de Economía y Finanzas de Mendoza, manifestó que el dato más importante es que Mendoza ha tenido dos años consecutivos de crecimiento del PBG. Pero también advirtió que, en 2022, ese incremento (del 4%) estuvo por debajo del de Nación, que alcanzó una variación del PBI del +5,2%, y subrayó que esa diferencia es sustancial, ya que la provincia tuvo una evolución 25% menor.

El también asesor del PJ sumó que, aunque haya crecido menos que el país en su conjunto, se trata de un repunte importante y que este es el único camino para generar empleo, lo que se evidencia en el hecho de que la tasa de generación de puestos de trabajo sigue creciendo y que los índices de empleo privado mejoran (más allá de que desde el CEFI viene insistiendo en que el salario de los mendocinos está por debajo de la media nacional). También, en que la producción está en buenos niveles.

Aroma planteó que esto responde en gran medida a la macroeconomía y que siempre hay una doble mirada sobre el contexto nacional, que tiene su costado complejo, asociado a un fuerte incremento de precios (inflación), pero que, por otra parte, muestran una evolución positiva en la industria, el consumo y el empleo. Acotó que este año va a haber caída del Producto Bruto Interno, pero que se explica casi en su totalidad por el efecto que la sequía tuvo en el sector agropecuario, ya que, si se aísla el campo, el resto de las actividades van a crecer en Argentina en 2023.

Gustavo Rivarola, economista asesor del Consejo Empresario Mendocino (CEM), expresó que la evolución de PBG es significativa, pero que también es muy importante analizar la variación en el tiempo del producto por habitante, lo que surge de relacionar ese PBG con el crecimiento de la población, ya que aporta un indicador del nivel de bienestar promedio, en este caso, de los mendocinos.

Así, detalló que, en los últimos 10 años, el Producto Bruto Geográfico real -quitando el efecto de la inflación- creció 4,7%, pero la población aumentó 11,6% en el mismo periodo. Esto implica que el producto per cápita cayó 6,2% (dado que no se trata de un cálculo directo).

Si bien resaltó que, desde la pandemia, los valores se vienen recuperando, acotó que es evidente que el desafío de Mendoza es crecer y que está costando encontrar sectores que traccionen ese crecimiento, lo que se observa, por ejemplo, en la caída de rubros como la Elaboración de bebidas (vino) y Refinación de petróleo, o del Comercio minorista. Como contraparte, rescató el incremento de Restaurantes y hoteles.

Rivarola reconoció que la macroeconomía tiene un impacto marcado en la posibilidad de crecimiento -con la inflación, el tipo de cambio y otras variables- en el PBG de Mendoza, pero desde el CEM insisten en la importancia de poder captar o promover inversiones a nivel provincial, a partir de una mejora del clima de negocios, una disminución de la carga tributaria (en particular, Ingresos Brutos), de reforzar la institucionalidad y poner énfasis en aquellos sectores que permiten incrementar la productividad, como la educación y la innovación.

PBG de Mendoza por sector. Año 2021 vs 2012.
PBG de Mendoza por sector. Año 2021 vs 2012.

Peso por sectores

Las estadísticas de la DEIE también permiten apreciar los cambios que se han producido en la economía provincial, tomando como referencia el peso que tienen los nueve sectores principales. El que más crecimiento ha tenido en la última década es Transporte y Comunicaciones, que pasó de tener 6,6% de participación en el producto bruto en 2012 a alcanzar el 11,1% en 2022 (+4,5 puntos porcentuales).

El sector de Establecimientos Financieros también ha ganado espacio en la última década, al crecer 1,5 p.p. y trepar del 14,6% al 16,1%. El otro que creció, aunque de un modo mucho más acotado, fue Servicios Comunales, Sociales y Personales, que pasó del 19,1% al 19,9% (+0,8 p.p.).

En cambio, cuando se analiza los sectores que perdieron importancia relativa en la economía provincial, Construcciones pasó del 9,7% al 2,8% en diez años (perdió 6,9 puntos porcentuales). También el sector de Explotación de Minas y Canteras registra una caída, de 3 p.p., al pasar del 7,7% al 4,6%; y el de Industrias Manufactureras, que representaba el 16,4% del PBG, bajó al 14,4% (-2 p.p.).

El sector de Comercio, Restaurantes y Hoteles tuvo una disminución -pasó del 25,4% al 24% entre 2012 y 2022-, pero continúa siendo el de mayor peso en la actividad económica de Mendoza; seguido por el de Servicios Comunales, Sociales y Personales (19,9%); el de Establecimientos Financieros (16,1%); el de Industrias Manufactureras (14,4%); y el de Transporte y Comunicaciones (11,1%).

Aroma analizó que Comercio ha sido uno de los rubros más dinámicos, especialmente cuando se observa el crecimiento del 58% en términos reales de Restaurantes y hoteles. Añadió que uno de los sectores más tradicionales de la economía mendocina, la Industria, no ha tenido buen comportamiento ya que está levemente a la baja y, cuando se desglosa, los principales responsables de esto son Hidrocarburos, que tiene un peso importante, de casi 40% dentro del rubro industrial, y Elaboración de bebidas, que ha tenido una caída sensible asociada a la vitivinicultura.

Otro dato que consideró llamativo, aunque no sea novedoso, es el pobre desempeño del sector minería, específicamente de Petróleo y Gas, que acumula casi ocho años consecutivos de disminución sistemática, que se va acumulando: del 5,5% en 2022, del 6% en 2021, del 17% en 2020 y de 6% en 2019. “Es un sector importante, que supo aportar mucho a los recursos públicos vía regalías y va perdiendo, porque falta inversión en la exploración y la explotación”, señaló.

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