Avanza la exportación de franquicias mendocinas a Europa y Latinoamérica

Quienes han emigrado ven en este modelo una opción para poder tener su propio negocio en el país al que se van a vivir.

Ya hay distintas empresas mendocinas con franquicias en el exterior y en 2022 se sumó, entre otras, una chocolatería.
Ya hay distintas empresas mendocinas con franquicias en el exterior y en 2022 se sumó, entre otras, una chocolatería.

Aunque siempre se piensa en lograr que los inversores extranjeros lleguen al país, poco se piensa en las empresas argentinas que se expanden hacia otras partes del mundo. Y esto es relativamente más sencillo cuando se trata de franquicias. En 2022, tres firmas mendocinas llegaron a países de Latinoamérica y Europa bajo este formato. Este proceso se asocia, en gran medida, a los mendocinos y argentinos que han emigrado a otros países. Se trata de una opción accesible para llevarse un emprendimiento propio, con una experiencia ya probada por la marca y con una inversión accesible.

Nicolás Suraci, de Suraci Evolución de Empresas, indicó que, previo a armar el viaje, los argentinos que se han ido a vivir a Europa piensan en llevarse un negocio para desarrollar allá y la franquicia es una buena opción. Como la consultora trabaja de modo asociado con pares de España, realizan un análisis de mercado de la zona elegida. Sin embargo, no sólo se apuesta a los habitantes del país, sino también a argentinos que vivan en esa comunidad.

En cuanto a las franquicias que se exportaron en 2022, comentó que son una peluquería infantil, un servicio de saneamiento y una cafetería y chocolatería. Los destinos han sido España, Chile y Perú. Y sobre la inversión que demanda adquirir una franquicia, señaló que el valor de compra del modelo de negocio parte de los U$S 17 mil, mientras que un local chico, de 14 m², en un centro comercial, ronda lo U$S 30 o 35 mil.

Franquicia exportada

Sebastián Jorro Barón, CEO fundador de Grupo Omega, detalló que, con la empresa de saneamiento, primero tuvieron tres franquicias en la provincia (que se sumaron a la sucursal propia), después abrieron locales propios en San Juan y en San Luis, y fueron avanzando en el resto del país, hasta tener 10 franquicias más en otras provincias.

Sumó que la gente empezó a preocuparse más por la presencia de insectos con la pandemia y que buscaban un servicio profesional, lo que les permitió convertirse en referentes en el control de plagas urbanas. Y el paso siguiente era llevar las franquicias al exterior, de la mano de argentinos que empezaron a ver que se podían ir a vivir a otro lugar del mundo y llevarse un emprendimiento.

Jorro Barón explicó que, con lo difícil que resulta emprender en Argentina -a modo de ejemplo, comentó que las tasas tan altas son “mortales” para las pymes, porque les impiden financiarse para crecer-, cuando un negocio resulta exitoso en estas condiciones, es más sencillo que funcione en otro país. Por otra parte, indicó que la empresa presta un servicio y, mientras el automatismo avanza en numerosos sectores -como el autoservicio en tiendas-, para controlar plagas se necesita una persona que haga la tarea.

Hoy, tienen su primera franquicia en el exterior en Valencia (España) y están por cerrar otras dos, en Chile y México. El empresario señaló que, como en Argentina prestan servicios a marcas internacionales, eso es un punto a favor para quien quiera ofrecerlo en otro país, ya que pueden demostrar que cumplen con los requisitos de estas compañías. Además, planteó que no se necesita tanta inversión, como tener un local con mobiliario. De hecho, el perfil de los franquiciados de Omega suele ser el de la persona que deja su empleo y, con la indemnización, decide emprender.

Requisitos y mercados

Mario Lázzaro, gerente de ProMendoza, explicó que lo primero que se necesita para que una franquicia se pueda vender en el exterior es que tenga un desarrollo local. También, generar una estrategia y analizar, en cada caso, cuánto se puede exportar. Por ejemplo, tal vez se puedan enviar panificados congelados para un café, pero difícilmente sea posible con colchones. En ese caso, se trabaja con conceptos como el valor al que está asociado la marca, la calidad o la relación precio-calidad, la sostenibilidad.

Si es un negocio gastronómico, puede venderse el modelo, desde cómo se ingresa al local, el diseño industrial y gráfico, la experiencia que tienen los clientes (y que los hace volver a elegir el lugar) y las recetas.

Lázzaro comentó que ProMendoza viene trabajando en la internacionalización de las franquicias mendocinas desde 2015, ya que consideran que se trata de exportación de valor puro -porque se vende conocimiento y diseño- y permite diversificar la matriz exportadora de la provincia. Así, brindan apoyo, a partir del programa Pyme Exporta, con el 50% de los gastos de patentamiento y registro de marca. Además, facilitan la participación en ferias de promoción en otros países, y que puedan acceder a hubs logísticos para enviar los productos.

Suraci resalta que, antes de exportar una franquicia, se hace un trabajo previo para adaptar el concepto local al mercado donde se va a desembarcar. Así, una panadería que hace tortitas en Mendoza puede optar por un panificado que sea típico en el destino; si es una heladería se puede incorporar un sabor tradicional del nuevo sitio; y si es una cafetería que ofrece licuados, puede sumar a la carta unos de las frutas que se consiguen allá.

Pero resaltó que no existe limitación por el tipo de rubro y que lo que se necesita es profesionalizar la empresa. En el caso de Omega, ilustró, cuentan con certificación de normas internacionales -ISO y específicas de sanitización- y han trabajo mucho en la metodología de trabajo y el sistema de gestión del servicio.

En cuanto a los mercados, Lázzaro indicó que hay mucho potencial en los países limítrofes -Chile, Perú, Brasil y Paraguay-, pero también en Ecuador, Panamá y México. Detalló que este último va a crecer mucho por un proceso de relocalización de las industrias de Estados Unidos; mientras que en Paraguay está aumentando la clase media y hay empatía con la cultura argentina. Los brasileros, en tanto, son los turistas extranjeros que más están viniendo a Mendoza, lo que constituye una oportunidad para las franquicias locales.

Suraci, por su parte, indicó que estaban enfocados en Latinoamérica, pero que en 2023 también van a “atacar” Europa. Y que la expansión no sólo se da porque un argentino se lleva el negocio, sino también por la participación en ferias internacionales de promoción o en misiones comerciales, en las que un empresario del destino puede elegir la franquicia.

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