Opinión
San Martín y la revolución francesa
El tiempo erigió al libertador en testigo del derrumbe del antiguo régimen europeo y en actor protagónico de las revoluciones que fundaron los cimientos de las republicas sudamericanas.
El tiempo erigió al libertador en testigo del derrumbe del antiguo régimen europeo y en actor protagónico de las revoluciones que fundaron los cimientos de las republicas sudamericanas.
Finalmente, el Pacto ideado por el presidente Milei será firmado en coincidencia con el nuevo festejo de la independencia, justamente en Tucumán, la cuna del acta fundacional de la nueva nación de entonces.
Es habitual que el fútbol como ningún otro deporte despierte pasiones patrióticas. El torneo de fútbol de 1910 fue una de las tantas manifestaciones del ciclón patriótico que inundó los festejos del primer centenario de la nación y resultó ser la contracara de conflictos sociales y violencias públicas lideradas por los y las anarquistas refractarios del capitalismo o del patrón y del Estado, el padre o el marido.
Martín Miguel de Güemes fue clave en la guerra de la Independencia. Su estrategia militar permitió esmerilar el avance realista en Santa y Jujuy.
Es difícil conjeturar qué hubiera dicho Tulio de esta nueva Argentina y cuántos interrogantes hubiera planteado con su habitual ironía e inteligencia en tertulias, jornadas, clases, entrevistas o cafés. Qué tipo de relaciones habría propuesto con esa capacidad singular de penetrar en los pliegues del pasado. Sin ninguna duda Halperin habría mirado el fenómeno en su complejidad, es decir, sin simplificaciones y con una narrativa plagada de interrogantes y subordinadas interminables.
Las diminutas elites cuyanas insertas en una sociedad conmovida por las promesas de libertad y las guerras de revolución, habían resuelto tomar el destino en sus manos para organizar un gobierno propio que no era pensado como átomos escindidos, sino en reunión con otros pueblos o soberanías equivalentes.
Jorge A. Calle había edificado un perfil multifacético porque no solo dirigía la empresa fundada por su padre y ejercía el oficio de periodista. Promovía, además, actividades culturales y se había lanzado a escribir sus propios libros que tenían como actores protagónicos a dos cuyanos: el admirado Sarmiento y su antítesis, el fraile Aldao.
En el día internacional del libro, cada universidad nacional e institutos y centros de investigación del CONICET movilizaron ideas y acciones en vista a visibilizar el reclamo por la necesaria adecuación de presupuestos para garantizar el funcionamiento y sostener las actividades de docencia, investigación y extensión tal como lo prescribe la ley de educación superior.
Es difícil ponderar cual o cuales rostros de Julio A. Roca resultan evocados en el discurso oficial. Es posible que algunos rasgos prevalezcan entre otros en tanto el uso del pasado por parte de cualquier gobernante suele remitir a un tipo de operación discursiva de ocasión sin pretensión de veracidad o regida por los protocolos convencionales del saber histórico.
“Está entre nosotros”, el libro coral coordinado por Pablo Seman en el que participan historiadores y cientistas sociales del CONICET y distintas universidades nacionales, constituye una pieza indispensable del repertorio de publicaciones que permiten entender la manera en que el liderazgo plebeyo de Milei radicó en las multitudes argentinas expresando la versión local de la derecha radical que conmueve a las democracias occidentales contemporáneas.
El gobierno nacional confrontó con el feminismo en el Día Internacional de la Mujer para satisfacer especialmente las ideologías o creencias antifeministas de su círculo y una porción de su propio electorado.
En el mundo social, político y cultural en movimiento, la educación pública y las universidades estuvieron en el centro de la agenda de los intelectuales, las elites políticas y las burocracias estatales nacionales y de las provincias.
La intransigencia anidaría especialmente en la prédica del fundador de la UCR, Leandro N. Alem. Un perfil político dotado de estrictos principios morales y principistas que hizo gala de una vida austera y de la intransigencia un rasgo primordial de su accionar público. Esta última se hizo patente en la oposición sistemática a concertar alianzas o coaliciones porque rechazaba la idea de compromiso como herramienta idónea del desempeño político e institucional.
Entre tantas mujeres que forjaron la nación, vale recordar a tantas maestras y enfermeras integradas al mercado de trabajo que vigorizaron la conformación de las clases medias, y un puñado de mujeres letradas junto a pioneras del conocimiento científico.
Milei hizo hincapié en el legado de los padres fundadores de la Argentina liberal del siglo XIX, señalando el quiebre de la ideología de la libertad y el progreso que había sido el motor del espectacular crecimiento económico experimentado entre 1870 y 1914. Pero su discurso histórico se trata de un proceso selectivo de recuerdos y olvidos en tanto la tradición liberal que evoca no eludió ni postergó el crucial papel que el Estado nacional (y los provinciales) cumplieron en la construcción de la Argentina liberal.
El discurso de asunción de Alfonsín tuvo altísimo voltaje performativo, El ex presidente no sólo evocaba el pasado reciente que la mayoría de los argentinos conocía: este es, que vivir fuera del marco de la Constitución y la ley, había tenido efectos devastadores en la vida social, aunque su reconocimiento no suponía ignorar que vivir sujeto al Estado de Derecho introducía enormes desafíos
Una mirada de conjunto de estos cuatro libros “recobrados” permitirán incursionar sobre las vidas de los actores del pasado, y descubrir además los contextos cambiantes en los que se formalizaron los estudios históricos entres fines del siglo XIX y la Argentina de entreguerras: un ejercicio intelectual incitante en tanto permite comprender aspectos claves no sólo de la cultura histórica nacional, sino de su imbricación con la cultura política.
A pesar de la derrota, el combate de Obligado del 20 de noviembre de 1845 gravitó a favor del liderazgo de Rosas y adquirió enorme repercusión entre publicistas y políticos latinoamericanos al erigirse en testimonio firme de la defensa de la soberanía nacional. En aquella oportunidad, San Martín había tomado posición contra la agresión imperial en las páginas del Morning Chronicle la cual fue recogida por la prensa rosista para ganar adhesiones en la opinión pública europea y latinoamericana.
El jurista mendocino Julián Barraquero y quienes lo secundaban, tradujeron e Imprimieron en el texto constitucional provincial un dispositivo de remedio crucial que permitiera poner freno a la tensión siempre activa entre los partidos políticos y la oligarquización del poder.
En cualquiera de los casos, el cuadro de situación en el que la ciudadanía emitirá el voto por un nuevo periodo presidencial y la renovación de la representación en el Congreso nacional exhibe con crudeza la desoladora imagen de la decadencia argentina y las deudas nuevas y viejas de nuestra democracia republicana. Se trata de un clima de época muy diferente al ensayado en 1983 en el país y en la provincia
En Argentina, como en otras latitudes (Francia, Alemania, España, Chile o Uruguay entre otros), los historiadores profesionales enfrentan desafíos semejantes: deben lidiar con el pasado que no pasa en lo que hace a la violencia de los años 70.
“Chusma de alpargatas” y “ladrones de levita y botín de charol”, representaron expresiones antagónicas que sintetizaban lo que unos y otros acentuaban para fijar posiciones y establecer un antes y después en la vida pública mendocina. Los radicales se proponían como alternativa a la oligarquía entronizada en el poder provincial, y en el que Lencinas, definido como “ángel tutelar de la multitud”, se erigía en promesa para “limpiar Mendoza de pillos, ladrones, coimeros, chantajistas y toda gente hija del hampa”.