La película “La llegada” se presenta como un tono reflexivo sobre el tema extraterrestre

Con dirección del canadiense Denis Villeneuve y los protagónicos de Amy Adams, Jeremy Renner y Forest Whitacker, "La llegada" es otro de los estrenos de hoy en las multisalas locales y llega (valga la redundancia) con el aval de una nominación al Globo de Oro como mejor actriz para la protagonista.

Supuestamente se trata de una película de ciencia ficción, sobre una serie de naves extraterrestres (eso creen, al menos) que ingresan de improviso en la atmósfera del planeta Tierra.

Nadie sabe qué está pasando, pero los altos mandos militares estadounidenses -que son los que siempre toman las riendas en estos casos- deciden contratar a una experta lingüista para averiguar si los alienígenas vienen en son de paz o no.

Por suerte no les pasa lo mismo que a los personajes de "Marte ataca", aquella deliciosa película de Tim Burton en donde los extraterrestres prometían paz pero terminaban matando hasta al presidente de los Estados Unidos.

No, aquí parece que no es así. Y la lingüista contratada tratará de comunicarse de todas las maneras posibles con los supuestos invasores, que por supuesto tienen un lenguaje propio, para dar con la verdadera y misteriosa razón de su visita.

Denis Villeneuve tiene 49 años y antes hizo películas como "La sospecha", "El hombre duplicado" y "Sicario", lo que no es muy alentador que digamos.

Con “La llegada”, vale aclararlo, no hay que esperar demasiada acción ni un imaginario fantástico desbordado. Lo que se anuncia aquí es más reflexión teórica de corte existencialista, al estilo de títulos como “El árbol de la vida” (2011, Terrence Malik) o “Interestelar” (2014, Christopher Nolan). Están advertidos.