María Alejandra Ulehla: “Al Everest no lo conquisté, me conquistó él a mí”

La cordobesa cumplió con el desafío de subir las siete cumbres más altas del mundo y se transformó en la primera argentina en lograrlo.

María Alejandra Ulehla: “Al Everest no lo conquisté, me conquistó él a mí”
María Alejandra Ulehla: “Al Everest no lo conquisté, me conquistó él a mí”

La cordobesa María Alejandra Ulehla es la primera montañista argentina en completar el desafío de subir las siete cumbres (Seven Summits) más altas del planeta. Y el próximo viernes, 27 del corriente, ofrecerá una charla en la Nave UNCuyo de 17.30 a 19.30 para contarnos sobre sus experiencias, desafíos, logros y aprendizajes en las montañas. Pero también, los obstáculos en cada hazaña personal. El encuentro está organizado por "Mujeres a la Cumbre" y estará destinado al público general y andinistas.

Como anticipo al evento, ELLAS dialogó con Laly (como se la conoce) para profundizar sobre su relación con las montañas y aprendizajes. La nacida en Villa María, pero rionegrina por adopción (vive hace 27 años en General Roca), siempre fue una deportista exigente. Antes bordeaba las montañas cuando se dedicaba a las carreras de aventura y pruebas combinadas; y ahora las atraviesa, recorre y disfruta desde el corazón de los grandes colosos.

Esa loca idea: “Subir el Everest”

Cualquier andinista o alpinista pone en su lista de desafíos al Everest (pico más alto del mundo) después de haber hecho otras cumbres previas. Laly, se lo propuso antes de convertirse en andinista. La montaña me atrajo y me propuse el objetivo", contó la mujer de 48 años, casada y madre de María Emilia (25) y Pablo (17). Fue entonces cuando en el 2012 decidió comenzar a hacer cumbres.


Tocando el cielo. Laly subió el Everest con oxígeno, después de dos intentos anteriores | Gentileza
Tocando el cielo. Laly subió el Everest con oxígeno, después de dos intentos anteriores | Gentileza

"Al Everest no lo conquisté, me conquistó él a mí"

“Ya me había atraído sin conocerlo. Me pude medir con él desde que pude llegar a su cumbre y logré estar más de un mes y medio en su montaña. Fue un flash”, recordó Laly después de un año de su conquista.

“Cuando mencioné mi deseo de ir al Everest me dijeron ‘pará un poco, de dónde salió eso. ¡Por qué no empezás con algo más bajo?. Y eso más bajo fue el Aconcagua, pero para subirlo también tenía que saber si la montaña era mi habitad. Y conocí a un amigo Fernando Grajales, quien me recomendó ir Vallecitos, en el Cordón del Plata, para aclimatarme. Lo hice con uno de mis primeros maestros y guías, Guillermo Fuentes.

Después, en el 2012, subí al Aconcagua. Al año siguiente volví y Fernando me aconsejó a Ulises Corvalán como guía. Desde entonces empezamos a programar el Everest 2014", explicó.


Aconcagua. La primera cima el Seven Summits fue el coloso de América.  | Gentileza
Aconcagua. La primera cima el Seven Summits fue el coloso de América. | Gentileza

Primer intento frustrado

Emprender un ascenso al Everest no es cosa de todos los días. La ilusión y los temores se presentaron. El plan fue subir por la ruta sur, y nunca imaginó que iba a vivir una de las peores tragedias sucedidas en el Himalaya. "En esa primera experiencia fuimos por Nepal. Y estando en el campamento base (a 5.300 metros), a las 6.20 de la mañana cayó una avalancha y murieron 16 sherpas (habitantes de las montañas de Nepal). En ese momento se detuvo todo. Fue muy triste. No solo por los rescates de esos cuerpos sino también por el conflicto entre los sherpas y el gobierno nepalí. Y me tuve que volver sin poder subir porque se cerró el Himalaya por primera vez". Sin embargo no dejó pasar mucho para volver a intentarlo. Y para entonces ya había subido el Kilimanjaro y Elbrus, ambos durante el año 2014.

En el segundo, tampoco se pudo

María Alejandra volvió en el 2015 para cumplir con su sueño. Pero esta vez, el ascenso sería por ruta norte, por el Tíbet. "Estábamos en el campamento avanzado y un terremoto sacudió todo. Teníamos que tener cuidado por las réplicas, bajamos al campamento base y nos enteramos del desastre. Algunos sherpas y tibetanos que estaban con nosotros, estaban desesperados por no saber de sus familias. Otra vez vivimos una situación de angustia. Y nuevamente, tanto de Nepal como del gobierno chino, decidieron cerrar el Everest", afirmó la deportista, quien aseguró: "Pero no me iba a dar por vencida". Ese mismo año, Laly ascendió el Vinson, en la parte reclamada por Chile en la Antártida.

Y la tercera fue la vencida

“En el 2016, con Ulises y un amigo mexicano Aldo, organizamos una expedición de habla hispana. Y elegimos nuevamente la ruta por el Tíbet. Fuimos 16 los que logramos hacer cumbre, fue la expedición más exitosa. Y cuando bajamos nos dieron un reconocimiento. Subimos con oxígeno, costó mucho igual, pero al fin había podido subirla y sentirla. Fue una felicidad enorme”, afirmó.

Laly ya había empezado el Seven Summits sin saberlo

"Montañas hay un montón, aprendí a no medirlas por su altura porque son todas atractivas. Mientras estaba en este proyecto me enteré del Seven Summits y, entre expedición en expedición, Ulises me dijo: 'flaca vos entendés que sin querer estás haciendo el Seven Summits'. Fue natural y muy relajado lo mío, ni idea tenía. Y fue así, cumplido el Everest, siguió el Seven Summits. Fueron cuatro años subiendo el resto de las montañas", comentó.

Entonces, al Aconcagua (Argentina, América), Everest (China, Asia), Kilimanjaro (Tanzania, África) y Elbrus (Rusia, Europa), le sumó el Carstenz (Indonesia, Oceanía) y el del polo norte, Mc Kinnley (Alaska, conocido también como Denali) y el Vinson (Antártida).

Sacrificio físico, mental y un encuentro con la esencia

“Me siento fuerte estar al aire libre y si es en movimiento, mejor. La montaña me dio más tiempo de reflexión, de sentir lo que es vivir, es como estar sin techo y a la vez cerca del mejor techo que te puede tocar, el cielo. No lo hice consciente esta búsqueda existencial, la reflexión vino después. Me llevó años entender que no era solo hacer cumbre y que pasaba por cuestiones más intensas. Y a eso se lo debo a la montaña misma. Ahora soy más espiritual y reflexiva, ahora tengo mayor conciencia. Me ayudó a ese proceso hermoso. Fue la montaña la que me dio la posibilidad de una búsqueda de mi verdad, de mi esencia”, analizó la andinista.

-¿Qué sigue después del cumplir con el seven Summits?

-Sigo subiendo montañas y me preparo para un nuevos proyectos. Fui a Bolivia, sigo recorriendo y disfrutando las montañas de Argentina como entrenamiento. Y me di cuenta que me gustan las expediciones largas, por lo que ahora voy por los “8 miles”. Soy muy cuidadosa en confirmar esto último porque como dice el dicho: el pez muere por la boca. Tengo que cumplir con lo que digo y en realidad quiero que venga natural como el Seven Summits. Tengo la intención pero que venga tranquilo”, aseguró.

Entre el deporte y ser mamá

Teniendo familia y abocándose a la vida de montaña, María Alejandra le apostó a la búsqueda de su esencia, contando con el apoyo y entendimiento de su familia. Siendo madre, ella supo dar a entender que su vida también es la montaña.

“Pablo era chiquito cuando empecé. Pero siempre conté con el apoyo incondicional y responsable. Nunca me fui con las cosas desordenadas. Tuve la dicha y la suerte de que en todos esos años mi familia fue sana y fuerte. Y cuando estamos juntos nos fortalecemos para que cuando se presenten estos eventos mi rol quede cubierto”.

-¿Nunca hubo reclamos?

-Antes no. Ahora lo hace Pablo. Le cayó la ficha de que fueron muchos años de que mamá se iba, pero poniéndome en su lugar, capaz no era que mamá se iba sino a dónde lo hacía. Y en una oportunidad Emilia me dijo: ‘mamita no te vayas’. Después logramos hablar por qué ella me hacía ese pedido y también fue desde el temor de que me pasara algo. Pero nunca desde el abandono como madre.

-¿Alguno de ellos te acompañó a alguna montaña?

-Pablo me acompañó al Cordón del Plata en algunas oportunidades. Pero no creo que sigan este camino.

-¿De cara a la clínica del próximo fin de semana y después de tus experiencias, cuáles son tus objetivos?

-No soy guía, pero lo que yo puedo hablar en estos encuentros es desde mis experiencias y de lo aprendido en lo técnico. Es tan rico que siento que tengo que comunciarlas, transmitirlas, conversarlas. E incentivar y motivar para que sucedan como personas. Porque cualquier ocupación o rol que tengamos en la vida, se pueden lograr las metas. La idea de esta charla no es que sea la única en hablar, sino que sea un intercambio de experiencias. No es hacer un monólogo, quiero que sea una charla de muchos.

-Como dar cuenta a las personas para que pueda cumplir con sus metas

-Con motivación, a que tenga la actitud, de que lleguen a conocerse entre ellos, que se descubran qué quieren ser, que les suena fuerte en su interior y cuáles son las cosas que más las conectan, etc. Identificarlo, escucharse, y mantener en el tiempo esa esencia, esa verdad descubierta de uno mismo. Ser honesto con perseguir eso que está sonando fuerte por dentro. Y después, que ese deseo se transforme en impulso, en acción, en el logro.

-¿Te considerás una mujer empoderada?

-Es un término muy escuchado y más con esta revolución de la mujer. Creo que data de muchos años atrás y lo llevamos adentro, en nuestro ADN. Año tras año nos vamos fortificando y crecemos en lo que debemos hacer. Y no apoyándonos en el error del otro, sino en todo lo que tuvimos que vivir hasta llegar a este estadio. De ser fuertes y lograr un poder personal.

Las claves

-¿Qué es el Seven Summits? El estadounidense Richard Bass, hombre de negocios y alpinista aficionado, fue el primer hombre en escalar las siete cumbres. Fue en 1980 y finalizó con el Qomolangma/Everst en abril del '85. Posteriormente publicó un libro Siete Cumbre, donde relató su progreso.

-Primer argentino es mendocino. Heber Orona no sólo conquistó las 7 cumbres (entre el 1999 y el 2006) sino que además subió el Everest sin oxígeno, siendo el tercero en el mundo en hacerlo de ese modo, ya que Reinhold Messener y Miroslav Caban lo anticiparon.

-La primera mujer.  En completar las Siete Cumbres fue Junko tabei, quien terminó el reto en 1992, conquistando el Elbrus. Y el récord en ascensos de estas características está en poder de Annabelle Bond, del Reino Unido, quien lo hizo en 360 días en 2005.

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