¿Ventanilla o pasillo?

Una de las preguntas que siempre le hacemos a los viajeros en la sección Check in. Es obvio que cada uno tiene sus preferencias personales, pero en general hay ciertos puntos a tener en cuenta a la hora de elegir.

Los fans de las ventanillas destacan

La vista. La altura crucero ofrece una oportunidad única para disfrutar de los paisajes naturales y los rascacielos de las grandes ciudades.

El apoyo para dormir. En los vuelos largos, uno de los puntos a favor de estar sentado junto a la ventanilla es que el pasajero puede apoyar el cuerpo -especialmente, la cabeza- contra la "pared" del avión para dormir más cómodo.

Los detractores detestan

El encierro. Para ir al baño o para caminar por los pasillos del avión hay que molestar al resto de los pasajeros. Antes de levantarse del asiento, uno lo piensa dos veces.

Entumecimiento. En este lugar no se pueden estirar las piernas.

Vértigo. Para aquellos viajeros que sufren de vértigo tener una ventanilla cerca no es una buena opción.

Los que adoran el pasillo

Más autonomía. El asiento del pasillo brinda más libertad para ir y venir por el avión, sin pedirle permiso al pasajero de al lado.

Piernas estiradas. Dentro de las limitaciones de espacio de la clase Económica, el asiento junto al pasillo permite estirar las piernas de a ratos, fuera de los horarios de las comidas y cuando no pasa nadie caminando.

Salida más rápida. Cuando el avión aterriza en el aeropuerto, las personas ubicadas en los pasillos salen antes.

Bolso a mano. Más allá de los objetos personales que se pueden guardar abajo del asiento de adelante (las salidas de emergencia son la excepción, pero como contrapartida ofrecen más lugar para estirar las piernas), al estar al lado del pasillo se pueden abrir con más frecuencia los compartimentos superiores donde se lleva el bolso de mano y el abrigo.

Como contraparte

Sueño cortado. Dormir de corrido o mirar una película sin interrupciones será casi imposible. El resto de los pasajeros de la fila pedirá pasar por adelante para ir al baño, buscar algo en los compartimentos superiores o caminar para estirar las piernas.

Empujones. Quienes circulan por los pasillos suelen chocarse con los hombros o patear las piernas de quienes están sentados. Además de la incomodidad evidente, los empujones y pisotones le cortarán el sueño al pasajero.

La comida. A la hora de la comida y/o refrigerio, la azafata debe entregarle al resto de los pasajeros de la fila los alimentos y bebidas por encima del pasajero junto al pasillo, arriesgando a que se le vuelquen encima.

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