Villa del Parque: el barrio que cumple sus primeros 100 años

El próximo jueves es la fecha oficial de la celebración que recuerda aquel 6 de diciembre de 1912, cuando se instalaron las primeras tres familias en estos terrenos cercanos al pulmón verde mendocino.

Villa del Parque: el barrio que cumple sus primeros 100 años
Villa del Parque: el barrio que cumple sus primeros 100 años

Uno de los primeros barrios de los varios que se asentaron en el pedemonte de Godoy Cruz, Villa del Parque, está preparándose para festejar 100 años de existencia.

La unión vecinal, las personas que colaboran con la entidad y otras que no están pero igual ayudan, más la Municipalidad han organizado festejos populares para evocar aquel lejano asentamiento.

"A fines de 1911 comenzaron a lotearse terrenos ubicados al oeste del departamento, que pertenecían a doña Angélica Civit de Suárez", explica uno de los vecinos, Oscar Miguel Carrizo(53), personal de mantenimiento del hospital Del Carmen.

Oscar investigó la historia barrial, junto con su esposa Julia Laurenzo. Su trabajo fue publicado en "Historias barriales", el libro del Bicentenario realizado por la Municipalidad de Godoy Cruz y compilado por Sylvina Balmaceda. 

De su pesquisa y de otros testimonios surge que las primeras familias fueron Lacoste, Capello y una mujer de nombre Emilia,  quienes se instalaron en la manzana ubicada entre Revolución de Mayo, Chiclana, Talcahuano y Juncal.

De tal manera y para que el hecho quedara consolidado en una fecha se estableció como momento fundacional el 6 de diciembre de 1912. Para los registros municipales es uno de los primeros del oeste departamental. Por entonces gobernaba la provincia Rufino Ortega hijo (1910-1914).

Para esa época ya estaba el parque General San Martín, llamado originariamente parque del Oeste, que se extendía hasta lo que es hoy un barrio vecino, el Parque Sur, y el actual parque Lencinas. O sea que el nombre de "Parque" sigue asociado hasta nuestros tiempos con el gran pulmón verde de la ciudad.

No hay muchas referencias de los primeros años de la barriada, que hoy alcanza a unas 25 manzanas. Pero, en más de un relato aparece otra vez aquella mujer, Emilia, apodada "La Buena Moza", que daba alojamiento y servía comida en un hospedaje en el cruce de Talcahuano y Juncal.

Sus clientes eran, entre otros, obreros que trabajaban en las ripieras del actual zanjón Frías y más adelante operarios que con los años construyeron el hospital contra enfermedades infecciosas José Néstor Lencinas, que es de 1924. Este establecimiento es una referencia insoslayable para el barrio.

Historias del pasado

Muchas son las historias que acredita un conglomerado tan poblado y antiguo.
La casa de Marta Ema Molina (68) sobre la calle Juncal, cede su comedor para la reunión de algunos residentes. Sorprende el relato de la muy lúcida Cristina Rico Villalba, con bien llevados 88 años. Debe ser una de las vecinas que lleva más tiempo en la zona.
 
"Vivíamos en el puesto La Cieneguita y tuvimos la desgracia de perder a mi papá. Mi mamá quedó viuda con 9 hijos a su cargo; yo era más pequeña, con 10 años. Mi madre, con mucho esfuerzo comenzó a levantar una humilde casita, donde nos instalamos en 1934. Vienen a mi memoria las calles de tierra, sin luz ni agua, y para comprar mercadería debíamos ir al negocio del señor Castro o al matadero. La luz se hacía con faroles con carburo y candiles a querosene. El agua la obteníamos del canal que cruzaba la zona y la hacíamos 'potable' con un aclarador". 
Con los años, se instalaron surtidores comunitarios, que traían el agua del río Blanco (Vallecitos-Potrerillos).

Otros aportes los brindó Alberto Aveiro (64), el diligente diariero barrial quien es mano derecha de la comisión de la vecinal, organizadora de los festejos; que preside Laura Guayama, la hija del recordado jugador de fútbol Alberto Cayetano Guayama (68).

En la charla, de la que participó también otro nacido en este sitio, Aldo Orlando Vera (77), surgió la presencia de los demás hitos zonas, la escuela N° 1-337 Juan Francisco Cobo, próxima a cumplir 75 años, y la capilla Virgen del Valle. El templo fue creado por un batallador cura, José Müllner, y donde también se destacaron en lo social y lo evangélico Edgard Tarico y Jorge Contreras.

Gente madura rememoró que en un terreno de Santiago del Estero y Santo Tomás, en los '50, se ubicaba la planta transmisora de Radio Aconcagua, que pasó a llamarse después Radio Nacional. Pero ahí no hubo transmisiones, ya que era la base técnica, como explicó el programador y libretista de la emisora, Orlando "Pato" Castro (74).

Sí vivió en este conglomerado el popular conductor de Nacional, Ángel Rodríguez  (su verdadero apellido era Acosta), creador del tradicional programa "Por los senderos de la Patria". Rodríguez, fallecido en 1994, solía decir muchas veces al cierre de su audición...¡arriba la  villa!, a  modo de saludo a sus amigos y vecinos. Don Ángel es el papá de Ángel Diego Acosta, el periodista deportivo, quien vivió en estos pagos hasta los 17 años.

En el otro extremo del barrio, sobre San Vicente, reside Emma Villarroel (76), que vive enfrente de un bosquecito de añosos árboles, un pequeño pulmón que desplazó un basural; los plantó su esposo, Guillermo Carrizo.

Este rincón departamental debe haber tenido muchos más personajes que algunos de los que nombramos. Otro de los vecinos reconocidos es Esteban Garrido, don Melilla (o Merlilla), gaucho y gran narrador de cuentos, que al igual que Esteban Calívar fue reconocido por los ediles de Godoy Cruz como vecinos honorables del departamento.

Y hombres y mujeres del periodismo tampoco  faltan; fueron  vecinos Oscar "Chino" Zabala, de LV 10 y Canal 9; Raúl Adriazola, de diario Uno, y Mirian Zelarayan.

Algunos negocios

Es probable que la cita sea mayor, pero en la Villa hay negocios que tienen tradición, como la panadería y minimarket de los Salinas, en Revolución de Mayo y Lamadrid, que ahora atienden los nietos del fundador.

La carnicería La Spada, en Revolución de Mayo y Chiclana; o el mercadito de enfrente, atendido por el destacado futbolista Sebastián Cloquell.

La mención alcanza a la panadería La Moderna de la familia Rubio; el otrora concurrido Los Billares, de don Marino; el barcito de don Gil y el corralón de don Vigil, donde alguna vez funcionó la escuela Cobo.

Por todos lados se observan los movimientos preparatorios del festejo del próximo jueves: empleados municipales limpian calles hormigonadas hace unos 15 años, vecinos pintaron un mural alusivo al centenario de su querido barrio y en el contorno se advierte un buen ánimo por la fecha que se avecina.

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