La libertad entre nosotros

El vocablo “libertad” está siendo muy utilizado por estos días, por lo que indagamos en los usos de tres verbos relacionados: “librar”, “liberar” y “libertar”.

Las manos que rompen sogas o cadenas simbolizan liberación.
Las manos que rompen sogas o cadenas simbolizan liberación.

En estos días, el vocablo ‘libertad’ está siendo muy utilizado; a él, se le asocian tres verbos diferentes: ‘librar’, ‘liberar’ y ‘libertar’. Nos preguntamos si es indistinto su uso y, para averiguarlo, consultamos el diccionario académico.

El verbo ‘librar’ proviene del latín “liberare” y tiene muchas acepciones: la primera, “sacar o preservar a alguien de un trabajo, mal o peligro” es sinónimo de “evitar, escapar, huir, esquivar, burlar, zafar”: “Por fin, me he librado de sus terribles amenazas”. La segunda es “dar o expedir algo, especialmente una orden” y se advierte en ejemplos como “Acaban de librar sentencia para que cese ese injusto descuento”. En ese sentido, se habla de ‘librar una orden de pago’, como sinónimo de “emitir”: “¿Ya libraron la orden de pago para cubrir ese gasto?”.

Poco usadas son las acepciones de ‘librar’ como sinónimo de “parir” y de “echar la placenta”: Además, encontramos locuciones formadas con este verbo: ‘a bien/a buen librar’ significa “lo menos mal que puede, pudo o podrá suceder”; también, las locuciones ‘librar bien’ y ‘librar mal’ sirven, respectivamente, para indicar que se sale feliz o infelizmente de un lance o negocio.

En cuanto a ‘liberar’, con el mismo origen que ‘librar’, se usa para indicar que se hace que alguien o algo quede libre de lo que lo sometía u oprimía: “Liberaron de ese flagelo a tan pequeña ciudad”. Asimismo, se usa ‘liberar’ para señalar que se exime a alguien de una obligación: “A partir de hoy, queda usted liberado de concurrir a todos los actos institucionales”. En el ámbito de la telefonía celular, también se utiliza este mismo verbo cuando se quiere significar que se eliminan las restricciones operativas de un teléfono con una determinada compañía.

Si consultamos por el valor significativo de ‘libertar’, su etimología nos remonta a ‘liberto’ (“esclavo a quien se ha dado la libertad, respecto de su patrono”). El primer significado nos equivale a “poner en libertad o soltar a quien está atado, preso o sujeto físicamente”: “Libertaron a esos dos imputados, por falta de pruebas”. También, se extiende su aplicación a “librar a alguien de una atadura moral”: “Lo han libertado de semejante acusación que pesaba sobre su persona”.

Resulta interesante ver qué concepto encierra el vocablo ‘libertad’ y, desde ese punto de vista, analizar su diferencia con ‘libertinaje’. ‘Libertad’ es un vocablo con múltiples acepciones; de ellas, la primera nos dice que es la “facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”; por eso, se considera sinónimo de ‘albedrío’, ‘voluntad’ y ‘autodeterminación’: “Se tomó la libertad de escoger la opción que más le convenía”. Las dos acepciones que se relacionan son “estado de quien no es esclavo” y “condición de quien no está preso”: “Desde esa fecha, todos ellos están en libertad”. En estos casos, respectivamente, los sinónimos son ‘liberación’ y ‘excarcelación’.

Otra acepción se relaciona con la falta de sujeción y subordinación, como equivalente a ‘independencia’ y ‘autonomía’: “A sus dieciocho años, ansiaba libertad para proceder”. En los sistemas democráticos, la ‘libertad’ es el derecho de valor superior que asegura la total determinación de las personas: “Sentimos la satisfacción de vivir en libertad”. Otras veces, tener ‘libertad’ es poseer una prerrogativa, una licencia, como en “Los fines de semana, usted tiene la libertad de circular por esos caminos”. Asimismo, ‘libertad’ es la “condición de las personas no obligadas por su estado al cumplimiento de ciertos deberes”: “Como jubilado, usted tiene la libertad de venir o no a votar”.

Hay ocasiones en que el término se hace equivalente a una osada familiaridad: “Como socia antigua, me tomé la libertad de usar esas instalaciones”. En este sentido, puede actuar como sinónimo de desembarazo, franqueza: “Hoy, los adolescentes se mueven con una libertad sorprendente”. En otras ocasiones, se hace igual a “soltura, disposición natural para hacer algo con destreza”: “Su madurez en el manejo de las acuarelas le permite usarlas con libertad”.

Un problema que se da no solo en el uso de los términos sino en las conductas es la confusión entre ‘libertad’ y ‘libertinaje’: a la primera ya la hemos definido y acotado; del segundo podemos decir que es “desenfreno en las obras y en las palabras”: “A veces, resulta sutil el límite entre la libertad y el libertinaje”. Este último vocablo puede hacerse sinónimo de ‘indecencia’, ‘inmoralidad’, ‘vicio’, ‘deshonestidad’. Y quien lo practica es un ‘libertino’, entendido como alguien licencioso y disoluto.

¿Y cuál es el concepto de ‘liberación’? No solo es la acción de poner en libertad, sino que, además, se entiende por ella la cancelación de las cargas que gravan un inmueble: “A partir de este último pago, se procede a la liberación del embargo que pesaba sobre esa propiedad”.

Un término no demasiado usado, afortunadamente, es ‘liberticida’, que encierra el concepto de “quien mata o destruye la libertad”, idea a la que se arriba a partir del elemento sufijal de origen latino ‘-cida’ (“que mata”): “Esos grupos nos parecen peligrosos por ser liberticidas”.

Se asocia con ‘libertad’, por su étimo inicial, el vocablo ‘liberalidad’; la definición de este vocablo es “virtud moral que consiste en distribuir alguien generosamente sus bienes sin esperar recompensa”: “Te emociona ver cómo distribuye sus riquezas con liberalidad”. Como se puede advertir, son sus sinónimos ‘largueza’, ‘dadivosidad’, ‘generosidad’, ‘desprendimiento’.

Trasciende el ámbito lingüístico y se comprende, desde lo político-económico y según la definición académica, el ‘liberalismo’ como “doctrina política que postula la libertad individual y social en lo político y la iniciativa privada en lo económico y cultural, limitando en estos terrenos la intervención del Estado y de los poderes públicos”. Además, también se entiende por ‘liberalismo’ la “actitud que propugna la libertad y la tolerancia en la vida de una sociedad”: “Me encanta su profesión del liberalismo”.

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