Okelta, el grupo de voluntarios que cuida a los murciélagos de Mendoza

Fue creado dentro de la Fundación Cullunche y tiene como objetivo educar y cuidar a los únicos mamíferos que vuelan. Estos animales, que nunca han sido bien vistos por la sociedad, son absolutamente útiles para el equilibrio de nuestros ecosistemas naturales y urbanos.

Okelta un grupo de la Fundación Cullunche que se dedica al cuidado y la conservación de los murciélagos en Mendoza.
Okelta un grupo de la Fundación Cullunche que se dedica al cuidado y la conservación de los murciélagos en Mendoza.

Consumen kilos de insectos por noche, diseminan semillas, polinizan flores y su saliva es estudiada para conseguir anticoagulantes y vasodilatadores. Los murciélagos tienen un rol esencial en los ecosistemas a pesar del prejuicio que arrastran.

En Mendoza, un grupo de voluntarios se dedica a cuidarlos y asegurarse de que sigan contribuyendo al entorno vernáculo. la agrupación local se llama Okelta y está abocada al estudio de estos mamíferos.

Así como viven en nuestra provincia, los murciélagos habitan en todas las partes del mundo con excepción de los polos y los desiertos donde no tienen alimento.

Estos pequeños animales son los únicos mamíferos que pueden volar y evolucionaron convirtiendo sus miembros anteriores en alas membranosas por lo que se denominan quirópteros, del griego khéir= mano y pterón = ala.

También tienen unas garras prensiles con las que se cuelgan en cuevas o rincones oscuros de diferentes edificios. “Estar colgados los ayuda a realizar su vuelo” afirma Beatriz Valle, coordinadora del grupo Okelta. “En Argentina hay 64 especies de murciélagos, de las cuáles 7 se encuentran en Mendoza. Las más comunes son las especies Lasiurus, Myotis y Tadarida, miden entre 12 y 19 centímetros y su peso varía entre los 10 y los 11 gramos.”

Voluntarios agrupados

Hace poco más de 2 años un grupo de voluntarios de la Fundación Cullunche se unieron para formar Okelta, que en lengua huarpe significa murciélago. Su objetivo es educar sobre estos mamíferos de hábitos nocturnos y ayudar a conservarlos. Con charlas en escuelas, campañas en la vía pública y en redes sociales difunden su importancia.

“Mucha gente nos llama por problemas con los murciélagos, vamos y asistimos y explicamos cómo tienen que hacer para excluir a una colonia, así no los matan” comenta Beatriz resaltando los beneficios de este animal que, al consumir grandes cantidades de insectos, es fundamental para nuestros ecosistemas naturales y urbanos. “¡Comen hasta mil mosquitos por noche cada uno!”

Okelta un grupo de la Fundación Cullunche que se dedica al cuidado y la conservación de los murciélagos en Mendoza.
Okelta un grupo de la Fundación Cullunche que se dedica al cuidado y la conservación de los murciélagos en Mendoza.

También su materia fecal es beneficiosa, sirve de guano ya que contiene nitrógeno, fósforo, potasio. “En México tienen los murciélagos polinizadores, y no tendrían tequila si no fuera por ellos porque los cáctus abren sus flores de noche...” dice sonriendo Beatriz Valle.

Ciclo de vida

En verano es cuando más activos están debido a que aprovechan la gran cantidad de insectos que hay para alimentarse, en otoño cuando disminuye el alimento, se aparean y después migran hacia zonas más cálidas o pasan el invierno aletargados. Luego vuelven, las hembras embarazadas, y en setiembre u octubre, tienen sus crías que viven alrededor de un mes y medio tomando la teta.

Valle explica que en las colonias se forman especies de guarderías donde las crías quedan al cuidado de unas pocas hembras y el resto sale a buscar comida. “Y cuando vuelven cada madre reconoce a sus hijos por el sonido

Okelta un grupo de la Fundación Cullunche que se dedica al cuidado y la conservación de los murciélagos en Mendoza.
Okelta un grupo de la Fundación Cullunche que se dedica al cuidado y la conservación de los murciélagos en Mendoza.

Viven hasta 20 años y al contrario de lo que popularmente se cree no son ciegos. “Tienen visión pero de noche usan un sistema que se llama de ecolocalización, ellos emiten un sonido, ese sonido choca contra un insecto que van a cazar o contra una pared y les vuelve, como el sonar en los submarinos. Ellos saben perfectamente donde está el animalito que van a cazar o una pared y no se la llevan por delante. Ese sistema les permite ver de noche”.

Vampiros ¿mito o verdad?

A lo largo de la historia se han relacionado a los murciélagos con los “vampiros”, seres que chupan la sangre de sus víctimas para alimentarse, este mito difundido por la literatura y el cine es exagerado con respecto a la realidad. De las más de mil especies que habitan en el mundo, solo tres son “hematófagas” es decir, se alimentan de sangre.

“No son vampiros, no tienen colmillos agujereados ni nada por el estilo” cuenta con una sonrisa a Los Andes Beatriz Valle. “lo que hace el hematófago es morder en la pata de una gallina, o la oreja de otro animal para que empiece a sangrar. En su saliva tienen un anticoagulante y al lamer sigue saliendo sangre y come lamiendo esa sangre, el único problema con esto es que pueden transmitir rabia, por eso es importante que todos los animales estén vacunados” advierte la coordinadora del grupo Okelta. “En Mendoza son todos insectívoros, en el norte argentino si habitan las especies que se alimentan de sangre”.

Protegidos por ley

Al ser animales autóctonos están protegidos por la ley de fauna 22.421, “No son plaga, son animales muy beneficiosos y cuando la gente tiene algún problema las municipalidades nos derivan y nosotros aconsejamos en qué momento se debe excluir el murciélago y con todo el respeto para que no muera ninguno”

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