1 de septiembre de 2025 - 20:12

Las intensas lluvias del fin de semana expusieron el colapso cloacal en el Gran Mendoza

Los desagües pluviales irregulares de las casas engrosan su caudal y el área metropolitana tiene 40% de sus redes deficientes o dañadas, reconoce Aysam.

Los episodios de desborde de cloacas se repiten hace años en el Gran Mendoza, pero se vuelven más visibles en cada tormenta fuerte. El cambio climático, con eventos más intensos y repentinos, suma presión a un sistema al límite.

Las intensas lluvias del último fin de semana en Mendoza, que dejaron un récord de hasta 65 milímetros en la zona metropolitana -casi un tercio de lo que precipita en todo un año en la provincia, volvieron a dejar en evidencia la fragilidad del sistema cloacal.

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La intensa tormenta de Santa Rosa, el fin de semana, dejó desbordes cloacales que se multiplicaron en distintos departamentos

La intensa tormenta de Santa Rosa, el fin de semana, dejó desbordes cloacales que se multiplicaron en distintos departamentos

La popularmente conocida como tormenta de Santa Rosa puso de relieve una combinación de factores que, según especialistas y autoridades, confluyen para conformar esta problemática.

Por un lado, gran parte de la infraestructura cloacal tiene más de medio siglo y presenta deterioro. A eso se suma que fue diseñada para una población mucho menor que la actual: en algunos casos, como en Guaymallén, se multiplicó por tres (y más) la cantidad de usuarios que descargan sus residuos en los mismos colectores. Finalmente, se detecta una práctica extendida y prohibida: la conexión de desagües pluviales domiciliarios a la red cloacal, lo que provoca colapsos cada vez que llueve con intensidad.

Desbordes de cloacas en toda el área metropolitana

La empresa Aguas Mendocinas (Aysam), prestadora de los servicios de agua potable y saneamiento, informó sobre desbordes cloacales en distintos puntos del Área Metropolitana durante el fin de semana. En Guaymallén, por ejemplo, se registraron al menos cinco bocas de registro colapsadas en Villa Nueva y Dorrego, además de la situación crítica en Corralitos, donde también desbordó la “colectora máxima”. Allí, la postal volvió a ser dramática en el punto crítico: la esquina de 25 de mayo y Severo del Castillo. Una vez más, las aguas servidas invadieron calles y veredas e ingresó a varios terrenos, incluyendo algunas casas, según relatos de los vecinos.

En Godoy Cruz, se notificaron 5 bocas desbordadas y 20 conexiones domiciliarias afectadas. En la Ciudad de Mendoza hubo un boca y dos domicilios con desbordes y en Las Heras, otras dos conexiones domiciliarias con problemas.

“Estos eventos tienen su origen en la conexión indebida de desagües pluviales al sistema cloacal domiciliario, una práctica prohibida que, ante la presencia de tormentas, provoca un aumento significativo del caudal en las colectoras principales, generando su colapso”, explicó Aysam en un comunicado.

“Muchas casas del área metropolitana han conectado sus desagües pluviales, que deberían ir a la acequia, no a la cloaca. Por eso, cada vez que llueve, se ven tapas levantadas en la calle: el agua las empuja por su volumen”, agregó Humberto Mingorance, presidente de la empresa.

Conexiones irregulares en el Gran Mendoza

Según resaltó el funcionario, la práctica de derivar los desagües pluviales de las viviendas, de patios y garajes, hacia la cloaca, en lugar de conducirlos a la calle, tiene raíces en la informalidad de muchas construcciones.

“A veces, para evitar romper un garaje o un living, se conecta el desagüe a la cloaca”, explicó el funcionario, que admitió que no es siempre mala fe, sino desconocimiento o improvisación de quien hace la obra.

Sin embargo, aseguró que el impacto colectivo es grave. “No pasa nada con una casa aislada, pero cuando son tantas ocurre lo que vemos en cada tormenta”, explicó.

El problema se agrava porque esas modificaciones suelen ser menores y no quedan registradas en los municipios ni cuentan con inspección. “Pedimos a los intendentes que, en cada habilitación o ampliación, revisen cómo funcionan los drenajes pluviales. Esa sería una solución de fondo”, indicó el titular de Aysam.

Infraestructura envejecida y crecimiento urbano

El Gran Mendoza tiene un 40% de sus redes cloacales en condiciones deficientes o dañadas, detalló Mingorance. El resto corresponde a instalaciones más nuevas o en mejor estado. “Lo que debemos hacer es renovar ese 40%”, reconoció Mingorance, quien aseguró que la empresa está ejecutando más de 200 millones de dólares en obras en toda la provincia.

Entre las intervenciones recientes se cuenta el recambio del colector cloacal y acueducto en calle San Juan, en la Ciudad, célebre por lo demoroso y complejo de la obra. Con la intención de anticiparse a problemas más desafiantes, hay trabajos proyectados en calle Yrigoyen, en la zona del barrio Bombal. “Son obras críticas que empezaremos este año, tenemos proyectos, financiamiento y acuerdos con los municipios para avanzar”, aseguró.

La expansión del área metropolitana, sobre todo en zonas que antes eran rurales, también explica la presión sobre la infraestructura. “Cuando se hicieron los colectores, en Maipú, Luján o Guaymallén predominaban las fincas, no los barrios. Hoy, el cinturón verde se transformó en cinturón urbano”, describió Mingorance.

Si bien las plantas potabilizadoras y de tratamiento de efluentes están dimensionadas de acuerdo con la población actual, los problemas se concentran en la antigüedad y capacidad de las cloacas. “El colapso se produce por lluvias, no porque la gente se bañe más. Esa es la evidencia de que los pluviales están conectados donde no deberían”, remarcó.

El epicentro del desborde de cloacas: Corralitos

Uno de los puntos más emblemáticos es la intersección de Severo del Castillo y 25 de Mayo, en Corralitos. Allí, los vecinos padecen desde hace meses el desborde de cloacas que inundan calles y terrenos, incluso el frente de sus viviendas. Viven entre olores nauseabundos, la imposibilidad de circular y el riesgo sanitario por la exposición a aguas servidas.

“Llevábamos tres fines de semana sin desbordes, así que estábamos re contentos, pero la lluvia esta fue fatal y el sábado se desbordo todo; la calle inundada, lotes baldíos inundados, y también al menos dos casas”, relató Marcela, una de las vecinas a Los Andes.

Derrame cloacal en Corralitos.
Derrame cloacal en Corralitos. Foto archivo

Derrame cloacal en Corralitos. Foto archivo

“El desborde ha sido grandísimo”, subrayó. Contó que Aysam está limpiando, rellenando partes del terreno para evitar que el agua ingrese a las propiedades y apuntó que incluso, muchas veces, trasladan en sus camionetas a los vecinos que van a pie y no pueden pasar.

El presidente de Aysam señaló que en esa zona confluyen dos factores: la antigüedad del colector y la acumulación de materiales sólidos que obstruyen el sistema.

El colector de Corralitos recibe hoy los residuos de unas 550.000 personas de la zona metropolitana, aunque fue diseñado hace 40 o 50 años para apenas 150.000. Esa sobrecarga estructural, sumada a las lluvias, explica el colapso frecuente.

La empresa sostiene que la solución requiere un trabajo coordinado: control municipal sobre las conexiones domiciliarias, inversión provincial en infraestructura y concientización ciudadana.

“Estamos hablando con los intendentes para que instruyan a sus inspectores a revisar los desagües pluviales en las viviendas”, dijo Mingorance. Considera que si se detecta una conexión indebida, debe exigirse una obra de corrección ya que esa sería la forma de evitar que el sistema colapse cada vez que llueve.

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