Confirman que los portones del Parque desaparecidos no están en poder de la familia Arizu

Se trata de las piezas peatonales que fueron retiradas en 1940 y desde entonces están desaparecidas. La familia bodeguera tenía unos que no son los que faltan, según confirmó la Dirección de Patrimonio.

Los portones peatonales fueron retirados durante una restauración del paseo. Se dice que fueron llevados a una finca pero hasta hoy no han sido hallados. Foto: Claudio Gutiérrez / Los Andes
Los portones peatonales fueron retirados durante una restauración del paseo. Se dice que fueron llevados a una finca pero hasta hoy no han sido hallados. Foto: Claudio Gutiérrez / Los Andes

Un peritaje realizado por expertos de la Dirección de Patrimonio de Mendoza cerró un polémico capítulo lleno de especulaciones respecto al paradero de los portones peatonales del parque General San Martín que desaparecieron en la década de 1940.

Es que el bodeguero Alberto Arizu reveló, en la apertura para el turismo de la finca El Paraíso, que los pórticos extraviados estaban allí exhibidos. Este relato generó un contrapunto dentro de la misma familia Arizu, siendo su primo, Rodolfo Vargas Arizu, quien lo desmintió y le pidió públicamente, que si era así, se los devolviera a los mendocinos.

Frente a estas denuncias en los medios, la Dirección de Patrimonio realizó una inspección y determinó que no son los portones laterales.

En una charla con Los Andes, el director de Patrimonio Cultural, Horacio Chiavazza, explicó que el caso está cerrado luego de un peritaje realizado por expertos, quienes por las dimensiones y otras características de las puertas reales, desecharan esta posibilidad. Sin embargo, el misterio permanece y en cada inspección, los especialistas de Patrimonio buscan dar con estos arquetipos.

“Son de un invaluable valor histórico y económico para la provincia estos portones. Lamentablemente no son los de la bodega y ya dimos las respuestas a la Fiscalía de Estado en un detallado informe”, agregó Chiavazza.

“Esta historia forma parte de una anécdota familiar que ha pasado de generación en generación, pero nunca pensamos realmente que podrían ser los portones del Parque”, admitió Alberto Arizu (h) en su momento a este diario, cuando decidieron abrir las puertas del chateau de estilo francés que su abuelo compró a Frank Romero Day en 1926.

En busca de los portones desaparecidos

Tal como anticipó Los Andes hace una semana, los portones peatonales del principal espacio verde de la provincia están desaparecidos. Y fue la arquitecta Silvia Cirvini quien inició una campaña por las redes sociales para hallarlos.

La especialista ya había descartado que las de la familia Arizu fueran las piezas faltantes incluso antes del veredicto de la Dirección de Patrimonio.

“Comenzó la intriga el momento en que conocí las fotos de esos portones, cuando supe que los habían sacado en la década del ‘40. Pregunté en su momento al encargado del Parque y a otros funcionarios y siempre me dieron respuestas evasivas. Nunca me contestaron ni me dieron una pista de dónde pueden estar. Entonces siempre me quedó la incógnita”, expresó la arquitecta a este diario en esa oportunidad.

El cartel imita a los que ofrecían recompensas en el Lejano Oeste.
El cartel imita a los que ofrecían recompensas en el Lejano Oeste.

Cirvini y su equipo del Conicet realizaron muchos trabajos arquitectónicos de investigación en Maipú y Luján y nunca pudieron dar con estas piezas. “Yo pensé que los habíamos encontrado cuando Alberto Arizu, propietario de la finca El Paraíso, me dijo que los tenían ellos y lo afirmó con total seguridad. Sin embargo, luego de ver las fotos detenidamente, nos dimos cuenta de que no eran los portones que estamos buscando ya que no coincidían con las características”, explicó Cirvini.

Agregó: “Entonces volvimos a la búsqueda y a preguntarnos dónde puede llegar a estar. Nos facilitaron todo tipo de archivos sobre el tema para reconstruir la búsqueda. Hay tantos mendocinos interesados en encontrarlos y por eso se nos ocurrió armar un afiche con las inscripciones y las características de los portones para que, con toda la colaboración posible, demos con el paradero”. Esa acción se reflejó en redes sociales e inició una campaña para dar con las piezas patrimoniales.

En el año 1908, cuando se comenzó con la construcción del Parque, se colocaron portones importados, fabricados en Glasgow, Escocia. El encargado de diseñar toda la obra fue el ingeniero Juan Molina Civit, quien también había realizado la compra.

En 1940 se realizó una importante remodelación del paseo, realizada por el arquitecto y director del Parque de ese momento, Daniel Ramos Correas. Él se encargó de incluir obras en el ingreso por los portones: se quitó la balaustrada, todo el cierre perimetral y se retiraron los portones peatonales. “No tengo ninguna sospecha de dónde pueden llegar a estar pero descarto la posibilidad de que estén fuera de la provincia. Deben estar en algún punto de toda la superficie cultivada, en el oasis o en alguna finca”, sentenció Cirvini.

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