Alertan sobre estafas con la venta de carpetas “truchas” de barrios del IPV

Estafadores las ofrecen en las redes sociales a cambio de un adelanto de dinero. En General Alvear debieron aclarar que no eran reales y en el IPV advierten que ocurre en otros departamentos.

Alertan sobre estafas con la venta de carpetas “truchas” de barrios del IPV. Foto: Imagen ilustrativa (Orlando Pelichotti / Los Andes)
Alertan sobre estafas con la venta de carpetas “truchas” de barrios del IPV. Foto: Imagen ilustrativa (Orlando Pelichotti / Los Andes)

“‘Ni se te ocurra comprarla, salite ya, es una estafa’. Con esas palabras me advirtió una amiga que trabaja en Vivienda de la municipalidad, cuando fue a averiguar por la construcción del barrio”, comenta Lucas, vecino de General Alvear que estuvo a punto de vender su auto para comprar una carpeta “trucha” para un barrio que construyen en el departamento sureño con fondos del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV).

El comerciante comenta que hace unos días le ofrecieron la carpeta de un barrio en una página local de compra y venta de Facebook. “Me mostré interesado, pedí información y por el messenger me contactó una persona que me ofreció amplios planes y facilidades para adquirir la carpeta”, asegura Lucas quien, junto a su esposa e hijos, sueñan con una casa propia.

Y agrega: “Debido a nuestro interés, me pidieron una suma inicial de 8.500 dólares y dije que iba a vender el auto. Ya me había puesto en campaña y luego me contactaron nuevamente porque querían ver el auto. Hasta el momento, todo marchaba bien, normal”. A esta altura, el joven padre ya estaba ansioso por concretar un negocio que lo dejaría a pie, pero en su propio hogar.

Así, comenzó a ofrecer su vehículo mientras intentaba conocer más acerca de su futura casa, dónde se ubicaría el barrio y qué características tendría.

“Decidí ir a la municipalidad porque allí trabaja una amiga. Tenía algunas preguntas para hacer, pero hasta allí no sospechaba nada. Comencé a comentarle cómo había llegado hasta allí, que estaba por adquirir la carpeta y de golpe me paró en seco y me dijo que no continuara con esa operación porque era trucha, una estafa. Me quedé helado”, asegura Lucas.

Luego de unas horas volvió a contactarse con el comprador y le comentó lo que le habían dicho en el municipio y esta persona le dijo que se trataba de un engaño, que él también había sido engañado porque tenía una inmobiliaria y figuraba su nombre.

“Me ensuciaron el nombre, me dijo, y al poco tiempo desapareció el aviso que ofrecía las carpetas del futuro barrio”, indica el comerciante, quien espera pacientemente la próxima oportunidad para acceder a una vivienda. “Hace tiempo que estamos inscriptos para una operatoria de vivienda, pero deberemos esperar”, asegura.

Una estafa “de moda”

El caso de Lucas tomó estado público en Alvear y varios usuarios de las redes sociales se quejaron y comentaron que habían consultado a la misma persona, pero ninguno dijo que logró concretar “el negocio” y se desconoce si esta persona finalmente vendió alguna carpeta. Estas no pueden transferirse, es decir, que una persona determinada que compra esta carpeta no podrá tener la condición de propietario o preadjudicatario.

De acuerdo a la información que se maneja, las carpetas que ofrecían en las redes pertenecían a casas del barrio Luz y Fuerza, que construye 15 viviendas.

Revuelo en General Alvear

Hace unos días, el director de Vivienda de General Alvear, Fabián Giménez comunicó, en conferencia de prensa, que los postulantes o preadjudicatarios de barrios del IPV no pueden ofrecer a la venta carpetas del barrio y, si alguien las compra, no será reconocido por el IPV para adjudicársela.

“Hay trascendidos de venta de casas del barrio Luz y Fuerza, de 15 viviendas. Ese barrio está dentro del programa provincial de viviendas Mendoza Construye, línea de acción 1. La entidad intermedia es el Sindicato de Luz y Fuerza, que ha donado el terreno al IPV para que se construyan las viviendas y presentó un listado de 15 postulantes, que no son preadjudicatarios, ni tienen derecho adquirido sobre el terreno, dado que recién ha comenzado la evaluación social por parte de la Dirección de Vivienda y el IPV”, detalló el funcionario.

Giménez solicitó a la comunidad que desestime esos mensajes. “No se puede realizar la venta de carpetas de barrio, como a veces se comunica en redes sociales, con fotos del barrio en construcción. Además, la persona que la compre no tiene ningún derecho sobre la vivienda”, reiteró Giménez.

Y agregó: “Si se confirma que un postulante quiere vender la vivienda que le va a otorgar el IPV significa que ya ha solucionado su necesidad habitacional y se le da de baja, porque quiere vender algo que no le pertenece. Cualquier reemplazo de alguna baja que se dé la hace la Dirección de Vivienda o el IPV, el representante formal de la construcción de las viviendas, porque ha realizado la licitación y ha adjudicado a la empresa”.

En el mismo sentido, la titular del IPV, María Marta Ontanilla, explicó a Los Andes que en el caso de ventas de carpetas del barrio Luz y Fuerza de General Alvear se trató de una situación irregular. Ese barrio está actualmente en construcción y el listado de adjudicatarios aún no está cerrado. Añadió que están trabajando en conjunto el municipio, el IPV y el Sindicato de Luz y Fuerza y, de acuerdo a la metodología de trabajo, el municipio es el encargado de priorizar a quienes más necesidades habitacionales tienen y envía un listado con los posibles postulantes.

Ontanilla explicó que, una vez que se hace esta evaluación, se hace la preadjudicación de la vivienda hasta llegar al momento de la entrega, donde se adjudica definitivamente. “Pero en ningún caso el IPV avala y acepta la venta de carpetas. Esto fue en General Alvear, pero también ha sucedido en otros departamentos y la gente termina perdiendo la plata que puso por comprar esa carpeta”, advirtió la funcionaria.

Precauciones

“A fines de junio, estábamos buscando una casa para alquilar y vimos por las redes sociales un departamento en Godoy Cruz que estaba a muy buen precio. Era un domingo y decidimos ir a la nochecita”, cuenta Claudia Gómez. Y agrega: “Eran los monoblocks Laprida y allí algunos vecinos nos dijeron que había varios departamentos en alquiler, pero que en ese momento no estaba el administrador. Decidimos ir el lunes y la gente de la administración misma nos comentó que ese departamento por el que estábamos interesados no existía, que era una estafa, que varias personas se habían acercado a verlo. Incluso un señor, que estaba apurado por alquilar, le dio un adelanto como seña y perdió el dinero”.

Desde el Ministerio de Seguridad señalan que las estafas virtuales por teléfono y redes sociales crecieron 300% en relación al año pasado y recomiendan una serie de precauciones a la hora de establecer una relación comercial por estas vías.

Aconsejan tratar de conocer mínimamente con quién se va a realizar la transacción. Realizar un análisis del usuario de las redes, si la página tiene suficiente antigüedad, porque si es reciente puede estar creada con fines delictivos. Al concretar el intercambio de un bien por dinero, los especialistas en delitos económicos aconsejan elegir un sitio público o muy concurrido, como un centro comercial, estación de servicios o junto a una comisaría.

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