"Sobremesa, batalla campal"

Debido a mi vida privada y mi situación laboral, he tenido la posibilidad en los últimos 14 años de vivir en Mendoza, Buenos Aires, Berlin, Dubai, y conocer algunos países de Europa, África, Asia y América y muy fácilmente una puede tener la sensación de estar en todos lados y al mismo tiempo en ninguno. Es por eso que en cualquier lugar donde me encuentro, la simple práctica del ?Recuerdos' se ha convertido en el medio de revivir costumbres que me acercan a mi familia, amigos y pueblo.

Nunca voy a olvidar la linda costumbre de los asados domingueros con las ricas empanadas de "Dona Calixta" o del "Topa", o los tallarines caseros, al puro huevo, que mi papá amasaba los domingos para toda la familia y qué hablar del tuco que mi mamá preparaba... ¡Mmm!, aún recuerdo el aroma de esos tiempos.

Y los veranos... Qué aventura los veranos de conservas. Qué gran travesía era preparar con mis padres y mis hermanas las conservas de tomate. Recuerdo que al final de la jornada tomatera, me encantaba ver la diferencia del color en mis manos, se veían siempre más claras y muy arrugadas.

La sobremesa... Aún disfruto de recordar las polémicas discusiones familiares durante la sobremesa. Se desarrollaba un estilo de batalla campal, donde todos defendían a fuego su postura y opinión; lo bueno era que siempre luego de la gran turbulencia se reanudaban nuevamente las relaciones amistosas.

Qué nostalgia que me da tan solo pensar en las tortitas caseras y los mates dulces que invitaban a las charlas entre hermanos y amigos. Qué hablar de los festejos vendimiales y la elección de la Reina provincial y toda su farándula, ¡¡yo creo que eso es único en el mundo!! Y la fiesta diocesana de nuestra Virgen patronal... ¡Qué recuerdos!

Como ya he mencionado, en mi vida he tenido la posibilidad de vivenciar otras estructuras sociales y la verdad es que por momentos extraño la espontaneidad del día a día (nuestra sociedad tiene esa gran particularidad), que por instantes es difícil de practicar.

Un pequeño viaje en el recuerdo de esas costumbres me hace volver a mi punto de partida. Esas costumbres tienen la particularidad de despertar en mí agradables sentimientos. Es por eso que, esté donde esté, trato de no sólo recordar aquellas costumbres, sino también de implementarlas en algunas de mis rutinas. Por ejemplo: un mate en la calurosa Dubai o la fría Berlín me transporta hacia Mendoza.

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