Rejas en barrios de Guaymallén: es necesario para frenar los delitos - Por Tomás Aguilera

Si bien nuestro barrio se encuentra cerrado, no se impide el tránsito. el cierre ha sido clave para frenar los delitos.

Rejas en barrios de Guaymallén: es necesario para frenar los delitos - Por Tomás Aguilera
Rejas en barrios de Guaymallén: es necesario para frenar los delitos - Por Tomás Aguilera

Los residentes en el barrio Spunc II de Villa Nueva (carril Urquiza) manifestamos nuestra preocupación por cómo se están manejando algunos temas puntuales relacionados fundamentalmente con la seguridad. Esto se relaciona con la decisión de la Municipalidad de Guaymallén de abrir barrios cerrados existentes en nuestro departamento. En cambio, otros, como en Luján de Cuyo, el municipio está avalando dicha situación.

Vemos como el espacio público se está administrando de manera arbitraria, intentando abrir barrios y cerrando plazas, lugares de gran importancia para la población sobre todo en casos de movimientos sísmicos.

Nuestra principal preocupación radica en la vulnerabilidad que existe en los alrededores y proximidades del barrio que habitamos. Cabe destacar que la decisión de realizar el cierre perimetral fue con el consentimiento de gestiones anteriores y tuvo como objetivo protegernos del alto índice de delincuencia reinante en el departamento, del cual muchos vecinos fuimos víctimas. El cierre fue realizado y costeado económicamente por cada uno de los vecinos, la cual ha sido una herramienta indispensable para frenar la cantidad de hechos delictivos a los que éramos sometidos en forma permanente, logrando de esta manera una notoria disminución.

Si bien nuestro barrio se encuentra cerrado, los portones de acceso permanecen abiertos y en ninguna circunstancia se impide la transitabilidad de recolectores, ambulancias, vehículos municipales, policía y transeúntes, ya que nuestro único objetivo es bregar por la seguridad de cada integrante del lugar y principalmente de nuestros hijos.

No estamos hablando de apoderarnos de un espacio público, sino de administrarlo con cierto criterio para mejorar el control y la seguridad de los vecinos en ciertos horarios donde la vulnerabilidad es mayor.

El estado de situación hoy es el siguiente: empleados municipales procedieron a sacar las rejas de nuestro barrio, mientras nos notificaban por debajo de las puertas. Luego tuvimos una audiencia en Defensa al Consumidor de la Municipalidad viendo sorprendidos cómo quienes tenían que estar no estaban y que, si lo estaban al momento de sacar las rejas, como por ejemplo la arquitecta  Cintia Brucki, directora  de Planificación. Luego expusimos ante los concejales en la Banca del Vecino del Concejo Deliberante durante la sesión del 19 del mes pasado. Posteriormente, ediles del oficialismo nos contactaron para pautar  una reunión para abordar el tema. De ese encuentro surgió  la postura del municipio que sólo ofrece opciones intermedias, como la de colocación de alarmas comunitarias, que según averiguamos con los habitantes de otros lugares, no han resuelto sus problemas debido a las limitaciones operativas de este sistema. Nos ofrecen gestionar una mediación con el Ministerio de Seguridad para la colocación de una garita.

Sentimos que las propuestas que hemos aportado desde el grupo de vecinos no están siendo tomadas en cuenta. Sostenemos que el municipio pone el caballo delante del carro, primero dejándonos desprotegidos y luego tratando de ver opciones concretas que resuelvan el problema de seguridad.

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