En casi todas las cocinas argentinas hay al menos una caja de té dando vueltas esperando convertirse en basura. Pero estas cajas de cartón —tan simples y tan subestimadas— pueden convertirse a partir del reciclaje un recurso ideal para organizar cajones, escritorios y hasta carteras sin gastar un peso.
La tendencia del “orden low cost” llegó para quedarse, y pocas cosas funcionan tan bien como aprovechar esos objetos cotidianos que solemos descartar sin pensar.
Las cajas de té de cartón tienen la medida justa para agrupar objetos pequeños que siempre se pierden como colines, hebillas, biromes, cargadores, maquillaje, botones, pilas, sachets sueltos de infusiones o clips.
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Lo mejor es que se pueden transformar en organizadores firmes en apenas unos minutos, sin herramientas complicadas y sin necesidad de experiencia previa. Un poco de papel, tela o pintura sirve para elevar completamente su apariencia, al punto de que pasan de ser un envase descartable a un mini contenedor completamente personalizado.
Materiales necesarios para crear organizadores de cartón
Cajas de té vacías (las clásicas rectangulares funcionan perfecto)
Tijera
Pegamento escolar o pistola de silicona
Papel decorativo, papel de regalo, revistas o servilletas de decoupage
Cinta adhesiva transparente o de papel
Regla y lápiz
Pintura acrílica (opcional)
Tela fina para forrar (opcional)
Barniz al agua o plástico autoadhesivo (opcional, para dar resistencia)
caja de té intervenida 1
Paso a paso: cómo convertir la caja de té en una caja organizadora
Aplaná suavemente la caja para revisar que esté limpia y sin restos del envoltorio interno. Volvé a su forma original, reforzá las esquinas con un poco de cinta adhesiva y asegurate de que quede firme. Si la caja tiene tapa, podés recortarla o dejarla puesta, según el tipo de organizador que quieras hacer.
Para que dure más, pasale una capa fina de cinta de papel por los bordes internos o un poco de pegamento en las uniones. Esto evita que el cartón se abra con el uso, sobre todo si vas a guardar cosas más pesadas, como cargadores, llaves o cosméticos.
Cómo usar los materiales: Si usás papel, medí cada cara de la caja, marcá las medidas sobre el papel elegido y cortá. Pegá pieza por pieza para lograr un acabado prolijo. Si preferís pintura, aplicá una o dos manos de acrílico. Para un estilo más rústico, dejalo mate; para uno más moderno, aplicá barniz al agua. Si usás tela, estirarla bien y pegala con silicona para evitar arrugas.
El objetivo es que el contenedor deje de parecer una caja de té y pase a ser un elemento decorativo.
Este paso es opcional, pero hace una gran diferencia. Podés usar papel kraft, hojas de revistas lindas, retazos de tela o incluso plástico autoadhesivo. El interior forrado le da un aspecto más prolijo, además de sumar resistencia.
Con otra caja de té, cortá tiras de cartón de la misma altura y colocálas dentro para formar compartimentos. Esto sirve para ordenar maquillaje, bijouterie o artículos de librería.
Si vas a tener varias cajas, agregá etiquetas al frente: “cables”, “pilas”, “hebillas”, “maquillaje”, “clips”, “té”, “botiquín”. Esto hace que el orden sea fácil de mantener.
Cómo usar las cajas organizadoras de cartón en casa
En la cocina: para guardar saquitos sueltos, sobres de azúcar o gomitas para cerrar bolsas.
En el escritorio: clips, lapiceras, lápices, pendrives, notas adhesivas y cables.
En el baño: esmaltes, banditas elásticas, maquillaje pequeño.
En la habitación: bijouterie, relojes, llaves, accesorios de peinado.
En la cartera o mochila: medicamentos, auriculares, maquillaje de retoque.