El budín de pan, con esa textura húmeda y su sabor dulce tan casero, es un postre que se transmite de generación en generación, siempre como una excusa perfecta para aprovechar restos de pan y no desperdiciar nada. Lo que quizás no sabías es que se puede hacer una versión 100% integral.
Rico en fibra, con menos azúcar que el tradicional y sin nada que envidiarle al original, este budín es la prueba de que se puede comer rico y cuidar el cuerpo al mismo tiempo.
Ideal para disfrutar después de la comida, como merienda con unos mates o incluso para agasajar a alguien con algo casero y consciente. Además, es súper rendidor, fácil de preparar y se hace con ingredientes que probablemente ya tenés en casa. Y lo mejor: es a baño maría, como se hacía antes, lo que le da una textura única y bien húmeda.
Este budín de pan 100% integral no solo es una opción más nutritiva, sino también una manera de demostrar que la cocina saludable también puede ser sabrosa y reconfortante. Cada porción tiene la textura y el dulzor que esperás de un buen postre casero, pero con ingredientes que suman en vez de restar.